Tras un impacto “quizás nunca visto” por la pandemia, ahora las organizaciones deben poner “foco en las oportunidades”

Oliva, un contador público con su máster en Dirección y Administración de Empresas (MBA) en el IEEM, está vinculado a Deloitte desde 1994.

Luego de un período muy difícil basado en la supervivencia —“¿cómo hacemos para operar?”—, pudimos observar una etapa de estabilización —“nos acostumbramos”—, y ahora en Deloitte creemos que ya estamos en la etapa de prosperar, yendo hacia el “pongamos foco en las oportunidades”.

Las organizaciones no pueden permanecer pasivas ante los cambios, deben tomar una posición activa para poder continuar avanzando. Es importante, entonces, no perder los avances realizados a escala empresarial y continuar con la transformación. La innovación que se generó en estos meses ha sido impresionante. No podemos volver atrás, si retomamos la forma de trabajo anterior es echar por la borda todos los aprendizajes del último año y medio. Creemos que tenemos una excelente oportunidad para continuar avanzando en una transformación de las organizaciones que permitan atravesar con éxito futuras disrupciones. En este sentido, es necesario hablar de transformación digital; el concepto de transformación ya necesariamente incluye lo digital, por ello lo clave es que la transformación continúe.

—¿Qué oportunidades tienen hoy las empresas uruguayas para prosperar?

—Muchísimas si consideramos tres aspectos clave.

Primero, no hacerse trampas en solitario y pensar desde el centro de la organización. Hay que pensar desde el punto de vista del cliente.

Segundo, no pueden pensar con visión de aldea, el mundo está más interconectado que nunca. Para poder prosperar debemos abrir bien los ojos, poder mirar experiencias de otros países, sectores de actividad, industrias, etcétera, aprender de ellas, innovar, y así acelerar la transformación en la dirección correcta sin perder la identidad local.

Y tercero, identificar los procesos más relevantes en las empresas y preguntarnos cómo los queremos desarrollar mañana, pensando en los clientes, en los mercados potenciales y enfocados siempre en las oportunidades.

Veo con mucho entusiasmo la fuerza del empresario y los profesionales uruguayos. La forma en que se manejó la pandemia nos demuestra que podemos seguir haciéndolo mejor. Pero esto no es exclusivo del empresario uruguayo, ya que a lo largo de la región vemos empresarios locales que les está yendo muy bien, con lo cual es importante que sigamos todos empujando para prosperar.

—¿Qué recomendaría al empresario que tenga en cuenta?

—Es clave fijar un rumbo hacia el cual queremos movernos. La experiencia ya nos enseñó que no va a ser un camino lineal. Sin embargo, no proyectar adónde nos moveremos como compañía es un error. La velocidad de los cambios es frenética, lo que hace que debamos evaluar tomar decisiones muchas veces complejas. Cuanto mejor estemos preparados, planificando sobre diversos escenarios, más opciones tendremos. Debemos hacerlo antes de que sea tarde para aprovechar más las ventajas del futuro.

Un elemento para destacar es entender bien qué perfiles profesionales vamos a necesitar de aquí en adelante. En materia de capital humano, hace algunos años empezamos a manejar el concepto del futuro del trabajo, y hoy vemos que es eso está pasando ahora.

—¿Qué perspectivas se abren para el negocio de la consultoría en la región?

—Los servicios profesionales se han tenido que adaptar como todos, y creo que lo hemos hecho de buena manera y colaborando con nuestros clientes en este proceso. Sobre todo, aportando el conocimiento y soluciones de equipos a los clientes en todo el continente. En Deloitte tenemos equipos trabajando juntos desde México hasta Argentina, obviamente también en Uruguay, enfocados en atender a las mejores empresas del mundo y de la región. Y lo hemos hecho 100% en forma remota, lo cual nos permitió mantener el cuidado de nuestra gente, y a la vez darles la posibilidad a nuestros clientes de tener a su servicio un equipo increíble, sin que tengan que incurrir en los costos que antes existían, por ejemplo, en viajes, hoteles, etcétera. Y esto es algo que nos lo valoran fuertemente; logramos ayudarlos a continuar operando, estabilizarse y ahora continuaremos apoyándolos para crecer.