• Cotizaciones
    domingo 08 de septiembre de 2024

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
    $ Al año*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
    $ por 3 meses*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
    stopper description + stopper description

    Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

    Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

    Suscribite a Búsqueda
    DESDE

    UYU

    299

    /mes*

    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

    Tristeza hacia la luz

    Caetano Veloso habla de “Abraçaço”, el disco que presenta el martes 17 en el Teatro de Verano

    Se llama “Vinca”. Es una balada suave, de aires jazzeados, que se hamaca entre su voz atemporal y la guitarra dulce de Pedro Sá. Cinco minutos y cuarenta segundos de goce total. “Estou triste”, lamenta un poco antes. “El lugar más frío de Rio es mi cuarto”, agrega, por si caben dudas, en un tajo de angustia distorsionada. Ese llanto eléctrico es, sin embargo, otro de los mejores y más disfrutables pasajes del disco. “Tudo megabom, gigabom, terabom”, festeja en “Parabens”. La inoxidable capacidad de Caetano Veloso de sublimar cualquier sentimiento, en toda la escala emotiva, en una melodía atrapante, y la de su banda de edificar el cimiento instrumental óptimo para cada columna que surge de esta garganta insular es lo que hace de Abraçaço un gran disco. De hecho, sostiene que las canciones tristes “hacen a la tristeza misma apuntar hacia la luz”.

    Este “Gran abrazo” es una obra recostada al sonido del rock, que atraviesa todos los paisajes brasileños: desierto nordestino, selva amazónica, sertaneja rural, arenas cariocas y asfalto paulista. “Es un disco de música brasileña, hecho por alguien a quien el rock interesa desde hace 50 años”, asegura sobre el álbum que cierra su áspera trilogía con Banda Cê (Pedro Sá en guitarra, Ricardo Dias Gomes en bajo y Marcelo Callado en batería). Los tres álbumes producidos por Sá y su hijo Moreno Veloso, remiten inequívocamente a “Transa”, aquel que marcó su transición del tropicalismo al sonido eléctrico que predominaba en un hemisferio norte sacudido por el vendaval beatle.

    Esta última etapa, definida por Veloso como “transrock”, comenzó en 2006 con “Cê” (apócope de você) y continuó tres años después con “Zii e Zie”, disco que presentó en marzo de 2010 ante diez mil personas en el Estadio Charrúa. Cuarenta días después de cumplir 71 años, el creador de “Cualquer coisa”, “Livro” y “Estrangeiro”, saldrá a escena en el Teatro de Verano, el martes 17 a las 21 horas (entradas en Abitab, de $ 800 a $ 3.000), para tocar los temas de sus tres últimos discos más algunos pocos clásicos. Aclara que no habrá ‘Capullito’ ni ‘Fina estampa’, que su repertorio actual prescinde de los grandes éxitos. Pero no quiere que su público salga triste “aunque haya algunas canciones tristes”. Dice que el mito del comunismo es vivido en forma anticuada en Latinoamérica, “con populismos y demagogia” y que las manifestaciones recientes en Brasil reflejan “bocetos de nuevas maneras de hacer política”. Asegura además, que su país “puede y debe dar algo original al mundo” y que la reciente oleada popular que generó el Papa en Río es prueba de que “la religión es la más resistente de las instituciones humanas”.

    Uno de los primeros actores de la historia de la MPB respondió en un esmerado castellano el cuestionario enviado por Búsqueda. Apenas hizo falta una mínima edición de unos pocos ‘brasilerismos’ filtrados entre sus reflexiones sobre su nuevo disco, su banda, su evolución musical y un poco de actualidad brasileña y global.

    —Ha dicho que el nombre de este nuevo disco que presentará en Uruguay va más allá del obvio y afectuoso “gran abrazo” que usamos para expresar cariño a un amigo. ¿A qué se refiere con que este “Abraçaço” es “una extensión múltiple, completa y grupal”?

    —La repetición de la “ç” después de la “a” es todavía más fuerte que la de la “z” en español: “açaç”, cuando está escrito, da la impresión de cosa que se desdobla, de círculos concéntricos. El sonido, sea con “ç” o con “z”, ya da la idea de multiplicidad, por no ser un simple gran abrazo sino porque sugiere un interminable “açaçaçaçaç...”. Y esa terminación “azo” (o “aço”) también indica algo hecho por mucha gente. Sin embargo, fue con la idea de “gran abrazo” que utilicé la palabra en la letra de la canción.

    —Luego de su último concierto en Montevideo, para presentar los discos “Cê” y “Zii e Zie”, mucha gente salió del estadio triste por no haber escuchado clásicos como “Capullo de alelí” y “Fina estampa”. ¿Cómo será el repertorio del show que hará el martes 17 en Montevideo?

    —El repertorio fue concebido como los de “Cê” y de “Zii e Zie”: las canciones del nuevo disco y algunos temas viejos que me parecieron adecuados. No hay “Capullito” ni “Fina estampa”. Pero no quiero que las personas salgan tristes. Aunque haya algunas canciones tristes.

    —¿Qué les dice a quienes solo esperan al Caetano más orquestal?

    —La verdad es que hacemos una canción de “Transa” exactamente como ella estaba en el disco original. Pero la mayoría de las canciones viejas mías que hacemos son de las que escribí y no grabé, o casi nunca canté en público.

    —Está claro que la profundización en este sonido basado en la guitarra eléctrica no es solo una elección estética. Después de 50 años, ¿qué tiene el rock que lo sigue cautivando para hacer un disco que bien podría ser de los Red Hot Chili Peppers o de Neil Young?

    —El rock me empezó a interesar tarde, a mediados de los años 60, y quedó en mi repertorio de intereses para siempre. Pero no creo que “Abraçaço” sea un disco de rock como lo son los de Red Hot o Young. Es un disco brasileño, de música brasileña, hecho por alguien a quien el rock interesa desde hace 50 años.

    —¿Qué aprendió de su hijo Moreno, de Pedro Sá y el resto de los músicos jóvenes que lo acompañan desde hace siete años?

    —De Moreno aprendí casi todo, a partir del momento de su nacimiento. Mientras crecía me enseñaba más y más. Hoy él me da calma y claridad para hacer lo que tengo que hacer. En el estudio, él es un sol. Pedro es casi su hermano: creció viniendo a mi casa frecuentemente. Y hoy es uno de los mejores guitarristas de Brasil. Con él empecé a planear lo que vino a ser “Cê”. Y él eligió a Ricardo Dias Gomes y Marcelo Callado para componer la banda. Son todos muy cultos respecto a la música popular, ¡y no solo popular! Saben todo de la historia del samba, del rock, del pop. Y de su actualidad.

    —¿Está tan cansado de que le pidan que cante bossas novas que terminó por componer “A bossa nova e foda”?

    —No. Cuando decimos, en portugués brasileño, que algo es “foda”, estamos diciendo que es fuerte, demasiado bello, difícil de enfrentar. La gente no me pide que cante bossas novas. Me piden que cante “Leãozinho”, “Sozinho”, “Sampa”, “Terra”, “Alegria, alegria”, “Capullito” o “Cucurrucucú Paloma”.

    —“Estou triste” debe ser su canción más sombría de las últimas décadas. Recuerda a “Maria Bethânia” pero es capaz de provocar una conmoción más profunda aún. ¿Cómo se logra transformar una emoción tan amarga como “me siento vacío” en una canción esperanzada y luminosa?

    —Recuerda a “Etc.”, del álbum “Estrangeiro”. Es muy triste y es sobre la tristeza. Pero las canciones, tristes o no, son experiencias de belleza, más o menos logradas. Así, las canciones tristes hacen a la tristeza misma apuntar hacia la luz.

    —Canciones como “Imperio da lei” y “Um comunista” rescatan historias olvidadas. ¿Por qué decidió recordar ese capítulo de la historia del estado de Pará con ese estilo folclórico y por qué compuso ese sentido relato sobre el guerrillero Carlos Marighella?

    —La canción que habla del Pará la hice porque vi una película, “Receberia as piores notícias de teus lindos lábios”, en la que aparece uno de esos asesinatos en los campos de aquel estado brasileño. Es una bella película, con una extraordinaria y bella actriz. En cuanto a Marighella, sentí necesidad de escribir sobre mi interés de joven por la lucha armada en Brasil, sobre mi admiración por ese líder. Descubrí que una película había sido hecha sobre él, que otra canción (en verdad un rap, de los Racionais MCs) había sido escrita. Parece que era la hora. Es el espíritu del tiempo. Esa canción, muy larga, es una referencia a las canciones de protesta de los años 60, pero la letra está llena de distanciamiento y complejidades.

    —Con el comunismo como sistema político confinado a unos pocos países, ¿cómo ve a la distancia la aventura de la izquierda en el mundo, y particularmente el Latinoamérica, donde está al mando en varios países?

    —América Latina tiene una deuda con su pueblo. La diferencias son todavía enormes entre ricos y pobres. Así, es comprensible que el mito del comunismo pueda ser vivido de manera anticuada por aquí, con populismos y demagogia. Pero hemos de pasar a otro estadio. Las manifestaciones en las calles de Brasil ahora apuntan a una manera de experimentar esas cuestiones, que es quizá más moderna. Hay riesgo de que los conservadores tomen las cosas en sus manos. Pero hay bocetos de nuevas maneras de hacer política. Creo que el comunismo, tal como lo hubo en Rusia, China, Cuba (y hay en Corea del Norte) no funciona como para crear riquezas. Pero las ideas socialistas han exigido del capitalismo que fuera más humano. Y hay siempre que exigirse más. Y otra vez.

    —Ha celebrado la continuidad de los gobiernos de Cardoso, Lula y Dilma. ¿Qué le puede aportar Brasil al mundo en el campo de las ideas y de la acción concreta? ¿Cómo vive el ascenso mundial de Brasil en el campo político y económico?

    —Brasil puede y debe dar algo original al mundo. FHC y Lula fueron un buen período. Dilma es respetable. Pero la situación mundial no parece hacer fácil la vida de los países emergentes. Brasil ahora mismo no está bien en su economía.

    —¿Qué opina de la permanencia de la corrupción enquistada en el poder en Latinoamérica?

    —Es una tristeza. Tenemos que poder superar ese estado de cosas. Cambiar de mentalidad.

    —¿Y qué le provocó la enorme pueblada que acompañó al papa Francisco en Rio?

    —Se lo esperaba. Es natural. La religión es la más resistente de las instituciones humanas.

    Volviendo al disco, y para cerrar. ¿“Quando o galo cantou” y “Gayana” son anticipos de su próxima etapa musical? ¿Tiene claro el rumbo que tomará su carrera?

    —Bueno, “Gayana” es la canción de un amigo, compadre mío, padrino de Moreno, que hizo las tapas de los discos tropicalistas en los 60. En cuanto a “Quando o galo cantou”, es un samba, y eso sí tiene algo que ver con lo que deseo hacer en el futuro.

    Vida Cultural
    2013-09-12T00:00:00