Con la inversión de US$ 3.000 millones —la mayor en la historia de la finlandesa— en su segunda fábrica en Uruguay UPM expandirá el crecimiento de su área de celulosa a nivel global en 60%, aproximadamente. Entre sus tres plantas en Finlandia y las dos en territorio uruguayo aumentará su producción de 3,7 millones a 5,7 millones de toneladas al año, destacó Battegazzore.
Por este año y probablemente el próximo, la pasta de celulosa seguirá siendo el segundo producto más exportado desde Uruguay, y a partir del 2024, “si la planta logra desplegar toda la capacidad productiva”, ganará el primer lugar en el ranking, dijo a Búsqueda Hugo Laguna, técnico de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (Opypa) del Ministerio de Ganadería.
Revolución celulósica
La demanda global de este commoditie goza de una perspectiva “saludable” a largo plazo, especialmente en Asia, señaló el Instituto Uruguay XXI en un reciente estudio sobre la cadena forestal. Explica que el consumo de los distintos papeles de impresión, además de higiénico, embalaje y de otros usos especiales, es sostenido y se espera que eso incremente la demanda de celulosa a escala global en aproximadamente 3%.
“La demanda de celulosa continúa creciendo, en línea con las grandes tendencias globales de aumento de la población y urbanización, así como el desarrollo continuo de productos renovables a base de celulosa originada de producción sostenible, como la de UPM Uruguay”, apuntó Battegazzore.
La “visión” de la compañía es que la celulosa será la “unidad básica” para nuevos productos de consumo en un mundo menos dependiente de combustibles fósiles, comentó Giambruno. “Se va a poder generar moléculas compatibles con los building blocks del plástico, donde puedas hacer un plástico basado en madera, no en petróleo. Eso es una revolución absoluta, donde la celulosa es la unidad de la cual se comienza”, agregó, entusiasmado.
Para Laguna, la perspectiva del negocio también es “favorable”, dado que las plantas no muestran capacidad ociosa y no la tuvieron durante la crisis por el Covid-19, cuando el precio internacional cayó en torno a 30% en 2020. El mercado de este commoditie se recuperó al ser uno de los insumos intermedios importantes desde el punto de vista sanitario y en algunos tipos de papel, analizó. “Ello puso a la celulosa en un lugar importante en la pandemia: era necesario seguir con esa producción para sostener la de los eslabones siguientes”, explicó.
El 2021 fue un año de recuperación de precios (que en promedio se ubicaron en US$ 560 la tonelada) y para el primer cuatrimestre de 2022 estuvieron algo por encima, “estable” en US$ 600, informó Laguna.
“Escalón” y costos
Entre las plantas de UPM Fray Bentos y Montes del Plata, la capacidad de producción actual de pasta de celulosa es de 2,7 millones de toneladas al año.
Ambas fábricas, trabajando a su capacidad máxima, consumen casi 9,5 millones de toneladas de madera al año. Con UPM 2 operativa se procesarían en total 17 millones y la producción alcanzaría a 4,7 millones de toneladas de pasta de celulosa, lo que implicará el próximo “salto” o “escalón”, señala el instituto gubernamental.
Laguna recordó que el sector ha crecido por “escalones”, donde el nivel de actividad se mantiene hasta que aparece otra planta y genera uno más elevado.
El monto de exportaciones es más variable y acorde al precio en el mercado internacional.
En 2021, y por el aumento de 40% del precio transado (US$ 565 en promedio, por tonelada), las exportaciones del rubro totalizaron US$ 1.576 millones (43% más que en 2020); fue el segundo rubro en monto. Los principales destinos fueron la Unión Europea (53%), China (27%) y Argentina (6%), según el análisis de Uruguay XXI.
De ese total, Montes del Plata vendió 1,5 millones de toneladas por US$ 853 millones, superando el nivel de prepandemia, informó la empresa. En 2019 había exportado 1,4 millones de toneladas por US$ 806 millones. En 2020 el volumen había sido el mismo pero el monto menor, US$ 549 millones.
Para todo 2022, esa compañía proyecta exportar un poco más de 1,4 millones de toneladas por un monto similar al de 2021.
Uruguay XXI proyecta una “leve mejora” del precio internacional este año (se ubicaría entre US$ 570 y US$ 630 la tonelada), por lo que estimó las exportaciones totales del rubro en US$ 1.677 millones, similares a las de 2018 (US$ 1.660 millones).
A juicio de Battegazzore, las “variaciones muy significativas” en el precio en los últimos años “refuerzan la importancia de trabajar todos los días para desarrollar una operación competitiva”.
En la misma línea, el gerente general de Montes del Plata, Diego Wollheim, se refirió al “desafío” del incremento de costos relativos que ha tenido Uruguay con respecto a la “región, e incluso Europa”. “Por eso es clave trabajar en la eficiencia de los procesos en un concepto de mejora continua, tanto a nivel de las empresas como del país en su conjunto”, señaló a Búsqueda. Y añadió: “Uruguay hoy tiene una gran oportunidad por la situación de la región de atraer inversiones por su sólido marco normativo y una solidez democrática que destaca (…) en el mundo. Para poder aprovechar al máximo esta oportunidad y considerando el desafío en costos relativos (…) se hace cada vez más necesario continuar con políticas de mejora continua de las dependencias del Estado”.
“Un sector fortalecido”
Los niveles de inversión, actividad y volumen físico de exportación “no tuvieron un fuerte impacto” por la pandemia, señaló Wollheim. Sin embargo, desde el punto de vista operativo significó “grandes cambios” en la dinámica de trabajo —como pasó en otros sectores de actividad— dado que el 80% de los puestos son presenciales.
Además, puntualizó, en contexto de pandemia Montes del Plata realizó dos paradas generales de planta, que requirieron un “rediseño” para llevarlas a cabo.
En UPM Fray Bentos las operaciones “no sufrieron impactos negativos” debido a la planificación, medidas de prevención, etcétera, informaron sus ejecutivos. También continuó de acuerdo a lo planificado la obra de UPM 2.
Para Montes del Plata, la nueva fábrica de su competidora posiciona al país “claramente” como productor de celulosa, y ello va a provocar que algunos bienes o servicios que antes se contrataban desde el exterior empiece a ser viable tenerlos localmente, por razones de escala. “Un sector fortalecido es bueno para todas las partes”, consideró Wollheim. Por ello ve con optimismo el desarrollo de proveedores locales (tanto en insumos como en servicios) logrando mayor especialización y que “por ejemplo, puedan trabajar eventualmente gran parte del tiempo en torno a las plantas” de celulosa. “Es una gran oportunidad para contar con más personas capacitadas y con experiencia para trabajar en las distintas fases de la cadena” de producción, insistió.
Informó que en el complejo industrial de Punta Pereira trabajan 1.000 personas de forma directa, considerando los empleados de la planta y los de las empresas contratistas que están de forma “permanente y exclusiva” en el establecimiento. Agregó que en toda la cadena productiva de la compañía trabajan unos 6.000 entre puestos directos, indirectos e inducidos.
Giambruno dijo que a UPM Fray Bentos ingresan unas 850 personas por día a prestar servicios y estimó que a la futura planta entrarán 1.000.
Con la planta de Pueblo Centenario en marcha la actividad de UPM en toda la cadena productiva llegaría a emplear de manera directa —junto con las empresas contratistas vinculadas a la operación de Fray Bentos— a 7.000 personas aproximadamente. Ello abarca desde plantación de árboles, corte, transporte, trabajo en planta y puerto en 14 departamentos, comentó Battegazzore.
La futura planta y su control capitalizaron “todo lo mejor”