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Propio e innovador. Así define Pablo Hein, magíster en Sociología y docente, el Programa de Salud Mental que la Universidad de la República (Udelar) presentará en el Hospital de Clínicas el próximo miércoles 13. “Lo que predomina a nivel nacional es un enfoque sanitario y terapéutico. Y este no solo apunta a eso, es un cambio de paradigma”, dice a Búsqueda, y remata el concepto con una cita de George Orwell: “Lo importante no es mantenerse vivo sino mantenerse humano”.
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Este programa tendrá el Hospital de Clínicas como foco y cara más visible, pero también tiene la participación de las facultades de Psicología y de Ciencias Sociales. Fue aprobado por el Parlamento en la última Rendición de Cuentas y se le asignó un monto anual de $ 100 millones. “Originalmente, eran 170 millones, pasó a 120 y quedó en 100”, sonríe el sociólogo. Aun así, asegura que harán rendir el dinero en todas las áreas del programa. Además de la remodelación del hospital universitario, que incluye una sala de internación de ocho camas, un centro diurno y la nueva emergencia (Búsqueda Nº 2.245), habrá investigación, talleres, cursos y campañas de sensibilización.
Según datos de la Udelar, las afectaciones mentales representan en el mundo un 23% de los años perdidos por discapacidad y son un problema de salud pública con importante carga de morbilidad, discapacidad y muerte prematura.
“Ya sabemos que vamos a tener una carretera. Ahora hay que ver cuánto le ponemos de asfalto, qué distancia cubre, si hay cuneta o no”, grafica Hein, quien destaca el gesto del director del Hospital de Clínicas, Álvaro Villar, que al verse reducido el presupuesto del proyecto derivó algo del monto destinado para su remodelación, “para no deflactar las intervenciones sociales y psicológicas”.
Ese renovado sector específico del Hospital de Clínicas para la salud mental, lo que conforma el dispositivo de atención más clásico, comenzaría a funcionar entre la última semana de julio y la primera de agosto de 2024. Esto implica una remodelación edilicia que actualmente está en marcha y que en un futuro tendrá salas para investigadores y talleristas. La idea de la universidad excede lo sanitario y terapéutico en un espacio ganado del jardín hacia el lado donde funciona el Centro Uruguayo de Imagenología Molecular (Cudim).
“Este programa de la universidad no salía únicamente con la Cátedra de Psiquiatría de la Facultad de Medicina. El rol de Psicología es claro”, dice por su lado a Búsqueda el decano de la Facultad de Psicología de la Udelar, Enrico Irrazábal. Ese espacio verde sería utilizado para el trabajo con usuarios y familias. Paralelamente, el centro diurno permitirá a psicólogos el trabajo individual o en grupos.
En una nueva etapa, indica el psicólogo, se debería incluir la participación de otras instituciones de la Udelar como la Facultad de Arte o el Instituto Superior de Educación Física (ISEF).
“El lanzamiento del 13 nos posiciona ante la sociedad civil y la política. No solo tenemos que rendir cuentas de lo que gastamos a la Udelar sino también ante el Parlamento. Más allá de la atención médica, no hay que descuidar la investigación y la docencia. Ahora tenemos financiación para hacer talleres si alguna institución lo pide, no hace falta que los interesados lo paguen, eso es algo que no se debe descartar”, indica.
Suicidios
La Facultad de Sociología ya tiene previsto estar “en terreno” entre fines de febrero y principios de marzo. Para abril ya funcionará una “escuela de otoño”, destinada a la sociedad civil, con participación de docentes extranjeros, en Soriano y Salto. La idea es formar y sostener agentes comunitarios (que pueden ser docentes, policías, sindicalistas, religiosos o cualquier otro referente) para la prevención del suicidio.
En Uruguay la tasa de suicidios fue en 2022 de 23,08 cada 100.000 habitantes. Ese registro está entre los 15 más altos del mundo. Es el indicador más crudo y certero de la situación de la salud mental.
Este enfoque, más comunitario, es el que permitió en países como Dinamarca, Finlandia o —mucho más cerca— Chile bajar las tasas de suicidio existentes. “En los primeros tres o cuatro años yo no podría apostar a un descenso —ojalá me equivoque— pero en los próximos cinco o seis vamos a contribuir a detenerlo. No es un fenómeno que vaya a desaparecer, Uruguay no va a tener nunca una tasa de 11, históricamente no ha sido así. Lo que no podemos bajo ninguna manera es estar entre los primeros 15 del mundo. Podemos sí dar un freno a esa escalada y luego intentar una recuperación. Es un trabajo a largo plazo, más pensando en nuestros hijos que en nosotros”, afirma Hein.
También Irrazábal habla de la importancia de salir afuera como prevención. “Hay que salir y hacer seguimientos, trabajar con las familias y las organizaciones sociales del barrio. No vamos a trabajar solo en el Clínicas”, subraya el decano. En cambio, es más prudente que el sociólogo a la hora de señalar un impacto en la tasa de suicidios: “No sé cuánto vamos a contribuir, pero lo cierto es que vamos a afrontar una demanda concreta de esta sociedad, un problema político de verdad que tiene el país”.
Paradigma
Hein ha insistido en que el suicidio es un tema que tiene que abordarse como un problema de “salud comunitaria”, con su enfoque respectivo, y no de “salud mental”, centrado en lo médico y terapéutico (Búsqueda Nº 2.223). A su criterio, este programa de la Udelar cumple con ese cambio de paradigma, más allá de que el título sea, justamente, “salud mental”.
“Si me apurás, el título es una cuestión de ‘marketing’. Me oponía pero el tiempo no me dio la razón. Y puedo decir que este programa tiene un enfoque comunitario porque entre sus objetivos está el trabajo en red y el trabajo comunitario, que son temas sociales”, explica Hein.
El sociólogo precisa que esta iniciativa de la Udelar es “totalmente aparte” de la impulsada por el gobierno para la salud mental. Esta última, presentada en junio, tiene la participación de los ministerios de Salud Pública (MSP) y Desarrollo Social (Mides), así como de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) y la Junta Nacional de Drogas (JND). Incluye aumento de cupos en centros diurnos y nocturnos, así como de plazas para tratar adicciones y de cobertura de psicoterapia (Búsqueda Nº 2.231).
“Lo nuestro es totalmente aparte, nosotros planteamos una forma diferente de ver el tema, por suerte. Acá hay mucho énfasis en el tratamiento de adicciones. Como opinión personal, si bien la iniciativa es buena, no hay un programa atrás, no hay un proyecto. Es una suma de ministerios e instituciones puestos a trabajar en pos de la salud mental, nada más. Es preocupante el énfasis en el tema de las pastillas y los depresivos, la medicación gratis sin ninguna trazabilidad. Ojo que hay intervenciones y pastillas que son necesarias, lo que no son necesarias son tantas. No hay que mirar tanto al dedo sino a lo que se apunta”, señala el sociólogo.
Por su parte, Irrazábal agrega que este programa busca que se cumpla la ley de salud mental (la 19.529, de 2017), que apunta a una progresiva desinstitucionalización. “Entre nuestros objetivos hay énfasis en que las intervenciones tienen que ser cortas, de cinco a 10 días. Las largas está comprobado que son un fracaso, por la iatrogenia”, en referencia a los daños a la salud no buscados y causados por el comportamiento médico. En su opinión es necesario colaborar a “construir redes sociales”, ya que son “el principal apuntalamiento” de la salud mental. “Vos te caés cuando no las tenés”, concluye.