Un encuentro entre dos expresidentes con más coincidencias que diferencias al final del camino

escribe Federico Castillo 

Afuera llovía. Caía agua sin parar en la tarde del jueves 25 de noviembre. Y el expresidente de la República Julio María Sanguinetti ingresó unos 10 minutos antes de lo previsto y con un ligero malhumor a la redacción de Búsqueda. Peñarol, el cuadro de sus amores, terminaba de empatar sin goles contra Progreso en uno de esos partidos llenos de barro y pocas emociones en el que dejó otros dos puntos por el camino hacia el campeonato uruguayo. El traspié deportivo fue una de las primeras cosas que comentó, con cara larga, a los periodistas mientras aguardaba por la llegada de su compañero de charla, el también expresidente José Mujica. A las 19.00, la hora acordada para el conversatorio entre estas dos figuras políticas reunidas por Búsqueda a un año de su histórico y simbólico retiro del Senado, llegó Mujica con estricta puntualidad. Subió pesadamente las escaleras hacia una de las salas de reuniones del semanario y le estrechó la mano a Sanguinetti.

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