Cuando ninguno de los dos todavía integraba el mismo gobierno, el subsecretario de Turismo, Remo Monzeglio, y el director del Banco República (BROU) Pablo Sitjar estuvieron enfrentados en un juzgado.
Cuando ninguno de los dos todavía integraba el mismo gobierno, el subsecretario de Turismo, Remo Monzeglio, y el director del Banco República (BROU) Pablo Sitjar estuvieron enfrentados en un juzgado.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáMonzeglio era director ejecutivo del Hotel Mantra hasta que fue despedido de manera intempestiva. El reconocido operador turístico y actual viceministro presentó una demanda contra Brook Avenue Ltd., titular del emprendimiento hotelero, otra sociedad anónima y varias personas, entre ellas Sitjar, quien representaba e integraba el directorio de la compañía que lo contrató. Reclamó el pago de US$ 232.000 más IVA, lo que hubiese percibido si el contrato llegaba a término, y un monto por daño moral.
En el marco del juicio, los demandados intentaron probar que Monzeglio había cometido diversas irregularidades en los seis meses de gestión como director ejecutivo con el objetivo de demostrar que tuvieron motivos fundados para echarlo.
El fallo del Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 7º turno resume algunas de las acusaciones que plantearon los demandados. Sostuvieron que “el incumplimiento (de Monzeglio) fue tan grande que generó una ineficacia total en el funcionamiento del hotel. Los operadores que contrató no se encontraban capacitados para los puestos de jefe en los que el actor los colocó. Realizó contrataciones improductivas, por ejemplo designando a su propio hijo como gerente de reservas”.
En primera instancia, el juez de 14º turno, Fernando Tovagliare, le dio la razón a Monzeglio. “Más allá de las diferencias sobre la forma” en la que llevaba adelante su gestión, “lo cierto es que no existió por parte del directorio” de la empresa “intimación o requerimiento alguno mediante el cual —formalmente—, le hubiesen advertido las diferencias sobre su conducción”, explicó. Algunos de los cuestionamientos de los demandados ni siquiera estaban estipulados en el contrato, por lo que no podían considerarse como “justa causa de rescisión, ni graves incumplimientos”, acotó.
Con esos argumentos, el juez estimó que Monzeglio debía cobrar lo que quedaba del contrato, aunque desestimó el reclamo de una compensación económica por daño moral. Tampoco hizo lugar a la demanda contra Sitjar y el resto de los involucrados.
El tribunal de apelaciones que revisó el caso en agosto de 2017 acompañó el razonamiento del juez.