Gerardo González Valencia es uno de muchos hermanos a los que las autoridades de su país, México, vinculan con las operaciones del cártel de la droga Jalisco Nueva Generación. Pero, según surge de documentos del bufete panameño Mossack Fonseca (MF), filtrados en el marco de una investigación periodística internacional, al menos físicamente se encontraría lejos de todo ese mundo. Como su residencia, figura un chalet en Punta del Este.
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González Valencia y Wendy Delaithy Amaral Arévalo, quien es aludida en esos registros como su esposa, están relacionados con dos sociedades anónimas panameñas creadas por MF: Montella Global SA y Deltodo Enterprises. El intermediario en Uruguay fue el estudio notarial Asesores y Consultores del Sur Ltda. (Asconsur), con oficinas en una torre céntrica de Montevideo.
Montella Global SA, domiciliada en Panamá e inscripta en la sección mercantil del Registro Público con el número 752993, es propietaria de inmuebles en Uruguay y realiza inversiones inmobiliarias, según los documentos filtrados que llegaron de fuentes confidenciales a manos del diario alemán “Süddeutsche Zeitung” y fueron compartidos con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por su sigla en inglés) y con un centenar de medios de comunicación, entre ellos Búsqueda. Deltodo Enterprises está anotada con la ficha 808010 y su giro es la posesión de marcas de propiedad industrial en el exterior (Rusia y China).
Algunos periódicos mexicanos asociados en la investigación informaron esta semana sobre los servicios prestados por MF a integrantes del grupo conocido como Los Cuinis, socio del cártel de Jalisco Nueva Generación. El martes 12 la revista “Proceso” se refirió a González Valencia y Amaral Arévalo como parte de la “elite” del narcotráfico en el occidente de México. El hombre está además ligado a otros cárteles que “despliegan millonarias actividades internacionales”, añadió la publicación.
González Valencia es señalado por los gobiernos mexicano y estadounidense como parte de los negocios ilícitos de su clan, aseguró “Proceso”. Amaral Arévalo, en tanto, está mencionada en una nómina de la Organización sobre el Tráfico de Drogas de Estados Unidos junto a otros miembros de Los Cuinis.
Por su parte, “El Diario” de México informó que “desde el principio” esas dos personas “contrataron como asesora y consultora a Gianella Guarino Anfossi, directora y fundadora de la empresa Asconsur, establecida en Uruguay.
Según la investigación de Búsqueda, la escribana Guarino aparece como firmante de varias comunicaciones de años recientes con personal de MF relacionadas con Montella Global. De acuerdo con los registros filtrados —conocidos como los “Panama Papers”—, fue a través del bufete panameño que se adquirió la sociedad.
En setiembre de 2012 la escribana pidió a MF la emisión de un poder general, legalizado por el Consulado uruguayo en Panamá, a favor de Gerardo González Valencia.
Meses después, y a raíz de una consulta recibida de la sociedad, Guarino preguntó a MF si la misma está habilitada para actuar en Panamá y comprar bienes en ese país. En otro mensaje indicó que el cliente aguardaba una respuesta “para realizar una inversión inmobiliaria en Panamá” a través de Montella Global. “Efectivamente la sociedad Montella Global SA puede comprar bienes en Panamá, actuar y ejercer comercio localmente en Panamá”, le respondieron.
También en 2012 fue tramitado un Poder General, “amplio e irrestricto, sin limitaciones de especie alguna”, a favor de Gerardo González Valencia. El documento detalla que su residencia es en un chalet en Punta del Este.
La relación profesional entre Asconsur y las sociedades panameñas vinculadas a González Valencia y su mujer se mantuvo en años más recientes, de acuerdo con los documentos.
En junio de 2015, a pedido de Guarino y para cumplir con la ley 19.288 que exigió la transformación de acciones al portador por nominativas, el estudio uruguayo recibió de MF un listado de las sociedades panameñas activas que tiene con ese bufete. Además de Montella Global y Deltodo Enterprises, figuran otras seis.
En octubre, Asconsur comunicó a MF la decisión del cliente de transformar las acciones al portador en nominativas a nombre de Héctor Amaral Padilla, un ciudadano mexicano. En una declaración jurada como beneficiario final, fechada en Montevideo en agosto de 2015, esa persona figura domiciliada en el mismo chalet puntaesteño.
En noviembre de 2015, Asconsur hizo un planteo para que Montella Global “otorgue un Poder General amplio con facultades de disposición de todos los bienes que tiene en la República Oriental del Uruguay a favor del Señor Héctor Amaral (él es el accionista y beneficiario de Montella)”.
En una comunicación desde MF dirigida a Asconsur se le informó que cambios normativos llevan a considerar los directores de la sociedad provistos por el bufete como un “servicio Premium”. En el mismo mensaje se pidieron datos sobre el beneficiario final y procedencia de los fondos, entre otra información.
“Lo sensible del tema”.
Consultada por Búsqueda, Guarino afirmó que Amaral Arévalo y González Valencia fueron clientes de su estudio pero que “actualmente” no lo son.
Guarino agregó: en la “operación que se hizo de ellos en 2012 se actuó con la debida diligencia y cumplimos con las obligaciones que teníamos que cumplir”. Interrogada sobre las características de dicha transacción, informó que se trató de la compraventa de un inmueble, pero declinó dar más detalles amparándose en el secreto profesional. Seguidamente resaltó: “Lo importante es que hoy no son clientes del estudio”. Guarino no quiso informar hasta cuándo lo fueron.
Al consultarla acerca de la residencia de González Valencia, la escribana respondió: “Hoy no estoy vinculada con ellos. (…) Hasta que yo tuve conocimiento estaban instalados en Punta del Este”.
Afirmó que “cuando no cumplieron con la debida diligencia”, el estudio se desvinculó de estos clientes. Sobre los motivos de la finalización del vínculo profesional, Guarino expresó: “No queríamos seguir manteniendo una relación. Es una razón privada, no es un servicio público. Cuando no querés seguir una vinculación con un cliente no la seguís”. Agregó: “Es muy delicado el tema”.
La directora de Asconsur también declinó informar si en el pasado el estudio reportó alguna operación sospechosa de lavado de dinero vinculada a los mexicanos o a alguna de las sociedades offshore.
Cuando se le preguntó si conocía el nexo que se le atribuye a González Valencia con cárteles de la droga, Guarino negó saberlo. “Me parece que por lo sensible del tema no puedo decir más que eso. Tampoco son probadas las cosas… y a veces se tejen historias que no tienen nada más que un atado de datos y no son las cosas como fueron”, añadió.
En 2008, la directora de Asconsur recibió un reconocimiento de la Asociación de Escribanos del Uruguay por sus 25 años de actividad profesional, junto con otros de sus colegas. Entonces, hacía pocos años que a Guarino se le había rehabilitado el ejercicio de su profesión por parte de la Suprema Corte de Justicia, luego de haber sido suspendida.
Su nombre aparece vinculado al de otra sociedad uruguaya con actividad cuestionada en Argentina supuestamente por haber sido utilizada por un ex jerarca de la provincia de Entre Ríos para sacar dinero de operaciones de enriquecimiento ilícito a cuentas en Suiza.
[ACTUALIZADO] Las revelaciones de Búsqueda llevaron a que la jueza especializada en Crimen Organizado, Adriana de los Santos dispusiera once detenciones en Uruguay. Leé las repercusiones a esta nota AQUI