• Cotizaciones
    domingo 22 de junio de 2025

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
    $ Al año*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
    $ por 3 meses*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
    stopper description + stopper description

    Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

    Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

    Suscribite a Búsqueda
    DESDE

    UYU

    299

    /mes*

    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

    Un tercio de los empleos corre riesgo de ser automatizado

    Según estimación de la Cepal que excluye a sectores de baja productividad, que se ubican lejos de la frontera tecnológica

    Una cadena de supermercados ya tiene un local exclusivamente con “cajas de autoservicio” en las que el propio cliente pasa el producto por el lector de barras y paga mediante tarjetas. En otros establecimientos sigue habiendo personas desempeñándose como cajeros, un típico trabajo con tendencia a la sustitución por la tecnología. No necesariamente quedan desocupados, ya que aparecen roles nuevos, por ejemplo, en la logística del envío de una compra realizada vía web.

    Los casos de reemplazo de humanos por máquinas haciendo el trabajo son cada vez más frecuentes y visibles. Es parte de una transformación —la llamada cuarta revolución industrial— que, a ritmo cansino, llega también a Uruguay y los economistas intentan proyectar a futuro. Así, en los últimos años organismos internacionales, académicos y la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, han elaborado estimaciones sobre cuántos puestos de trabajo podrían ser sustituidos por máquinas.

    La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) elaboró un cálculo que incorpora un ajuste al método comúnmente utilizado —de Carl Frey y Michael Osborne—, en el entendido de que este no contempla las diferencias estructurales de los mercados laborales de Uruguay y otros países de la región respecto al de las economías avanzadas. Así, esta nueva estimación excluye al conjunto de los empleos del segmento de baja productividad, considerándolos como no sustituibles, ya que quienes los ocupan se verían obligados a mantenerlos o, en caso de que deban abandonarlos por algún motivo, tendrían que autogenerarse otra fuente de ingresos, también en sectores de escasa productividad. Con este método, algo más de un tercio de los empleos en Uruguay estarían en peligro.

    Método ajustado

    Hasta ahora, muchas estimaciones del riesgo de sustitución tecnológica del trabajo humano para América Latina han supuesto de manera implícita que sus mercados laborales funcionan igual que los de los países desarrollados, lo que frecuentemente conllevó a sobreestimarlo. Para depurar esa limitación metodológica la Cepal tomó en cuenta la existencia de un “gran sector determinado por las necesidades de subsistencia de muchos hogares y, por lo tanto, por la dinámica específica de la oferta laboral correspondiente que no se comporta como descrita en los libros de texto”. Se trata de grupos de baja productividad que se ubican lejos de la frontera tecnológica y no son objeto de procesos de sustitución o complementariedad de los factores de producción, como sí lo es el trabajo en los sectores de productividad media o alta. Con esa lógica, considera que el empleo en los sectores de baja productividad, debido a las necesidades de subsistencia de los ocupados en ellos, no enfrenta riesgos de automatización.

    En comparación con el método original de Frey-Osborne (62% en promedio simple para 12 países de la región, incluido Uruguay), el 24% de los ocupados enfrentaría un alto peligro de sustitución si se diferencian los empleos existentes entre estratos de distinto riesgos. La Cepal aclara que su estimación ajustada implica una subestimación, pues es poco probable que todos los ocupados identificados como trabajando en sectores de baja productividad realmente estén con un riesgo cero, por ejemplo, en las microempresas y el servicio doméstico.

    Por otro lado, la metodología propuesta por Frey-Osborne genera una correlación negativa entre el riesgo de sustitución y el Producto Bruto Interno per capita (cuanto más “pobre” es el país, mayor es el riesgo promedio de sustitución). Sin embargo, al ajustarlo eso se revierte: el peligro es proporcionalmente mayor en las economías de la región con más Producto por habitante, que tienen sectores más grandes con productividad media y alta (donde se darían transformaciones tecnológicas que sustituirían trabajo humano).

    Sexo, educación y ramas

    No sorprende que sean los países con mayor proporción de trabajadores en sectores de baja productividad los que tengan mayores cambios en la proporción de trabajadores con riesgo de automatización una vez ajustado el método, como los casos de El Salvador (65% con el original y 11%), Honduras (63% y 16%) y Bolivia (60% y 12%). Por su lado, Uruguay (61% y 36%), Chile (56% y 36%) y Argentina (60% y 34%) son los que tienen mayor proporción de trabajadores en riesgo, con uno de cada tres puestos en esa situación.

    La Cepal también analizó el riesgo de sustitución tecnológica del trabajo humano en función del sexo, nivel educativo, edad y rama de actividad, aplicando tanto el método original como el ajustado (atribuyendo un índice de automatización de cero a los ocupados en los sectores de baja productividad).

    En todos los países la proporción de las mujeres en empleos con bajo riesgo de sustitución tecnológica es mayor que la de los hombres.

    Por otro lado, el 52% de los ocupados de la región con bajo nivel educativo que se desempeñan en sectores de productividad media o alta ocupan un empleo de alto riesgo de sustitución. En contraste, casi 60% de los trabajadores con elevado nivel educativo tiene un puesto de bajo peligro de ser reemplazado por una máquina.

    Por edades, en promedio para los 12 países estudiados, los ocupados jóvenes —15 a 29 años— tienen la mayor proporción de trabajo con alto riesgo de sustitución tecnológica, tanto si se considera el método original como el ajustado (la cifra en el caso de Uruguay llega a 38%). Esto puede estar relacionado con el menor nivel educativo o con la falta de experiencia laboral, que hace que algunos trabajadores de mayor edad hayan adquirido habilidades más difíciles de sustituir.

    En cuanto a las actividades, en el promedio de los 12 países de América Latina la aplicación del índice de automatización no ajustado da como resultado una mayor proporción de ocupaciones con alto riesgo de sustitución en los rubros restaurantes y hoteles, comercio, agricultura e industria manufacturera, y una menor concentración en educación, servicios sociales y salud, así como en transporte, almacenamiento y comunicaciones. Al limitar el análisis a los sectores de productividad media y alta (método ajustado), la agricultura pasa a ser el rubro con mayor potencial de sustitución.