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Los militares uruguayos suelen mantener funcionando las cosas durante más años que su “vida útil”. Lo consiguen aunque sea atándolas “con alambre”, como dice la canción de José Luis “Pepe” Guerra. Esa realidad diaria en Uruguay, sin embargo, se transforma en un problema mayor en el exterior, cuando el Ejército tiene que desempeñarse en misiones de paz y cumplir con determinados estándares de calidad del equipo e infraestructura con que trabaja en la zona asignada.
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No estar a la altura de las exigencias técnicas ni del nivel de mantenimiento que requiere Naciones Unidas (ONU) para los equipos militares fue la causa principal por la que 138 militares del arma de Ingenieros fueron repatriados el miércoles 4 desde el Congo, explicaron a Búsqueda varias fuentes castrenses.
En ese país africano, Uruguay tenía cerca de 180 militares del arma de Ingenieros. Entre sus misiones estaba la protección y mantener seis plantas potabilizadoras de agua de OSE. Ahora, el grupo de ingenieros militares uruguayos quedó reducido a 35 efectivos, el mínimo indispensable para sostener el funcionamiento de las plantas. Ya no se repararán caminos, ni construirán puentes, como se hacía antes.
Recortes y calidad.
Es el final de un proceso que comenzó en febrero, cuando Estados Unidos y otras potencias anunciaron revisiones profundas a los fondos que destinaban a las misiones de paz. Así, hubo una reducción global del 8,5% del presupuesto que los países centrales les destinan. Ese recorte equivale a unos US$ 700 millones.
En ese contexto, la ONU resolvió recortar efectivos y reducir varias de sus misiones. La del Congo, una de las más numerosas con 22.000 efectivos desplegados, encabezó la lista de recortes.
La reducción de esta misión en particular se votó en marzo en el Consejo de Seguridad de la ONU. Uruguay, miembro de ese organismo por dos años, votó en contra de la medida. Argumentó que se quitaban recursos a la operación cuando “la situación no muestra signo alguno de mejora”.
Para realizar estos ajustes, las autoridades de las misiones de paz evaluaron cuáles eran los rendimientos de las compañías. En el caso uruguayo, la compañía de Ingenieros quedó penúltima entre las seis que evaluaron, dijeron fuentes militares. Sus estándares de calidad eran apenas mejores que los de la sudafricana, por lo que ambas compañías fueron repatriadas.
El sistema mediante el cual se establecen los estándares se conoce como Equipamiento en Posesión del Contingente (COE, por su sigla en inglés). De acuerdo con ese mecanismo, el país que participa en la misión de paz aporta equipamiento, personal y otros servicios, y luego la ONU le reembolsa los gastos.
Pero este reembolso está sujeto a estrictos controles trimestrales, en los que la ONU analiza si el equipamiento y el personal cumplen los estándares.
Uruguay no alcanzó las exigencias en varias ocasiones, en particular en el área equipamiento, dijeron las fuentes militares.
“Lo peor es que no solo perdíamos el reembolso, sino que comenzaron a recortarnos viáticos por incumplimientos”, dijo un informante.
Cuando hubo que hacer recortes de efectivos, Uruguay entró en la lista. Además de los ingenieros del Ejército, también se repatriaron 100 efectivos de la Armada, dijeron fuentes del Ministerio de Defensa.
También repatriaron del Congo a un batallón entero de la India, una batería de 300 hombres de Tanzania, una compañía de infantería de Nepal y a 100 observadores militares.
Demoras y malestar.
Desde el Ministerio de Defensa y el Ejército hay un malestar generalizado con la situación. Entienden que las demoras burocráticas uruguayas impidieron en muchos casos cumplir en tiempo y forma con las reparaciones y mejoras del equipamiento que tenían desplegado en el Congo.
Según las fuentes, esas demoras hicieron que muchas veces los militares apostados en la zona tuvieran que recurrir a “recursos caseros” para que las máquinas siguieran funcionando, lo que se aparta de los estándares de la ONU.