Vázquez, Mujica y la breve crónica de una renuncia esperada

REDACCIÓN  

Zapatos deportivos descoloridos, un pantalón jogging amplio y un buzo raído, ambos con pelotillas por el roce y los años. En la mano una bolsa de supermercado con un contenido poco claro, que al acercarse a las gallinas se expande por el aire como una lluvia sólida. “Miren, ahí va la futura vicepresidenta de todos los uruguayos”, dice sonriendo José Mujica ante los visitantes en su chacra. Lucía Topolansky no escucha y sigue con sus tareas hogareñas.

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