Su película póstuma se presenta en el Festival de Venecia 2023
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáFue director y guionista de cine y televisión y desde muy joven obtuvo los más destacados reconocimientos por sus películas. William Friedkin tuvo, además, un especial ojo de documentalista, incluso para sus películas de ficción. Había nacido en Chicago en 1935 y el lunes 7 murió en Los Ángeles a los 87 años.
En sus inicios en los años 60 trabajó para televisión en programas famosos como Alfred Hitchcock presenta o La dimensión desconocida. También en esos inicios está su documental The People vs. Paul Crump, sobre la liberación de un joven condenado a muerte en una prisión de Illinois, que fue premiado en el Festival de Cine de San Francisco en 1962. En ese momento, Friedkin tenía 27 años, y ya se avizoraba un joven talento, atraído por el realismo sucio, que el mundo conocería principalmente por dos de sus películas.
Contacto en Francia (1971) fue una de ellas, con el rostro de Gene Hackman como Jimmy Popeye Doyle, un agente de narcóticos encubierto. Jimmy es un tipo desagradable, racista, malhablado, iracundo, que tiene como socio al detective Buddy Cloudy Russo (Roy Scheider). Ambos están persiguiendo a delincuentes franceses que planean vender heroína en Nueva York. El líder de esa banda internacional es Alain Charnier, interpretado por Fernando Rey. La película tiene un vértigo que deja sin aliento. Obtuvo cinco premios Oscar, entre ellos, al Mejor director. Friedkin tenía 36 años.
Dos años después de aquel triunfo, llegó El exorcista (1973), su obra maestra, que lo mostró como un gran cineasta capaz de todo por lograr escenas de un realismo aterrador. Y ese todo abarca desde herramientas técnicas y artesanales en ese momento inimaginadas en el cine hasta algún daño físico a los actores y peleas con integrantes del equipo (ver Búsqueda Nº 1.949). La película ganó cuatro Globos de Oro y dos premios Oscar (al guion y al sonido).
“Antes del estreno de Contacto en Francia, recibí un paquete de William Peter Blatty. Lo abrí y era el manuscrito de El exorcista. Lo leí entero aquella noche. Llamé a Blatty y me dijo que estaba basado en una historia real, que su novela acababa de aparecer y le había vendido los derechos a Warner Bros. y me preguntaba si quería dirigirla”, explicó Friedkin en entrevista para el corto Cómo se hizo El exorcista (2020) que puede verse en YouTube subtitulado. “La rodé casi como un documental”, agrega como dato interesante aplicado a la ficción.
En esa entrevista también aparece con su testimonio Linda Blair, la actriz que interpretó a Regan, la niña poseída. “Cuando vi la película entera supe que había participado en algo que cambiaría para siempre mi vida. No sabía cómo ni por qué, pero lo sabía”. Y sin dudas, su vida personal y actoral estuvo marcada, y un poco maldita, por esta película.
Friedkin recortó varias escenas (unos 12 minutos) por sugerencia de un directivo de la Warner que las consideraba excesivas e innecesarias. El director primero dudó, pero las terminó eliminando. “Hice los cambios que me propuso y la película mejoró”, recordó en el corto. “Durante años Blatty estuvo enojado conmigo y ni siquiera nos hablábamos”. Después de un tiempo, volvieron a conversar y el guionista le dijo: “Billy, le has quitado el corazón y el alma a la película”. En 2000 retomaron la amistad y también el director estuvo dispuesto a rever esas escenas para volver a estrenar la película con ellas. “Lo hice porque lo respeto y porque me dio el mejor material que nunca tuve”.
“El corazón y el alma” al que se refería el guionista es un diálogo en la escalera que desemboca en el cuarto de Regan entre los sacerdotes a cargo del exorcismo: Lankester Merrin (Max von Sydow) y Damien Karras (Jason Miller). Ellos se preguntan por qué el mismísimo Diablo se metió en el cuerpo de esta niña, ¿cuál era el sentido de todo aquello? “Quiere eliminar la posibilidad de que Dios pueda amarnos. Creo que quiere que nos desesperemos”, dice Merrin. Allí estaría todo el sentido de la película que para guionista y director se trata sobre el misterio de la fe. Por eso Friedkin no la consideraba una película de terror. En 2017, el director estrenó otro documental, The Devil and Father Amorth, sobre el sacerdote y exorcista italiano Gabriele Amorth. Pazuzu no lo abandonaba.
El salario del miedo (Sorcerer, 1977), sobre un camión cargado de explosivos que atraviesa la selva venezolana, y Vivir y morir en Los Ángeles (1985), un thriller con un falsificador y dos agentes del servicio secreto, son otras de sus películas destacadas.
En el Festival de Venecia, que comienza a fines de agosto, se presentará póstumamente la última película de Friedkin. Se llama The Caine Mutiny Court-Martial, una adaptación de la obra de teatro judicial El motín del Caine, de Herman Wouk, ganadora del Premio Pulitzer en 1952.
“No le temo a la muerte, solo la vida me asusta. No me voy a retirar. Te retiras cuando mueres”, dijo Friedkin en el corto sobre El exorcista. En Venecia se comprobará que aún no se ha retirado.
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