Yo contrato, tú contratas, ellos contratan

REDACCIÓN  
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El 25 de febrero, los trabajadores de la Dirección Nacional de Cultura (DNC), agremiados en la Asociación Nacional de Trabajadores de Educación y Cultura (ATEC), difundieron a la opinión pública una carta en la que plantean una serie de denuncias e irregularidades que evalúan como un retroceso en sus derechos laborales.

Entre sus reclamos, señalan que hay funcionarios sin contrato y sin cobrar desde hace cinco meses, que hubo nuevos ingresos a la DNC sin concurso y que los trabajadores de los ex Centros MEC, que se eliminaron en la Ley de Presupuesto, permanecen sin tareas asignadas y con un destino incierto. Creados en 2007, los Centros MEC fueron 127 espacios de encuentro, distribuidos en los 19 departamentos, en los que se impartían cursos y se realizaban actividades culturales.

Consultada por Búsqueda, la directora nacional de Cultura, Mariana Wainstein, consideró que a través de la Ley de Presupuesto se buscó que los funcionarios salieran de la precariedad laboral en que se encontraban. “Para nada considero que se haya retrocedido. Todas las veces que hablé con el sindicato de la DNC me pareció que queríamos lo mismo y que lo fuimos consiguiendo”.

La directora explicó que uno de los artículos de la Ley de Presupuesto permite que se logre regularizar la situación de funcionarios que estaban trabajando con contrato de horas docentes. Otro de los artículos permite crear cargos en los museos y en los institutos de Artes Visuales, Música, Letras y Artes Escénicas.

Con estos institutos, que con la Ley de Urgente Consideración adquirieron estatuto legal, se quiere solucionar un problema que la DNC arrastra desde el primer gobierno frenteamplista, cuando dicha repartición fue creciendo en proyectos y alcance nacional, pero sin una estructura definida y con contrataciones irregulares para cubrir cargos permanentes mediante horas docentes. El sindicato denunció en varias oportunidades la situación de precariedad laboral y en 2017 ocupó la sede de la DNC.

En cuanto a los trabajadores que están sin cobrar, Wainstein explicó que hay seis renovaciones de contrato que salieron de la DNC el 6 de octubre, un mes antes de que se vencieran, pero aún no terminó el trámite administrativo. “El camino en el Estado es largo y no depende de mí. Lo que sí me ocupé es de que estos contratos, una vez que salgan de ese periplo, se cobren con retroactividad”.

Williams Martínez, vocero del sindicato, que trabaja en el Instituto Nacional de Artes Escénicas, admite que la relación entre el sindicato y la DNC ha tenido un diálogo fluido, pero que no se han encontrado soluciones, sobre todo para los trabajadores que están sin cobrar. “El sindicato debe transparentar a la ciudadanía situaciones que no son correctas. La Dirección no ha generado ningún mecanismo para destrabar el proceso administrativo que hace que la gente no esté recibiendo el salario”. Agrega además que los cambios estructurales que se han implementado no fueron comunicados al sindicato “en los espacios de negociación correspondientes”.

Por otra parte, Martínez señala que se han encontrado con una cantidad de ingresos directos a la DNC. “Con la anterior administración, comenzamos un conflicto y logramos que se fueran eliminando los contratos con horas docentes para tareas permanentes y que se llamara a concurso. Ahora nos encontramos con una cantidad de ingresos con contratos irregulares para sustentar la estructura de la DNC”.

Wainsten explica que se contrató a algunas personas idóneas para que trabajaran con los coordinadores de los institutos. “Estuvieron prácticamente solos durante 2020. Cada vez que se hace un llamado a concurso se demora meses, entonces cada coordinador de instituto formó un equipo básico y para eso hicimos un llamado directo, algo para lo que estamos legalmente habilitados”. La DNC está trabajando en la regulación de la carrera funcional, por eso Wainstein se reunió con Conrado Ramos, director de la Oficina de Servicio Civil.

Martínez señala que se tendría que haber definido en la Ley de Presupuesto la necesidad de recursos humanos para los institutos. “Se creó una nueva institucionalidad, pero no se generaron las vacantes. Por otro lado, el Poder Ejecutivo definió la reducción de vacantes en la administración pública, mientras que en la DNC se genera una estructura que necesita recursos humanos. Esa contradicción la suplen con designaciones que no corresponden”.

El sindicato tendrá una asamblea mañana viernes 5 y decidirán los pasos a seguir.

Abundancia de vínculos precarios.

En el apartado dedicado al Ministerio de Educación y Cultura de la Memoria Anual 2020, hecha pública esta semana por Presidencia de la República, se describe la situación en la que se encontró la Dirección Nacional de Cultura, al inicio de este gobierno:“La nueva administración encontró una abundancia de vínculos laborales precarios, que dejan en una situación de vulnerabilidad a buena parte de los trabajadores”. Como causa principal de este problema se indica “la utilización de horas docentes para remunerar actividades que nada tienen que ver con la docencia”. Según se explica, ese tipo de vínculo “puede ser interrumpido en cualquier momento, sin generar indemnizaciones”. Las autoridades de la DNC señalan que “la cantidad de personas retribuidas con horas docentes había aumentado durante el pasado quinquenio, mientras que el total de funcionarios presupuestados había bajado”.

Del mismo modo, se informa sobre deudas pendientes de eventos culturales organizados por la DNC en 2019: “Se debían horas extras generadas en ocasión de las ediciones 2019 del Día del Patrimonio y de la Noche de los Museos. Si bien se habían asumido compromisos expresos con los trabajadores, estos no habían sido honrados ni se habían hecho previsiones presupuestales”.

En otro orden, el documento señala, entre otros problemas originados en la administración anterior que la DNC mantenía, al 28 de febrero de 2020, convenios impagos con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas por casi 59 millones de pesos y una deuda de unos 29 millones de pesos con el Datacenter de Antel. “Buena parte de estos atrasos afectaban la vida cultural”, señala, y continúa con las dificultades financieras halladas: “El Sodre tenía un déficit operativo de 113 millones. En la Dirección de Cultura había deudas por unos 40 millones de pesos: más de 8 millones correspondían a fondos concursables y 7 millones a pagos atrasados a los fondos Iber (Ibermedia, Ibermúsicas, Iberescena, Ibermuseos, fondos internacionales de fomento cultural que otorga la Secretaría General Iberoamericana). También estaban pendientes 1,3 millones de pesos por contratos artísticos con cooperativas, y unos 25.000 euros a proveedores italianos que habían sido contratados en ocasión de la Bienal de Venecia”.

Asímismo, el documento señala la situación anómala del Museo Gurvich, cuya colección fue adquirida por el Estado en diciembre de 2018: “Se asumió por convenio la obligación de transferir al Museo Gurvich $ 5.500.000 anuales, sin hacer las previsiones presupuestales correspondientes”.

En otro párrafo, se señala una superposición “muy visible” de tareas entre las direcciones nacionales de Educación y de Cultura y los Centros MEC, finalmente disueltos: “Se encontró un ministerio sin definiciones estratégicas que permitieran alinear el funcionamiento de las distintas unidades ejecutoras. El ejemplo más notable era el de Centros MEC. Este programa había nacido dentro de la Dirección General, pero, una década más tarde, en el año 2017, se convirtió en unidad ejecutora. El resultado fue un desacople entre el funcionamiento de los Centros MEC y las políticas generales del ministerio. Existía una Dirección Nacional de Educación y una Dirección Nacional de Cultura que impulsaban determinadas políticas, y luego estaban los Centros MEC, cuyas acciones seguían una lógica propia, a veces con divergencias y otras veces con superposiciones”.

Vida Cultural
2021-03-03T22:31:00