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    Fundadores de dLocal compraron miles de hectáreas de campos en años recientes, con preferencia en Rocha

    Andrés Bsuvorski y Sergio Fogel, líderes del primer “unicornio” uruguayo en cotizar en la bolsa del Nasdaq, invirtieron unos US$ 45 millones en la adquisición de tierras, según datos recabados por Agro de Búsqueda

    Redactor Agro de Búsqueda

    En los últimos años algunos empresarios uruguayos y argentinos, que figuran entre los más ricos de Uruguay y la región, realizaron inversiones en la compra de campos.

    A las compraventas de tierras que tradicionalmente tienen como protagonistas en su mayoría a productores o empresas del sector agropecuario, que apuestan a la producción ganadera, agrícola, lechera o forestal, se sumaron transacciones en las que participaron ejecutivos con otro perfil.

    Uno de estos casos es el de los fundadores y accionistas de la compañía uruguaya dLocal, Andrés Bsuvorski y Sergio Fogel, reconocidos emprendedores que lograron posicionar a nivel global su firma de tecnología financiera, que cotiza en el Nasdaq, la mayor plataforma bursátil estadounidense.

    Sergio Fogel Kaplan compró unas 740 hectáreas en el departamento de San José a mediados de 2021 a la empresa Almodura Sociedad Anónima, por las que pagó cerca de US$ 6 millones, según las averiguaciones de Agro de Búsqueda.

    Los datos muestran que este empresario además adquirió alrededor de 2.700 hectáreas que comprenden una serie de padrones rurales ubicados en el departamento de Durazno, y el vendedor fue Pedro Tomás Benedek.

    El monto de las dos transacciones de tierras que comprendió ese negocio fue de casi US$ 11 millones en su conjunto, conforme con los datos obtenidos.

    Por otra parte, en los primeros meses de 2023, el empresario Andrés Bzurovski compró 4.300 hectáreas en el departamento de Rocha a la firma Saiza Sociedad Anónima, en los primeros meses de 2023.

    El monto de esa compraventa fue de US$ 16 millones, correspondiente a dos padrones rurales, lo que implica un precio promedio de US$ 3.700 por hectárea.

    Bzurovski realizó otra adquisición de campos en suelos rochenses al año siguiente, en este caso con una extensión de 4.459 hectáreas a la firma Alanvit Company Sociedad Anónima, según los datos recabados por Agro de Búsqueda.

    Casi US$ 11 millones fue el monto de esa compra de tierras registrada a fines de 2024, lo que supone un precio promedio de unos US$ 2.500 por hectárea.

    Otra compraventa de campos, concretada en agosto de este año, comprende padrones rurales ubicados en Durazno, con una extensión de casi 1.000 hectáreas, por un monto de US$ 4,5 millones. En este caso el comprador fue el empresario uruguayo del sector de la tecnología informática Martín Troisi Ferrán, y el vendedor fue el empresario agropecuario Agustín Vega Faraut, indican los datos del del Instituto Nacional de Colonización (INC).

    Troisi es conocido por concretar la venta de la empresa de sofware que fundó y dirigió, denominada Overactive, en algo más de US$ 100 millones.

    Seguridad y resguardo

    Sobre el tema de los inversionistas en campos procedentes de otros sectores económicos o profesionales que no tienen relación con el agro, el vicepresidente de la Cámara Uruguaya de Inmboliarias Rurales (CUIR), Rodolfo Victorica, señaló a Agro de Búsqueda que en los últimos años “aparecieron compradores locales” de campos con “extensiones de 600 a 2.000 hectáreas”, que además son personas de “fuera del sector”.

    El principal interés en la mayoría de estas situaciones es realizar “colocaciones de capital”, porque el negocio rural brinda “seguridad” y permite poner el “patrimonio a resguardo”, lo cual es algo “bastante buscado”, dijo.

    Este empresario, quien además es director de la firma Caldeyro Victorica Bienes Raíces, destacó que “2024 fue el año en el que se vendieron más tierras en Uruguay, con un récord de 375.000 hectáreas”.

    El año pasado el ritmo de negocios de compraventas de campos fue “impresionante”, porque se vendieron “paquetes forestales”, como el que adquirió el fondo Nuveen, de Estados Unidos, que compró una superficie de más de 20.000 hectáreas distribuidas en varios departamentos, y un holding japonés (la compañía Oji) compró unas 41.000 hectáreas en Rivera y Tacuarembó. También “hubo empresarios brasileños que compraron extensiones grandes de tierra”, valoró.

    En 2024 hubo un aumento de 58% en el total de área de campos transada, en comparación con la registrada en 2023, y fue la mayor extensión registrada desde 2009, según datos de Estadísticas Agropecuarias (DIEA), del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP).

    La información oficial muestra que en el mercado local de tierras en 2008 las compraventas abarcaron unas 684.000 hectáreas, y a partir de ese año hubo un descenso a niveles de entre 136.000 hectáreas en 2016 y 371.000 hectáreas en 2013.

    Respecto a la situación del mercado de inmuebles rurales en este año, Victorica consideró que “el ritmo ha disminuido, y que los precios y la oferta en ciertas zonas están aún más estables” en comparación a lo sucedido el año pasado.

    Los interesados “ya no tienen la locura que hubo” en años anteriores, cuando “subieron los precios para la actividad forestal y agrícola, que son los más demandados”, y “hoy está más pausado” el movimiento, sostuvo.

    Señaló que “hay mucho menos ofertas de campos, entonces eso es lo que hace que el precio se mantenga”, porque “los commodities agrícolas hoy están bajos”, principalmente el valor de la soja.

    Y “eso a veces tira para abajo el precio del campo, pero hoy, al haber tan poca oferta interesante (de tierras), se mantienen los precios”, afirmó.

    Arroz, forestación y más

    Mientras, el mercado de campos agropecuarios local registró otras transacciones este año, que demuestran la apuesta de productores, empresarios y fondos de inversión, entre otros actores, a la producción de granos, carnes y maderas.

    En los últimos meses, específicamente entre mayo y julio de 2025, hubo algunas compraventas que van en línea con esa decisión de invertir en suelos productivos.

    Entre las operaciones de inmuebles rurales figura una de julio de este año, que comprende una extensión de casi 1.600 hectáreas en Cerro Largo, por un monto de US$ 4,9 millones, y quien adquirió ese campo fue el empresario brasileño Carlos Darci Vencato, que cuenta con ciudadanía legal uruguaya, de acuerdo con los registros del INC.

    Indican que en esa transacción de tierras el vendedor fue Porto Macedo Sociedad Colectiva, integrada por empresarios de Río Branco y con sede en Treinta y Tres.

    El comprador de dicho campo se dedica a la producción de arroz en ese departamento, cuenta con permiso para uso privado de aguas públicas, que le otorgó la Dirección Nacional de Aguas (Dinagua) en junio de 2024 hasta el mismo mes de 2028, que comprende la toma de este recurso para riego del río Tacuary, de la cuenca de la laguna Merín, según consta en el registro público de aguas.

    Según Colonización, los inmuebles comprendidos en esa compraventa se encuentran actualmente arrendados, conforme a lo estipulado en los contratos celebrados por Porto Macedo Sociedad Colectiva, por un plazo de 10 años a contar desde el 1 de junio de 2019.

    El cultivo de arroz es una actividad que en los años recientes retomó el interés de empresarios locales y del exterior, principalmente brasileños, que decidieron hacer inversiones en tierras para producir el grano.

    Justamente, una de las transacciones destacadas de este año está vinculada con la producción de arroz. Concretamente se trata de la compraventa de una extensión de 6.162 hectáreas, por un monto de US$ 23 millones, en Treinta y Tres.

    Esta operación de tierras implica una serie de padrones rurales que se ubican a pocos kilómetros de la laguna Merín, y el comprador fue Zeferino Ecosteguy, gerente general de la empresa Damboriarena Ecosteguy SRL, exportadora de arroz y otros granos. El vendedor, en tanto, fue la firma La Represa Sociedad en Comandita, por acciones, conforme con los registros de Colonización.

    En el rubro de madera y celulosa, una de las compraventas de campos más significativas de los últimos tiempos es la que comprende algo más de US$ 24 millones, invertidos por la empresa Forestal Oriental, que integra el grupo UPM, para la compra de casi 6.000 hectáreas en el departamento de Durazno, según averiguaciones realizadas por Agro de Búsqueda.

    Señalan que el vendedor es la Caja de Jubilaciones y Pensiones Bancarias, que adquirió esos campos en 1992 como parte de su cartera de inversiones en el sector agropecuario.

    La compraventa en cuestión comprende un conjunto de treinta padrones rurales, distribuidos en tierras duraznenses, con los montes forestados correspondientes. El ofrecimiento de esta transacción de campos ingresó a los registros del INC a fines de mayo de este año.

    En este caso se estableció la entrega del campo conjuntamente con el otorgamiento de la escritura de promesa de compraventa dentro del plazo de 45 días a partir del 28 de agosto de 2024, y libre de ocupantes, a excepción de algunos padrones arrendados (superficie total arrendada de 2.147 hectáreas).

    En cuanto al pago de la transacción de los campos, se acordó hacerlo en dos partidas: una por U$S 16,1 millones pagaderos al momento de otorgar la promesa de compraventa contra la entrega de la ocupación de los inmuebles; y la segunda por U$S 8 millones, al otorgarse la compraventa definitiva, según registros del INC. Ambos pagos mediante endoso y entrega de una o más letras de cambio.

    En los meses recientes se concretó otra compraventa de campos ubicados en los departamentos de Lavalleja y Treinta y Tres, que abarca una extensión de 1.450 hectáreas por un monto de US$ 2,2 millones.

    En este negocio el comprador es Francisco José Reyes Puig, y el vendedor es Diego Vázquez di Bartolomeo, apoderado de la firma Erizel Sociedad Anónima, señalan los datos del ente estatal.

    Respecto al país de origen de algunos inversores, en el primer semestre de 2025 se registraron algunas compraventas de tierras en las que participaron inversionistas de Canadá, como fue el caso de un campo de casi 3.500 hectáreas en el departamento de Paysandú, vendido por un monto de US$ 12,5 millones.

    En ese negocio la parte vendedora fue Sierras y Valles Sociedad Anónima, una empresa dedicada a la explotación ganadera y lechera, cuyo presidente es Juan José Strauch Delger, y los compradores fueron Franco Salituro y Tanya Breiter, empresarios canadienses.

    También hubo otra transacción en la que la compradora fue otra inversora de Canadá. En ese caso se trató de la escritora y editora Linda Leith, quien compró tres padrones rurales en Maldonado, por un monto de US$ 10 millones, y una extensión de casi 400 hectáreas, con precio de US$ 25.400 por hectárea. La vendedora de dichos inmuebles rurales fue María Álvarez de Toledo.