Admitió que “es muy difícil trabajar en esos campos”, porque “están tomados por la garrapata multirresistente, y eso implica muchísimo gasto”.
Recientemente, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) habilitó el nuevo producto garrapaticida pour on en base a una nueva molécula fluralaner, que “es 100% efectivo contra cualquier tipo de garrapata”, pero su costo es “muy caro” y “es un sobreprecio que habría que poner para la ocupación de un campo con esas características”, comentó Senattore, quien además es médico veterinario. El costo del producto se ubica entre US$ 500 y US$ 600 por litro.
“Está muriendo mucho ganado en Artigas” por la garrapata, y los productores están dejando de producir y ofreciendo sus campos en arrendamiento, comentó el presidente de la Asociación Rural de Tacuarembó (ART), Juan Pedro Riccetto.
También confirmó que hay productores que entregan campos arrendados al verse superados por esta situación. El dirigente consideró que “está mal hecha la campaña” de combate a la garrapata. Y sostuvo que “nunca hubo una campaña seria”.
De todos modos, el presidente de la ART destacó el trabajo que hizo en el período pasado el doctor Marcelo Cortés, funcionario del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP).
“Creo que no la vamos a erradicar, porque tenemos varias problemáticas”, analizó Ricceto. En primer lugar se refirió al contrabando de productos brasileños, porque valen la mitad que en Uruguay y, al ser barato, se usa de forma excesiva un principio activo, y así se genera la resistencia.
También planteó la opción de un control biológico. “En Tacuarembó existe el Instituto Batoví, un instituto orgánico en Sauce de Zapará, que tiene desarrollado un biogarrapaticida en base a hongos entomopatógenos, que funcionó muy bien en varios predios”, comentó.
El problema de la garrapata “es muy serio”, aseguró el presidente de la Asociación Agropecuaria de Salto (AAS), Ramiro Azambuja. Sostuvo que la opción para combatirla es el fluralaner, pero “con un costo muy importante”. El producto se usa sobre todo cuando hay que trasladar el ganado. “No es una solución de fondo”, dijo.
El productor salteño comentó que hay “mucha expectativa” sobre cómo actuará el nuevo Poder Ejecutivo en este tema.
Azambuja dijo que no solo hay casos de productores que entregan campos por la multirresistencia, sino que hay campos en arrendamiento que no generan interés de parte de la demanda. “Hay campos que directamente la gente no los quiere, hace tiempo que están libres y no se arriendan”, señaló.
El presidente de la AAS recordó que previo a las elecciones participó de una reunión con el actual titular del MGAP, Alfredo Fratti, quien les comentó que esta situación se trasladaría al mercado inmobiliario, cambiando el valor intrínseco de la tierra. Señaló que hasta hace poco tiempo las variables que se tenían en cuenta para arrendar un campo eran las aguadas, las instalaciones ganaderas, los alambrados o la productividad y calidad de las pasturas. Sin embargo, ahora la presencia de garrapata es un factor preponderante.
Esta situación generó un nuevo debate entre las gremiales federadas, entre quienes sostienen que hay que apuntar todas las baterías al combate a la garrapata y dejar de lado el Programa de Erradicación de la Mosca de la Bichera, y quienes defienden la posición de llevar adelante ambas campañas sanitarias (ver página 3).
La AAS sostiene esta última posición y plantea que hay que buscar la forma de financiar una campaña efectiva contra la garrapata, que será “un trabajo titánico”, considerando la escala de ese proyecto, opinó Azambuja.
Para el presidente de la Asociación Rural Exposición Feria de Paysandú, Agustín Morales, la situación de la garrapata “es cada vez más comprometedora”. Explicó que el problema ya no solo se circunscribe a los establecimientos conflictivos, estancias muy grandes o predios forestales, como ocurría en otro momento, sino que “hoy en día afecta a todos”. Señaló que los campos que hace 15 años no tenían garrapata volvieron a tenerla. “La problemática es tremenda”, afirmó.
Además, dijo que “no se avizora una solución”, porque en el mundo se han probado planes sanitarios, pero “no hay manera de erradicarla, la única manera sería encontrar algún sistema de control que hoy no tenemos; tampoco tenemos una propuesta concreta”, admitió.
Morales confirmó que en Paysandú también hubo productores que salieron de arrendamientos de campos, que no se han podido volver a colocar por presencia de garrapata.
Explicó que el costo de combatir el ectoparásito “supera ampliamente el valor de la renta”. Esa alta incidencia en el resultado del negocio hace que los productores, cuando van a arrendar un campo, pregunten primero que nada si tiene garrapata, señaló.
El dirigente sanducero también comentó que quedaron libres campos de fideicomisos ganaderos en el norte, que también estaban con problemas de garrapata. “La gente prefiere arrendar un campo más sucio, menos productivo, o con otro costo, que entrar a uno que tiene garrapata”, aseguró.
“Este año fue más tranquilo”
“Creo que este año fue más tranquilo con respecto a 2023 y 2024” en presencia de garrapata, “por un efecto año y porque el mensaje ha llegado; fueron muchísimos las reuniones que se han efectuado a nivel de campo”, consideró el médico veterinario Marcelo Cortés, especialista en garrapata.
Señaló que en otoño “es el pico de efervescencia de la curva de garrapata por ser esta la tercera generación, cuando se expresa más la enfermedad”.
También destacó el aumento del uso de la hemovacuna y que se está trabajando para que se sigan produciendo más vacunas y así llegar a más productores. “Creo que hay más conciencia y también están actuando las nuevas moléculas, en este caso el fluralaner, que está dando gran parte de la solución a la posibilidad de movimiento”, valoró.
Comentó que las moléculas eficaces y nuevas “siempre van a ser costosas”. Sostuvo que “la parte técnica está, hemos avanzado, tenemos herramientas químicas, tenemos estrategia”, pero “lo que nos está faltando me parece que es una ayuda financiera, sobre todo para el pequeño productor”.
Cortés consideró que “la garrapata es un verdadero impuesto innecesario, improductivo totalmente, y al que más le pega es al pequeño productor, porque es el que menos tiene infraestructura, el que no logra asesoramiento, el que no obtiene un préstamo bancario, porque no tiene un balance”.
Sobre el contrabando de productos, dijo que “hay una fuerte presión de barreras, controles importantes, que han aumentado”. “Hemos pasado por barreras y hay un importante número de medicamentos en decomiso”, indicó.