• Cotizaciones
    miércoles 19 de marzo de 2025

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
    $ Al año*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
    $ por 3 meses*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
    stopper description + stopper description

    Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

    Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

    Suscribite a Búsqueda
    DESDE

    UYU

    299

    /mes*

    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

    Ho’oponopono: la práctica para resolver problemas a través de cuatro palabras

    El arte ancestral hawaiano para “corregir” los problemas tiene cada vez más seguidores; la argentina Mabel Katz viaja enseñando sus principios y su práctica

    El Ho’oponopono es un arte hawaiano antiguo de resolución de problemas y significa “enmendar” o “corregir un error”. Según esta filosofía, todo lo que aparece en nuestra vida es un pensamiento, memoria de vidas pasadas o un programa funcionando y se presenta para darnos una oportunidad de soltar, limpiar y borrar.

    , regenerado3, regenerado2

    El Ho’oponopono es como la tecla de borrar en el teclado de nuestra computadora y se puede practicar en cualquier lugar y momento a través de la repetición de palabras “llave”, que limpian y depuran la energía de una situación o persona que nos esté molestando a través de la gratitud y humildad.

    Los primeros habitantes de Hawái solían practicarlo y en las versiones antiguas se realizaba en grupo. Era una tradición familiar en que los miembros de la familia se reunían y limpiaban la energía de los problemas entre ellos, buscando perdonar y comprender al otro. Así, el Ho’oponopono era un método espiritual para restaurar las malas relaciones interpersonales que enfermaban a las personas.

    En el siglo XX, Morrnah Simeona actualizó estas enseñanzas para que su práctica sea posible de forma individual. Hoy cada vez más personas se declaran adeptas, seguidoras y testigos de sus resultados. 

    Aunque existen numerosos manuales y clases que enseñan la práctica, a grandes rasgos se puede decir que consiste en repetir mentalmente y en voz baja las palabras “Lo siento”, “perdón”, “gracias”, “te amo”, mientras evocamos una situación o persona o recuerdo que nos resulten dolorosos.

    La argentina Mabel Katz, escritora y oradora radicada en Los Ángeles autora de libros como El camino más fácil, que fue traducido a varios idiomas, estuvo en Montevideo para hablar de su experiencia como maestra del arte hawaiano.

     

    ¿Cómo explica en sus seminarios en qué consiste el Ho’oponopono?

    Es un arte ancestral hawaiano para resolver problemas. Parte de la premisa de que no hay nadie afuera haciéndote nada sino que eres tú con tus memorias y programas. Si quieres cambiar algo, tienes que cambiar tú. Eres 100 por ciento responsable de lo que te pasa y eso te hace libre. La mayoría de nuestros problemas vienen de otra vida y son memorias y programas con los que ya vinimos.

    Es para pedir ayuda al universo, a una mente más inteligente que la nuestra que sabe mejor y que tiene las soluciones a nuestros problemas. Es una forma de volver al presente también, una forma de soltar y de volverte más humilde.

    También es una filosofía de vida sobre cómo ver los problemas de una forma diferente, como oportunidades para borrar. Los humanos tratamos de tener razón, de tener la última palabra, pensamos en una solución, pero el intelecto no soluciona sino que crea problemas. La solución debe venir de la inspiración.

    La palabra Ho’oponopono quiere decir “cómo corregir un error”. Todo en la vida es la memoria que me está tocando, y Ho’oponopono es cómo apretar esa tecla de borrar. Decir “gracias” en Ho’oponopono es como apretar esa tecla de borrar.

    La fuerza de la palabra “gracias” es común en todas las religiones…

    Nosotros la utilizamos mentalmente y la podemos decir hasta enojados y no necesitás estar contento para borrar. Evidentemente, “gracias” es una palabra que abre puertas. Si el mozo te trata mal hay que darle doble propina, hay que decirle dos veces gracias. Son oportunidades. Es fácil dar las gracias cuando las cosas te tratan bien, el asunto es decirle gracias a lo que no te gusta, ahí tiene más poder.

     

    La técnica del Ho’oponopono indica que debemos tomar 100 por ciento de responsabilidad de todo lo que nos ocurre y eso es bastante novedoso…

    Es responsabilidad y no culpa. Culpa es un sentimiento negativo que no resuelve y que da el poder afuera, y empezás a depender de que el otro pida perdón y cambie. Lo otro es que asumir la responsabilidad te hace libre, te devuelve el poder, tú tienes el control.

    ¿Es tan efectivo hacerlo en familia como de forma individual? 

    En sus comienzos se hacía con toda la familia reunida y todos se pedían perdón el uno al otro pero ahora se puede hacer individualmente y toda la familia se beneficia, porque lo que se borra de nosotros se borra de los parientes, familia y ancestros. Hay que hacerlo de forma automática, como la respiración. Al principio es incómodo, pero luego soltar se vuelve como la respiración. Hay que hacerlo todo el tiempo. La vida son todas estas oportunidades para reparar, para ser mejores.

    ¿Cómo es que borra memorias de vidas pasadas? ¿Cómo accedemos a saber cómo fueron esas vidas?

    No se necesita saber, lo que necesito saber es que todo en mi vida, todo lo que se presenta, no tiene que ver con esta vida. Nosotros discutimos por lo que está pasando ahora pero en realidad es una memoria de otra vida, ya estuvimos juntos.

     

    ¿Quiénes estuvimos juntos?

    Nosotras ya estuvimos juntas, si no, no hubieses venido a entrevistarme. Nos conocemos de otra vida, pero bueno, ni vos ni yo nos acordamos. Toda la gente que se presenta en tu vida es una oportunidad para borrar. Es decir, yo tendría que decir ahora ‘por aquello que te hice, lo siento’, aunque no sepa lo que te hice. En Ho’oponopono hablamos de ‘lo siento, perdóname’ pero desde una inocencia, desde un ser niño otra vez.

     

    ¿A qué atribuye que la gran mayoría de quienes van a sus seminarios sean mujeres?

    ¿Quiénes son las que no soltamos? Las mujeres somos las que más práctica en esto de soltar necesitamos, las que pasamos más tiempo con nuestros hijos, las más retentivas.

     

    ¿Cómo llegó a esta filosofía?

    Yo era contadora, licenciada en Administración de Empresas, me ocupaba de impuestos y era una persona que no creía en absolutamente nada, sobre todo si no lo podía ver ni tocar. Mi vida cambió porque me di cuenta de que estaba buscando la felicidad en el lugar equivocado. Un día un hijo mío me habló como yo le hablaba a él —enojado— y me cuenta que tenía que hacer algo. Ahí vi que tenía que cambiar yo y me di cuenta de que si yo cambiaba, todo cambia.

     

    ¿Cómo fue el cambio de contadora a viajar por el mundo enseñando el Ho’oponopono ?
    Me crie en una familia judía pero muy asimilada en Argentina, ni sabía lo que celebrábamos en las fiestas. Cuando fui a Estados Unidos me acerqué un poco más a la religión porque como inmigrante necesitaba ese lugar de pertenencia; me metí en el templo y empecé a tener amigos ahí. Pero cuando desperté y descubrí la espiritualidad dejé de ir al templo.

    Dejé muchas cosas. Mi caso fue correcto y perfecto, evidentemente tenía una misión. Me separé de un matrimonio de veinte años, mis hijos se quedaron con el padre, por una propuesta que me hizo el padre y yo acepté. Pensé “Dios no me va a estar pidiendo algo que esté bien para mí pero no para mis hijos”. Al día de hoy te confirmo que fue perfecto para todos. Igual, me mudé a quince minutos, no fue que me desaparecí de la vida de ellos. Estaba disponible si me necesitaban, pero ya no vivía con ellos, y eran chicos, uno tenía catorce y el otro diez.

     

    ¿Sintió que la juzgaban? Estoy segura de que lo hacían, pero bueno, yo ya había pasado esa etapa del “qué dirán”. Antes yo vivía por el qué dirán y fue muy liberador que eso ya no fuera importante.

     

    ¿Qué significa ‘soltar’ en este contexto?

    La primera vez que imprimí mis libros, llegaron de la imprenta y los puse en el garaje de mi casa. El maestro que tuve durante diez años y que me entrenó me dijo: “No hay nada que vos tengas que hacer con todos estos libros porque cada uno de ellos ya sabe quién es su dueño y adónde van a ir, vos no tenés que hacer nada”.

    Yo no hago metas, no pongo planes. Me gusta ser libre y que las cosas se me vayan presentando, ir viendo qué es lo perfecto y correcto, no lo que mi intelecto me diga.

    En noviembre de 2008 decidí dejar mi profesión totalmente, ya la venía dejando porque esto lo hacía los fines de semana, pero me empezó a llevar más tiempo. Pero dije: “No preparo más impuestos” y llamé a mis hijos para que se consiguieran otro contador. Y desde ese momento automáticamente  me empezaron a llegar e-mails con invitaciones para ir a diferentes partes del mundo.

    Una vez tuve un problema económico y mi intelecto me dijo: “Vas a tener que ponerte a trabajar de nuevo con impuestos”, pero me dije “no me voy a preocupar” y las cosas se empezaron a resolver. Vivo mucho en el presente, vivo soltando, doy permiso a este universo, a Dios, a una mente superior o como lo quieras denominar, a que me organice las cosas. Hasta el día de hoy vivo así y me encanta.

     

    ¿A qué atribuye que la gran mayoría de quienes van a sus seminarios sean mujeres? ¿Quiénes son las que no soltamos? Las mujeres somos las que más práctica en esto de soltar necesitamos, las que pasamos más tiempo con nuestros hijos, las más retentivas.

     

    ¿Su trabajo de oradora es más rentable económicamente que su trabajo anterior como contadora liquidando impuestos?

    No, porque antes hacía más dinero trabajando mucho menos. No tiene sentido lo que hago lógicamente, pero me paga muy bien en satisfacción y en paz interior.

     

     

    Algunas palabras “llave” del Ho’oponopono

    Este arte de curación ofrece algunas palabras que pueden ser utilizadas para resolver problemas específicos. Las principales son “Lo siento”, “perdón”, “gracias” y “te amo” y pueden ser repetidas para quitarles energía a las situaciones dolorosas, relaciones difíciles, miedos u otros problemas.

    Hay otras. Repetir mentalmente “llovizna” se usa para limpiar conflictos relacionados con la falta de dinero y oportunidades; se supone que borra memorias de carencia.  Por su parte, “hojas de otoño” se utiliza para interrumpir ciertos programas internos que nos hacen repetir hábitos y aferrarnos a apegos que ya no sirven. Las hojas de otoño evocan cosas que en el pasado fueron útiles pero que hay que dejar caer para permitirle al árbol no desnutrirse sino continuar con su ciclo vital.

    “Gotas de rocío” se puede repetir cuando se desea eliminar un recuerdo doloroso o algo traumático que haya ocurrido, mientras que “llave de luz” sirve para interrumpir pensamientos negativos, recurrentes o inconducentes.

    “Papel de moscas” puede ser utilizado mientras le entregamos a Dios los problemas de pareja, para que estos sean transmutados y pierdan su fuerza negativa.