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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáTodo hace pensar que en unos días se estaría votando el proyecto de Ley de Muerte Digna-eutanasia, que cuenta con media sanción de Diputados. La Comisión de Salud del Senado está recibiendo numerosas delegaciones y trabajando a buen ritmo.
Considero que como ciudadanos tenemos el derecho y el deber de hacer apreciaciones al respecto, que no se crea que el tema ya está saldado en la sociedad. Se puede comprobar que aún hay falta de definiciones correctas sobre la eutanasia, el sufrimiento, la autonomía, la ética médica y un largo etcétera. Se parte de bases incorrectas sobre el acceso a la salud de grandes sectores de la población. Hay que ser enfáticos: el Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) es notoriamente deficitario. Por lo que consideremos que en este escenario, legalizar la muerte por sufrimiento es inoportuno, incoherente e innecesario.
I Ley inoportuna (fuera de tiempo o de propósito)
Hace unos días, la ministra de Salud Pública manifestó refiriéndose al Sistema de Salud: ‘’A nivel general las mayores dificultades se asocian a psiquiatría, traumatología, neurología y neuropediatría’’. “Los problemas son varios; en algunos lugares no están los recursos humanos, pero la mayoría de las dificultades están vinculadas a la gestión.
El Observatorio del Sistema Nacional Integrado de Salud reafirma lo anterior: hay evidencia de que los usuarios de ASSE realizan menos consultas y reciben menos tratamientos que los del sector privado.
¿Vamos a ofrecer la eutanasia antes de asegurar el acceso a la salud? ¿Los cuidados paliativos se van a universalizar antes de eliminar extensas listas de espera a especialistas, estudios e intervenciones quirúrgicas? Seamos claros, derecho a la atención médica tienen todos los habitantes del Uruguay, pero otro cosa es que efectivamente se acceda en tiempo y forma.
II Ley innecesaria (prescindible, inútil)
Sobre las personas que padecen cáncer también se expresó la ministra de Salud Pública: “Muchas tienen un diagnóstico tardío; más del 60% no tiene atención adecuada y fallecen porque no se los atiende bien y a tiempo”.
Vamos a entendernos, morir con sufrimiento es morir mal, es un fracaso de la medicina que no supo aliviar, de la familia y la sociedad que no supieron cómo acompañar y sostener. Si una persona sufre por una enfermedad, es omisión de asistencia y no lo podemos permitir. En esas condiciones, facilitar la eutanasia es un error.
Si se gestiona bien el capital humano y los recursos económicos en salud en un país como el Uruguay (que se recorre de una punta a la otra en seis horas, con cientos de puntos de atención medica), no debería de quedar ninguna persona sin recibir asistencia que lo lleve a desear morir o que lo maten por compasión. Ese deseo puede ser expresado desde el dolor y el abandono. Por desesperación.
III Ley incoherente (contradictoria, absurda, desatinada, disparatada)
Los más vulnerables, a quienes los legisladores manifiestan proteger, no están contemplados en este proyecto de ley.
Una mujer anciana, viuda, enferma, que vive sola y con una pensión escasa, si es afortunada, tiene acceso al sistema de salud. Pero es muy vulnerable a comentarios de pasillos sobre los costos económicos, en camas, en personal, en estudios por su enfermedad y medicamentos.
¿Todo para qué? se pregunta. Puede entender que el atajo de la muerte es la mejor solución. Dejar de molestar, dejar de sufrir, dejar de gastar y molestar a otros.
El proyecto de ley de eutanasia es incoherente también en un país que tiene políticas de prevención del suicidio, porque ¿con qué argumento no aceptamos que unos se quiten la vida, pero en otros se acceda al pedido de muerte?
Hay que recordar que a mayor pobreza hay más conductas suicidas, a la vez hay un pico etario de mayor prevalencia en los mayores de 80 años, con grandes chances de padecer enfermedades, discapacidades y dependencia.
En síntesis, legalizar la eutanasia va por el atajo, elimina el problema presentando dos opciones: el sufrimiento o la muerte, y muchas veces la muerte es por suicidio. Haríamos bien en mejorar el actual sistema de salud antes que asegurar supuestos derechos, como el de morir a petición.
Lourdes González