Sr. director:
Sr. director:
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáMe pregunto si los descendientes de indígenas quieren vivir como lo hacían sus ancestros antes de la llegada de los conquistadores, aunque más no sea como algunas tribus de los EE.UU., que, sin embargo, aceptan aportes de la modernidad (electricidad, teléfonos, etc.). Pienso que hay suficientes áreas fiscales para otorgar a quienes deseen agruparse de acuerdo a su pasado; ya se verá dónde y cuáles serán las condiciones de su gobernabilidad: negociar la independencia del estado y vincularse directamente con el gobierno central a través de un organismo autónomo. A modo de ejemplo, tener su propio idioma e instituciones de enseñanza, ejercer la justicia dentro de su territorio con sus propios tribunales, etc.
Sin menoscabo de los derechos, cuando comenzaron los movimientos indigenistas autodenominándose como Nación Charrúa, recuerdo una entrevista al Prof. Daniel Vidart, quien manifestó que eran otras etnias las que predominaban en el Uruguay. No recuerdo si se manifestó sobre el concepto de nación, que cuando llegaron los conquistadores no eran una nación, pues había muchas tolderías a ambos lados del río Uruguay, que se mudaban constantemente, que incluso luchaban entre ellas. Tampoco podemos aceptar el mito del buen salvaje, los charrúas eran guerreros que practicaban el pillaje y esclavizaban a los prisioneros en épocas anteriores a la conquista española. Se resistieron a los conquistadores, pero también hubo épocas de buen relacionamiento y llegaron a servir a los conquistadores en su lucha contra otros indígenas; o sea, igual que todos los pueblos del mundo desde el paleolítico a la fecha.
Pasemos a Salsipuedes. No hay duda de que fue una masacre y de que la conducta de Rivera fue muy artera. También es condenable la dispersión que posteriormente hicieron con mujeres y niños. La matanza no fue algo premeditado por el hecho de ser charrúas, sino por las acciones que realizaban contra otros pobladores de la campaña que sí estaban asentados. Fue como las matanzas que también se emprendían contra el bandidaje que asolaba a la campaña. La venganza de quienes escaparon a la matanza de Salsipuedes fue terrible, recayó sobre Bernabé Rivera, que los persiguió, y omito describirla “para no herir la sensibilidad del lector”. Otro hecho vergonzoso fue la entrega de Senaqué, Tacuabé, Guyunusa y el cacique Vaimaca Perú a un empresario francés en 1833, quien los llevó a París para exhibirlos en un circo.
Atentos saludos.
MSE