Ser padres de trillizos en Uruguay

Cuando supimos que estábamos esperando trillizos, buscamos la orientación de una familia que había vivido la misma experiencia. Su primer consejo fue muy claro: “Acepten toda la ayuda que les ofrezcan”. Y no es para menos. Los primeros tiempos con trillizos son desafiantes y es casi imposible para los padres enfrentar solos todas las exigencias que implican.

El presupuesto familiar se dispara con la llegada de trillizos. Los pañales y el complemento alimenticio, por ejemplo, son imprescindibles y costosos. En Uruguay, existe asistencia económica para nacimientos múltiples a través de la Ley 17.474, que establece una ayuda que depende del nivel de ingresos de la familia. También contamos con el Fondo Nacional de Recursos, que en nuestro caso nos brindó una valiosa ayuda cuando Alejo recibió una vacuna de alto costo por haber nacido con menos de 1.200 gramos.

A pesar de estas ayudas, hay tres áreas clave donde creemos que se necesita un mayor apoyo a las familias con embarazos múltiples y que deberían considerarse en la legislación nacional:

• Extensión de la licencia por maternidad y paternidad.
• Apoyo en los cuidados.
• Ayuda para los traslados.

Extensión de la licencia por maternidad y paternidad. En los casos que conocemos, los bebés de partos múltiples nacen prematuros, por lo general, alrededor de las 30 semanas, y pesan menos de dos kilos al nacer. Esto significa que suelen necesitar cuidados intensivos en un CTI durante cuatro a ocho semanas posteriores al nacimiento y rara vez son dados de alta al mismo tiempo por las diferencias en peso y maduración de cada bebé. Durante este período, los padres se enfrentan a la difícil tarea de cuidar a recién nacidos en casa mientras otros siguen internados. Y cuando finalmente todos están en casa, los cuidados siguen siendo intensivos, requieren atención las 24 horas del día, pero pasan a estar a cargo solo de los padres, de los cuales uno de ellos es probable que se haya reintegrado al trabajo.

Ante esta realidad, consideramos que los casos de embarazos múltiples deberían tener una licencia por maternidad y paternidad más extensa que los embarazos simples. En 2020, los padres de tres o más bebés tenían solo 10 días de licencia; entendemos que actualmente se está ampliando a 20 días, lo cual es un avance, pero aún es insuficiente para estos casos. La “ley Federica”, vigente desde noviembre de 2021, es de gran ayuda ante niños que nacen con menos de 1.500 gramos o muy prematuros, pero no siempre ayuda a cubrir otras necesidades que priman en los nacimientos múltiples.

Cuando llega el momento de reintegrarse a la vida laboral, el nivel de demanda aún es muy alto y las madres suelen recurrir a certificaciones médicas para poder quedarse en el hogar al cuidado de los niños. De esta manera igualmente se está cargando al sistema social pero sin ponerle el lugar y el nombre que le corresponde a la ayuda recibida.

Apoyo en los cuidados. Se nos indicó en la unidad neonatal que al llegar al hogar los bebés deben ser alimentados cada tres horas para evitar episodios de hipoglucemia durante varias semanas. Hacer esto con tres bebés (y un cuarto niño en casa, en nuestro caso) las 24 horas del día y los siete días de la semana es un desafío enorme. Contar con manos adicionales es una necesidad, aunque sea algunas horas al día. Sin embargo, el costo de contratar personal calificado es considerable.

Proponemos que se puedan realizar convenios o subsidios para contratar personal especializado o que se busquen alternativas dentro del sistema de cuidados para apoyar a estas familias durante los primeros meses.

Ayuda para los traslados. La Ley 17.474 establece en su artículo 4 que “los niños producto de nacimiento gemelar múltiple tendrán derecho a recibir atención médica rutinaria domiciliaria desde su nacimiento hasta los 3 años de edad”. Sin embargo, este artículo no siempre es aplicable. Por ejemplo, muchos estudios médicos necesarios para bebés prematuros no pueden realizarse en el hogar debido a la naturaleza del equipo requerido. Llevar a tres bebés de forma simultánea a una consulta hospitalaria es extremadamente complejo.

Los sistemas de transporte colectivo no están preparados para esta situación y en general se requiere que dos o más personas acompañen a los bebés, lo cual es difícil de coordinar. Además, los médicos recomiendan minimizar la exposición de los bebés prematuros a personas fuera de su círculo familiar cercano, lo que hace que el transporte público no sea aconsejable.

En la medida que van creciendo, por un tiempo la logística no se simplifica. Llevar a tres o más niños al jardín de infantes o a cualquier otro lugar, tomar un ómnibus, caminar por la vereda o cruzar una calle o un estacionamiento puede resultar riesgoso.

Algunas soluciones que se podrían implementar:

• Que las instituciones médicas faciliten traslados en vehículos adecuados cuando no es posible que los médicos visiten el hogar.
• Exoneraciones de impuestos para la compra de vehículos que permitan el transporte seguro de tres o más bebés/niños, ya que estos vehículos son considerablemente más costosos. Además, sería útil contar con estacionamientos cercanos a las entradas principales para facilitar la bajada y la seguridad de los niños.

También consideramos que debería facilitarse la importación de cochecitos de bebé para transportar tres o más niños, que son caros y difíciles de conseguir en Uruguay, y que sean exonerados de impuestos.

Un llamado a la acción. Esperamos que, en este período electoral, este tema reciba la atención que merece y que haya voluntad para mejorar pronto las prestaciones para las familias con embarazos múltiples. Sería maravilloso que, al enterarse de que esperan varios niños, las familias puedan contar con el respaldo necesario para enfrentar esta hermosa y desafiante odisea.

Valentina Frugoni y Juan Bianco