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Es la caminata más especial en el mundo del golf. Todo golfista sueña con experimentar algún día los pasos que conducen al último hoyo del British Open, el campeonato de mayor tradición en este deporte. De las 12 canchas que se rotan en cada edición, en esta oportunidad la sede fue el espectacular campo del Royal Troon en Escocia. Su hoyo final rodeado por cinco enormes tribunas daba la impresión de un gran anfiteatro. Allí se iba a celebrar la consagración del nuevo campeón y se le iba a entregar la tradicional Claret Jug, uno de los trofeos más reconocidos en el mundo de los deportes.
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Una vuelta final formidable, recorrida en 65 golpes (31 en los segundos nueve), le dio la victoria en el 152º British Open, el último Major de la temporada. El golfista estadounidense finalizó con un acumulado de 275 golpes, nueve bajo el par de la cancha, para aventajar por dos a sus escoltas, el inglés Justin Rose y el estadounidense Billy Horschel.
El mejor de los sudamericanos que formaron parte del torneo fue el argentino Emiliano Grillo, quien terminó en el puesto 43. En tanto, el chileno Joaquín Niemann quedó en el lugar 58.
En otras de las premiaciones que tiene el Open, el golfista escocés Calum Scott, de 20 años, fue el mejor de los 12 amateurs que formaron parte del certamen, con un score de 292 golpes para los 72 hoyos, recibiendo por tal distinción la tradicional medalla de plata.
La bolsa de premios en esta edición fue la mayor en toda la historia del campeonato, con un total de US$ 17 millones. El ganador recibió un cheque por US$ 3 millones. El incremento de las compensaciones económicas es una nueva prueba de la trascendencia que han alcanzado los torneos que componen el Grand Slam en el mundo del golf.
El más antiguo del mundo
La 152a edición del Abierto Británico comenzó el jueves 18 en el Royal Troon Golf Club de Escocia, con 156 golfistas en busca de la gloria de ganar el campeonato de mayor tradición en el mundo. El clima —siempre factor preponderante en este certamen, sin importar en cual de las 12 canchas se juegue— fue otra vez clave para el accionar de los jugadores. Al final del día los enormes tableros amarillos colocados en lugares estratégicos del campo mostraban al norirlandés Shane Lowry y al inglés Daniel Brown en lo más alto con un recorrido de 66 golpes con solo 17 golfistas bajo el par de la cancha, lo que daba cuenta de las dificultades de las condiciones climáticas.
En la segunda jornada, Lowry se afirmó en la punta con una tarjeta de 69 golpes. Al terminar la ronda, el corte clasificatorio quedó marcado en 148 golpes. Para decepción del público y de los organizadores, Tiger Woods quedaba de nuevo fuera de un torneo tras el corte clasificatorio.
El escocés Colin Montgomerie encendió la polémica en la previa del torneo al afirmar que el ex número uno del mundo ya no está en condiciones de competir en el alto nivel y al pedir al público que recuerde “la pasión y el aura carismática que lo rodearon en su mejor época”. La respuesta de Woods fue categórica: “Como excampeón puedo jugar el British Open hasta los 60 años, algo que él no puede hacer porque nunca lo ganó”.
La tercera ronda, la de los grandes movimientos en los campeonatos de golf, fue terrible en materia de clima, con lluvia y ráfagas de viento tremendas. En ese panorama, no se dieron scores bajos y al final del día Billy Horschel quedó como líder de la competencia con un acumulado de 209 golpes para los 54 hoyos.
El verdadero British Open
La presión, la adrenalina y la tensión que se dan en la definición de un Major se reflejaron en el cierre del campeonato, el domingo 21. Las posiciones mostraban a siete golfistas separados por un golpe, varios de ellos en busca del primer Major de su carrera.
El sudafricano Thriston Lawrence fue quien mejor hizo las cosas en el inicio, con unos primeros nueve hoyos recorridos en 32 golpes para quedar en la punta del certamen. Con una ida jugada en 34 impactos, Schauffele se mantenía a la expectativa, junto con varios golfistas, intentando acercarse a Lawrence.
Fue en la vuelta donde apareció lo mejor de Schauffele. Jugó esos últimos nueve hoyos en 31 golpes y cerró el campeonato de la mejor manera: una tarjeta de 65 golpes y sin bogeys en todo el recorrido en una jornada marcada por las difíciles condiciones del tiempo.
El título de “campeón del año”, proclamado por el chairman del Royal & Ancient, Martin Slumbers, sobre el propio green del hoyo 18 del Royal Troon, quedó en buenas manos.
En una emotiva conferencia de prensa, Xander Schauffele mostró su gran alegría por ganar “el campeonato de golf más antiguo del mundo” y por todo lo que el Royal & Ancient representa para este deporte. “Ganar el primer Major fue tremendo pero que el British Open sea mi segundo ‘grande’ es algo verdaderamente especial para mí”, dijo. El campeón le dedicó la victoria a su padre, quien fue su coach durante buena parte de su carrera.