Consultoría del BID recomendó mejoras a la regla fiscal, aprovechando el “timing” electoral

Las autoridades del MEF mencionan la regla creada a través de la Ley de Urgente Consideración, de 2020, como un reforma estructural importante de la actual administración. Opera con tres pilares: un resultado fiscal estructural —depurado de factores extraordinarios—, un tope de gasto y otro de endeudamiento neto. A su vez, se crearon dos órganos técnicos con carácter honorario y políticamente independiente: el CFA, que asesora al MEF en materia de la regla fiscal y sostenibilidad de la deuda, y un Comité de Expertos, cuya función principal es proveer los insumos para realizar los cálculos del balance estructural.

Críticas a analistas

“Uruguay ha hecho un avance muy importante” con la regla creada en 2020, “que ha permitido hacer una política fiscal más predecible en los últimos cuatro años”, evaluó Herman González, uno de los consultores, al exponer en las Jornadas de Economía. “Existe espacio para seguir fortaleciendo” ese marco institucional “sobre lo que ya está”, recalcó.

En esa misma línea, Fostel evaluó que la regla actual “representa una mejora sustancial respecto a los estándares anteriores”, que aplicó el Frente Amplio, porque tuvo “consecuencias en la transparencia” y en la Rendición de Cuentas. Uruguay “llegó tarde a este negocio de las reglas”, pero “esto llegó para quedarse”, aventuró la economista, y se refirió a la “oportunidad de pensarlo para adelante”.

“Ahora el timing es importante, estamos a un año de la Ley de Presupuesto, este es el momento de dejar mejoras” en la nueva institucionalidad fiscal, insistió. Entre otros aspectos que mencionó como prioritarios, dijo que “llegó la hora” de tener un CFA “autónomo e independiente”, con su propio presupuesto. “Lo hemos hablado mil veces” con el MEF, acotó.

Bensión, a su turno, comentó que hubo discusiones que no fue posible procesar debido a que surgieron problemas como la pandemia de Covid, aunque en líneas generales coincidió con Fostel: “Hemos tenido charlas muy serenas y muy acaloradas, pero tenemos un objetivo común de mejorar la cultura macrofiscal”. Para la jerarca, se trata de asuntos “muy importantes y tienen que estar como parte de la agenda” del próximo gobierno.

González, el consultor del BID, dijo que el CFA debería tener consejeros remunerados y con una gestión que dure más allá de los períodos de gobierno. El órgano también tendría que contar con presupuesto propio y con una persona a cargo de la comunicación, recomendó. Como un aspecto pendiente, mencionó la relación con el Parlamento y sugirió, “idealmente”, que vaya dos veces al año” para, entre otras cosas, advertir sobre los “riesgos” en el frente fiscal. Todo eso podría formar parte de lo que llamó una “ley consejo fiscal autónomo 2.0”.

El experto habló, también, del “timing político” para plantear este tipo de reformas, en referencia al cambio de gobierno que ocurrirá en 2025: “Hay que aprovechar esa oportunidad”.

En su intervención final, Bensión reiteró que la regla actual es “un camino en construcción” y expresó el deseo de que en la próxima Ley de Presupuesto se incorporen mejoras.

También lamentó cierto desconocimiento de algunos analistas económicos acerca del tema. “Desde este lado nos deja el sabor” amargo la “poca profundidad” de las discusiones que se dieron hace pocas semanas con la presentación de la Rendición de Cuentas de 2023, cuando “a veces se confunden desvíos fiscales” y “no se hace referencia a lo estructural” o a la baja de la inflación” como un “proceso estructural que hay que internalizar”, reprochó. “A veces se habla de los resultados fiscales a mitad del año”, lo que “no quiere decir nada a los efectos del MEF”, en tanto se guía por metas para todo el ejercicio, insistió. Reclamó: “Hay que profundizar un poco más en el análisis fiscal (...); si no, es muy difícil de entender lo que hacen las autoridades”.

TITULO PAPEL

Una consultoría del BID hecha para el gobierno recomendó

mejoras a la regla fiscal, aprovechando el “timing” electoral