—Era probable un triunfo del Frente Amplio. Sí sorprendió la diferencia, porque se esperaba que fuese más ajustado (el resultado). Pero, bueno, ya es un dato y hay que leerlo así.
Un cambio de gobierno siempre genera expectativa. En este caso, además, es un cambio de signo que genera un poco más de expectativa y habrá temas para ir conversando.
Orsi ha hablado mucho de la necesidad de un mayor crecimiento económico, también lo ha dicho su ministro de Economía designado, y ese es un tema central en el que vamos a coincidir y a trabajar juntos, porque el sector privado es un actor clave en la generación de riqueza, de puestos de trabajo. También se ha hablado de la necesidad de microrreformas en áreas del Estado, en la desregulación y la desburocratización. Espero que también ahí podamos coincidir.
Quizás no tengamos la misma visión sobre el tamaño del Estado o en el peso del Estado sobre el contribuyente y sobre las empresas. La confederación y el sector privado han insistido mucho en la necesidad de reducir el peso del Estado. Quizá ahí no haya todas las coincidencias que desearíamos, pero igual hay espacios de convergencia.
También hay espacio para coincidir en temas de innovación en el sector productivo.
—¿Qué les preocupa más con el cambio de signo?
—Lo que entendemos imprescindible es reducir el gasto público y el déficit fiscal. El Estado está un poco gordo en la cantidad de funcionarios. Por ejemplo, hace poco presentábamos la comparación entre los dos censos de población de 2011 y 2023, en los que la población crece menos del 1% y los funcionarios públicos crecen alrededor del 15%, cuando en ese tiempo las tecnologías disponibles y la digitalización van en sentido contrario. Hay áreas de la administración donde puede ser necesario aumentar, como puede haber sido la educación o la seguridad, pero hay una necesidad de revisar y de reducir paulatinamente con la no reposición de vacantes y ese tipo de cosas.
Ahí pensamos que quizás no tengamos demasiado eco en lo que puede hacer esta administración. Igual, es más una incógnita que una afirmación.
—Antes de asumir, Luis Lacalle Pou tenía un mensaje que coincidía con los intereses del empresariado. Con el futuro gobierno, ¿quedan más lejos en sus aspiraciones?
—No diría eso. Uno piensa, por ejemplo, en los primeros dos períodos del Frente Amplio: la actividad empresarial creció significativamente.
No diría que hay una lejanía, quizás hay diferencias sobre el peso del Estado, y otro tema puede ser el de la inserción internacional, que por lo menos en lo discursivo el Frente Amplio ha manifestado distancia con la política que lleva adelante esta administración y hay quizás más un alineamiento del Mercosur. Habrá que ir viendo. Esperamos trabajar juntos y empujar en la mayoría de los temas en la misma dirección como lo hemos hecho antes.
Por encima de los intereses del sector empresarial están los intereses del país.
—La seguridad social es otra diferencia clara. Orsi ha dicho que convocará a un diálogo nacional y habló de algunos ajustes. ¿Le preocupa una marcha atrás en la reciente reforma?
—En la campaña el tema estuvo planteado porque el plebiscito que impulsó el PIT-CNT lo puso al tope del interés público, pero no me imagino que sea un tema prioritario para el próximo gobierno entre la cantidad que tiene para afrontar.
—¿Piensa que el cuarto gobierno del Frente Amplio tendrá una impronta más radical respecto a los anteriores por el mayor peso del Movimiento de Participación Popular (MPP)?
—Es cierto que hoy el MPP es el sector mayoritario por lejos del Frente Amplio, pero habría que ver cómo es este MPP; quizás es diferente del de hace 10 o 15 años. Por ejemplo, coincido mucho con lo que Orsi dijo el domingo de noche y a lo largo de la campaña respecto a ser el presidente del diálogo, porque otra cosa que reclamamos es la construcción de políticas de Estado. Hay áreas donde no puede ser tan difícil ponerse de acuerdo, como la educación, la seguridad. Del lado de la coalición republicana, (Álvaro) Delegado, ahora como futura oposición, habló de estar dispuesto a avanzar en esa línea. Así que hay una expectativa de que el mensaje de las urnas, por decirlo de alguna manera, sea de poder construir acuerdos amplios para determinadas áreas. Esas posturas nos dan una expectativa positiva.
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Diego O’Neill, en un evento de la Cámara de la Construcción, junto al presidente Lacalle Pou
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—Delgado habló de dar gobernabilidad, eso podría favorecer para llegar a acuerdos de corto o largo plazo…
—Pienso sobre todo en los acuerdos para el largo plazo. Esta administración fue adelante, por ejemplo, con una transformación educativa que se venía reclamando desde hace mucho tiempo; entendemos que hay que continuarla, con los ajustes que requiera y que se acuerden.
Se encaró la reforma de la seguridad social.
En la seguridad (pública) hubo un intento que no cristalizó con el diálogo, pero es un tema para atender integralmente. Esperamos que ahora las condiciones sean mejores para que ese nuevo intento cristalice.
—Por los avances que menciona que hubo en esta administración, ¿no fue decepcionante el resultado del balotaje, que deja trunco un segundo gobierno de la coalición republicana?
—Esperamos que continúen, porque en realidad la historia del Uruguay es que los gobiernos han cambiado pero muchas políticas se han mantenido. Un término que usa bastante el presidente electo es la acumulación positiva y confiamos que seguirá siendo así. Es decir, que no se barra con lo que hizo esta administración en este cambio, pero sí sería bueno más previsibilidad para saber que las políticas se van a mantener y continuar. Y por eso son importantes los acuerdos políticos más amplios.
—¿Diría que el resultado en las urnas afectó el ánimo del empresariado?
—No me animo a hacer una afirmación así… Diría que estamos acostumbrados a trabajar con todo el sector político y con el que le toca gestionar el gobierno. Así que lo haremos en estos próximos cinco años.
—¿Qué esperan con Gabriel Oddone en la conducción económica? Él se define como un “liberal de izquierda”…
—Es un técnico muy solvente, lo conocemos muy bien, ha trabajado mucho con el sector privado. Esperamos que tenga todo el respaldo del presidente para ser el dueño de la política económica.
Oddone puede llevar adelante una labor importante con las microrreformas, en la desregulación, en aumentar la competencia, que en definitiva también repercute en la competitividad.
Sí reclamamos y esperamos que sea una política económica consistente para que no haya incentivos al atraso cambiario, pero indudablemente no depende solo de nosotros, también depende de lo que pasa a nivel global.
En el Uruguay somos pocos, nos conocemos, no hay grandes fortunas que usted pueda gravar para generar un ingreso extraordinario. Y si se presiona excesivamente la actividad privada va a haber recesión En el Uruguay somos pocos, nos conocemos, no hay grandes fortunas que usted pueda gravar para generar un ingreso extraordinario. Y si se presiona excesivamente la actividad privada va a haber recesión
—En el tema impositivo, si bien Orsi dijo que no habrá incremento de impuestos, no descarta ajustes en algunos regímenes. ¿Eso genera dudas?
—El presidente electo dijo claramente en el debate que no iba a haber aumento de impuestos, y creemos en esa palabra y confiamos en que así sea. Para el sector empresarial la carga impositiva está en el máximo y no hay espacio para aumentos. Quizás estén pensando y seguramente se revisen algunos beneficios fiscales. No sé cuáles serán, imagino ajustes en la reglamentación de la ley de inversiones —esperamos que nada disruptivo—, pero no creemos que vaya a haber un aumento o creación de nuevos impuestos, porque sería asfixiar sobre todo a las pequeñas y medianas empresas.
En la vivienda promovida también esperamos se mantenga lo que esta administración hizo, que fue bastante más abarcativo con los beneficios, lo que dio impulso a la construcción.
Más o menos todos los partidos y los economistas son conscientes de que el gasto no se puede aumentar, que para atender las prioridades, por ejemplo, con respecto a la pobreza infantil, hay que ser más eficientes con el gasto, recortar alguno o priorizar diferente. En el Uruguay somos pocos, nos conocemos, no hay grandes fortunas que usted pueda gravar para generar un ingreso extraordinario. Y si se presiona excesivamente la actividad privada va a haber recesión, entonces no imagino que ese sea el camino.
—Y en la política laboral, ¿prevé mayor conflictividad dada la mayor afinidad del Frente Amplio con el PIT-CNT?
—No necesariamente. Cuando el péndulo se corre mucho a un extremo, afecta a la generación de empleo, entonces eso también hay que tenerlo en cuenta.
Esperamos que no haya cambios en los avances que hubo en esta administración en cuanto a la seguridad jurídica en los temas laborales. Tanto por el lado de la ley de negociación colectiva —donde se incorporaron la mayoría de las observaciones que teníamos desde hacía muchos años de la OIT— como en aquellas cosas que se hicieron a través de la LUC, de respetar el derecho de los trabajadores no huelguistas al trabajo y en el tema de las ocupaciones.
Hay necesidad de ir modernizando la legislación laboral, que tiene algunas cosas de mucha rigidez, como por ejemplo la distribución del tiempo de trabajo, y hay que incorporar en la negociación colectiva el tema de la productividad.