Siete de cada 10 trabajadores en Uruguay se declaran felices en su actividad laboral, según una medición presentada este miércoles 19. El resto se divide entre un 12% que no se siente feliz y otro 18% que tiene una postura neutra.
El Índice de Felicidad Laboral, presentado este miércoles, confirma una “brecha marcada entre sectores: los empleados públicos registran los niveles más bajos de bienestar”
Siete de cada 10 trabajadores en Uruguay se declaran felices en su actividad laboral, según una medición presentada este miércoles 19. El resto se divide entre un 12% que no se siente feliz y otro 18% que tiene una postura neutra.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáMás allá de ese panorama mayoritariamente positivo, cuando se analizan las distintas dimensiones que componen el Índice de Felicidad Laboral (IFL) muestra un escenario “desafiante”: el bienestar es bajo para más de la mitad de los trabajadores (52,3%), moderado para un 42,6% y solo 5,1% alcanza niveles altos de bienestar.
Esta diferencia entre la felicidad declarada y el bienestar medido evidencia la importancia de evaluar no solo la percepción general, sino también las condiciones, experiencias y factores que influyen en el día a día del trabajo, plantean la consultora SSOL, el IEEM-Escuela de Negocios de la Universidad de Montevideo y CPA/Ferrere, responsables de este nuevo indicador.
El estudio constató, además, que desde esta perspectiva existen brechas por género, región, ingresos y tipo de empleo. También diferencias geográficas: Montevideo presenta mejores niveles de bienestar que el interior.
En materia de paga, el 65% de los trabajadores está conforme; un 57% se siente “bien remunerado” y otro 8% “muy bien remunerado”. El otro 35% tiene una percepción negativa (29% mal remunerado y 8% muy mal pago).
El estudio constató una brecha de género: la proporción de hombres satisfechos con su remuneración supera a la de las mujeres en cuatro puntos.
El IFL engloba siete dimensiones: percepción emocional (felicidad, estrés, etc.); seguridad y confianza (estabilidad laboral, libertad de expresión, respaldo en la toma de decisiones, etc.); horario y descanso; remuneración; infraestructura y confort (ambiente confortable, ruidos, calidad del aire, etc.); integración y relacionamiento (amistades laborales, actividades recreativas externas); y esencia empresarial (importancia de la misión y propósito de la firma, hábitos saludables).
Esta primera edición está basada en 3.284 casos relevados en los 19 departamentos, se proyecta como un indicador de divulgación anual. Los cuestionarios fueron respondidos en junio-julio.
Los empresarios, los gerentes y directores, así como los trabajadores independientes, registran los niveles de bienestar más altos.
En contrapartida, los empleados públicos son el grupo “menos feliz”: casi seis de cada diez (57%) tiene un IFL bajo y solo un 3% alcanza niveles altos. En ese contexto, los funcionarios estatales son los que en mayor proporción señalan que trabajan en sitios poco confortables desde el punto de vista de la infraestructura.
El personal administrativo y operativo también concentra bajos niveles de bienestar general.
“El IFL confirma una brecha marcada entre sectores: los empleados públicos registran los niveles más bajos de bienestar, reflejando desafíos estructurales en condiciones de trabajo, reconocimiento y oportunidades de desarrollo. En contraste, empresarios, directivos, gerentes y trabajadores independientes muestran mejores resultados, seguidos por supervisores y técnicos especializados”, sintetizó Gonzalo Icasuriaga, socio de CPA/Ferrere y director del área de consultoría en talento y transformación organizacional.
Los tres aspectos más valorados por los trabajadores uruguayos son, primero, “el horario laboral y días de descanso”; en segundo orden el “compañerismo y equipo de trabajo”; y en tercer lugar la “infraestructura y confort”. Le siguen en importancia la remuneración y, por último, el “reconocimiento y la comunicación interna”.
Como otros hallazgos, el estudio constató que el 72% de los trabajadores siente que el propósito de su organización hace su trabajo relevante.
En cuanto al estrés asociado al trabajo, más de la mitad (55%) lo siente “bajo” y otro 20% “muy bajo”; para un 21% el nivel de presión es elevado. En proporción, los más estresados son los empleados públicos y el segmento con baja remuneraciones (en ambos casos un 25% respondió sentir un “alto” estrés).
La presentación del IFL, en el auditorio de Ferrere, en Ciudad Vieja.
“Uruguay necesitaba un indicador serio, comparable y basado en evidencia para hablar de bienestar laboral. El IFL llega para ordenar la conversación y ayudar a que las organizaciones tomen decisiones con datos”, aseguró Santiago Legarra, director de SSOL.
“La felicidad en el trabajo es un motor estratégico de resultados y de sostenibilidad. Investigaciones de Harvard y Oxford demuestran que cuando mejora el bienestar laboral, mejora el desempeño financiero, la productividad, la creatividad y la retención”, acotó por su parte Patricia Otero, directora del Centro de Estudios de la Felicidad del IEEM. Agregó que, “en un mundo donde solo el 21% de los empleados está comprometido y casi la mitad de los uruguayos busca un cambio laboral, el bienestar ya no es un ‘tema blando’: es un indicador de competitividad y futuro”.