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    Intendencia de Montevideo mantendrá “disciplina fiscal” en 2026 pero tiene “margen” para “endeudamiento a largo plazo”

    Laura Tabárez, directora de Recursos Financieros, sostiene que las cuentas de la comuna no reflejan una “situación crítica” sino un “problema puntual” encaminado a solucionarse, y afirma que el Departamento de Gestión Ambiental tendrá “prioridad en este presupuesto”

    Tras asumir el 10 de julio, la nueva administración de la Intendencia de Montevideo (IM) se encontró con un panorama financiero complejo: un déficit significativo, deudas con proveedores y una recaudación a la baja en varios rubros clave. La directora de Recursos Financieros, Laura Tabárez, explicó a Búsqueda cómo encararon este primer semestre las actuales autoridades y cuáles fueron las decisiones urgentes —desde refinanciaciones hasta ajustes de gestión— que permitieron “mejorar ostensiblemente” la situación inicial. También detalló por qué, pese a las tensiones presupuestales, no considera que la IM atraviese una crisis estructural y cómo proyecta cerrar el año con un equilibrio mayor al esperado.

    Tabárez contó que algunos colegas le dicen que “agarró un fierro caliente” al asumir en la IM. Ella se muestra entusiasmada con el cargo, sobre todo con las posibilidades de promover mejoras en la gestión. También por el “abanico de posibilidades” de financiamiento a prioridades del programa de gobierno que empiezan a abrirse con “organismos multilaterales”. Para alguien con su formación, dijo, “es como estar en Disney”.

    Algunos ingresos tradicionales de la IM ya no volverán a los niveles previos, afirmó Tabárez. Esto implica ajustar la previsión de recursos. Al hablar de los cambios que promueve, la jerarca dijo que no cree en las “grandes revoluciones”, pero sí “en las reformas más chiquitas” que permiten “ahorros interesantes sin afectar el nivel de los servicios” y, sobre todo, mejorar la “relación con el ciudadano”. Según contó, ya detectó varias “oportunidades de mejora y reformas” que está poniendo en marcha para “modernizar procesos”.

    De cara a 2026, adelantó un escenario de estabilidad y disciplina fiscal, mientras estudia alternativas de financiamiento para cumplir con los objetivos de campaña.

    —¿Qué situación financiera encontraron al asumir el 10 de julio? ¿Hubo compromisos que condicionaran este semestre?

    —El panorama que encontramos es el que figura en la rendición de cuentas del 2024: un déficit importante y una situación financiera que sabíamos que era puntual, de unos pocos meses, pero que había que afrontar. Esto condicionado también por la poca posibilidad que tenía la administración anterior, por estar al fin de su gestión, de algún financiamiento que pasara del 10 de julio del 2025. Lo que hicimos fue empezar a trabajar con esas líneas de financiamiento: por un lado, con el préstamo del Banco República, la línea de crédito que todas las intendencias utilizan para capital de trabajo. Y, por otro, nos sentamos con aquellos proveedores con los que teníamos algún tipo de deuda que veíamos que no podíamos afrontar a corto plazo, planteándoles una refinanciación. La situación financiera ha mejorado gracias a ese trabajo.

    —¿Encontraron alguna discrepancia entre el análisis que recibieron en la transición y la realidad?

    —Creo que no. Tuvimos una transición muy ágil y hubo bastante transparencia en lo que nos encontramos. Sí que nosotros tenemos nuestra impronta de la gestión, que no sé si es diferente por estilo, pero es diferente por las circunstancias a las que nos enfrentamos. Y no llegamos con el espíritu de juzgar lo que se había hecho, porque para eso necesitaríamos estar en las mismas circunstancias y, claramente, estamos en una situación diferente.

    Laura-Tabarez-Entrevista

    —¿Cómo describiría hoy la situación financiera de la IM? ¿Cuál es el déficit estimado para el cierre de este año?

    —Venimos de un déficit importante. Por las proyecciones que estamos haciendo, creemos que va a ser ostensiblemente menor este año. No estamos hablando de dar un superávit con un trabajo de seis meses, pero hemos tomado medidas tendientes a equilibrar un poco las cuentas. Tenemos proyecciones auspiciosas.

    —¿Cree que el déficit que enfrenta hoy la IM es principalmente responsabilidad de la administración anterior o se debe a un diseño estructural que limita la gestión?

    —Hasta que no se apruebe el nuevo presupuesto, que no va a ser antes de mayo del 2026, estamos trabajando con el de la administración anterior. Entonces, estamos trabajando con un nivel de presupuesto de gasto y de proyección de ingresos que es alto para lo que proyectamos. En el período pasado hubo una baja muy ostensible en algunos recursos, sobre todo lo que tiene que ver con ingresos vehiculares, reempadronamientos hacia otros departamentos, la imposibilidad de cobrar la multa junto con la patente, que implicó que se disparara la morosidad en multas. Hay algunos ingresos que ya sabemos que no se van a recuperar como antes. Entonces, en nuestra proyección de ingresos estamos siendo un poco más conservadores.

    ¿Cuáles fueron los principales desafíos financieros de esta gestión?

    —El principal desafío es poner nuestra impronta; ir hacia el equilibrio de las cuentas es un objetivo que nos hemos puesto y en eso estamos trabajando. Estamos en plena formulación, además, del presupuesto, de la planificación estratégica y de metas. Hay muchas (metas) en Recursos Financieros, que tienen que ver con mejorar la gestión, sistematizar procesos, informatizar algunas tareas que son muy repetitivas y profesionalizar la gestión.

    —¿Qué indicadores financieros muestran mayor tensión actualmente?

    —Hay un gasto estructural que es bastante rígido, que tiene que ver con las retribuciones y con el nivel de gastos de la intendencia, como servicios, luz, agua, teléfono, etc., que eso no se puede ajustar prontamente. Pero sí hay algunos temas de gestión que se pueden trabajar a corto plazo. No creo en las grandes revoluciones o en las grandes reformas del Estado. Creo en las reformas más chiquitas que van aportando, y hemos visto algunos cambios que podrían generarnos ahorros interesantes sin afectar el nivel de los servicios ni incrementar la carga impositiva, mejorando nuestra relación con el ciudadano. La figura de Recursos Financieros no es muy simpática para el contribuyente, pero la idea es trabajar en conjunto con ellos, recibiendo las observaciones no solo como críticas, sino como oportunidades de mejora, y hemos detectado unas cuantas que estamos en vías de poner en marcha. Por ejemplo, la posibilidad de hacer más cosas online, de centralizar algunas tareas, la eliminación del manejo de efectivo en la intendencia. Y después hacer un análisis permanente de cada uno de los procesos con los que trabajamos, no solo lo que tiene que ver con contribución y patente, sino con ingresos comerciales, impuestos a espectáculos públicos o cartelería. Algunas de nuestras tareas tienen su base en normativas de hace 20 o 30 años, y el mundo ha cambiado, entonces buscamos aggiornar esa normativa, pero también la gestión a los tiempos modernos.

    —¿Considera que la IM sigue en una situación financiera “crítica”?

    —No calificaría de crítica la situación; tenemos una situación financiera puntual, por eso las medidas que hemos tomado van hasta el 31 de marzo. Nos preguntamos cuánto oxígeno necesitábamos y sabíamos que estos seis meses eran fundamentales, no solo en el tema de las medidas, sino en la disciplina en la que ejecutamos el presupuesto. Y en eso hemos tenido un espíritu colaborativo con todos los directores y un liderazgo muy fuerte del intendente en esta cruzada de solucionar el problema puntual. Y estamos en perspectivas de solucionarlo: los números son auspiciosos, estamos en exactamente un sexto del objetivo, o sea que estamos por el buen camino para tener en abril los números definitivos, ojalá pensando para adelante y dejando atrás el problema.

    Laura-Tabarez

    ¿Cuáles son hoy los principales rubros de gasto para la IM?

    —Tenemos un 47% que es de servicios personales y el otro más del 50% de funcionamiento e inversiones. Particularmente, en 2024 la IM gastó $ 16.022 millones en retribuciones personales, $ 12.624 millones en gastos de funcionamiento, $ 5.401 millones en inversiones y $ 703 millones en la Junta Departamental. Los departamentos que tienen más presencia en el presupuesto son los departamentos de Gestión Ambiental, Movilidad y Cultura. Sobre todo Gestión Ambiental va a tener prioridad en este presupuesto porque es uno de los aspectos en los que no nos va tan bien en las mediciones.

    ¿Cómo es actualmente la relación entre los ingresos y los egresos?

    —El año pasado, la relación entre ingresos y egresos tuvo un déficit de $ 3.000 millones. Por eso tenemos esta situación financiera, porque, además de ese desequilibrio, no se pudo pagar todo lo que se gastó en 2024 y se está pagando este año. No sobredimensiono el valor del superávit, porque parto de la base de que, si le decimos a las personas que están sujetas al pago de un tributo, ese dinero tenemos obligación de gastarlo, gastarlo bien. Por lo tanto, quedarnos con plata cuando hay tantas necesidades, me parecería que nos quedamos cortos en lo que tenemos que hacer, porque recaudamos más de lo que precisamos. Nuestro objetivo no es el superávit porque sí, sino usar todo lo que recaudemos de la mejor forma posible en el cumplimiento de nuestros objetivos.

    —¿La situación financiera obligó a postergar iniciativas o compras previstas para este año?

    —Más allá de la parte financiera, teníamos un déficit presupuestal, entonces, lo que se hizo es trabajar con cada uno de los departamentos en aquellas actividades que no eran prioritarias y que podían ser diferidas para el 2026. No fue una suspensión, sino una reprogramación de actividades.

    —Respecto al porcentaje del presupuesto que representa hoy la masa salarial, ¿considera que los reclamos de Adeom son sostenibles para 2026?

    —Uno de los principales reclamos es el no ajuste del salario base desde hace más de 30 años. Y esa es una de las propuestas que le hicimos a Adeom, hacer un ajuste en el quinquenio de ese salario base. Y después hay reclamos que tienen que ver con promociones, concursos, ascensos y presupuestaciones. La semana pasada tuvimos una devolución del sindicato que estamos llevando a números para ver qué partes podemos negociar. Estamos convencidos de que hemos hecho una oferta muy buena porque recoge el incremento del salario base. No es verdad que no se hayan ajustado los salarios de los trabajadores; la masa salarial en estos 35 años de administración frenteamplista ha crecido, pero ha crecido en base a mejoras puntuales en algunos sectores o para algunos grupos de trabajadores, lo que ha hecho que eso no se vea reflejado en el salario base. Nuestra idea va en una línea diferente, que es ajustar el salario base en la medida de las posibilidades y en esa proyección de ingresos, y no trabajar en convenios específicos para grupos de trabajadores que lo que hacen es distorsionar la estructura organizativa y salarial de la organización.

    Intendencia de Montevideo
    Intendencia de Montevideo.

    Intendencia de Montevideo.

    ¿El 2026 será un año de austeridad, de transición o de recuperación? ¿Qué proyección hacen?

    —Proyectamos una estabilidad en la recaudación del 2026 con respecto a la del 2025. No estamos proyectando un incremento importante de los ingresos. Sí tenemos muchas esperanzas en un artículo de la Ley de Presupuesto vinculado a la posibilidad de que el Congreso de Intendentes defina una forma de cobrar las multas de tránsito, no solo con fines recaudatorios, sino porque cuando uno comete una infracción las reglas dicen que hay que pagarla. Ahí proyectamos una mejora en la recaudación de multas. Después, Montevideo ha crecido en su parque inmobiliario y eso se refleja año a año en la contribución, que tiene un pequeño aumento. En la medida en que eso continúe vamos a tener alguna mejora en la recaudación pero tímida. En 2026 necesitamos seguir con esa disciplina fiscal, de ajustarnos al presupuesto. Nuestro objetivo es buscarle la vuelta para que, definidas las prioridades, podamos hacer lo que nos comprometimos a hacer con la ciudadanía en la campaña electoral. Proyectamos un 2026 auspicioso siempre que cumplamos con la disciplina de ajustarnos a lo que proyectemos.

    ¿Qué medidas está tomando la intendencia para blindar las finanzas del resto del quinquenio?

    —A partir del 2027 tenemos un fondo que se está aprobando en el Presupuesto Nacional de inversiones estratégicas, que, si bien es ostensiblemente menor que el Fondo Metropolitano del período 2015-2020, es una ayuda. También estamos en conversaciones con los organismos multilaterales de crédito para buscar alternativas de financiamiento a largo plazo en inversiones necesarias para el departamento. La Intendencia de Montevideo tiene un nivel de endeudamiento muy bajo; para 2026, solo 3% de la recaudación se destinará a pagar endeudamiento a largo plazo. Ese nivel de endeudamiento está muy por debajo del resto de las intendencias. Tenemos margen para contraer algún endeudamiento a largo plazo que nos permita cumplir con los objetivos y comprometer una parte pequeña de nuestra recaudación.

    ¿Se puede garantizar continuidad normal en 2026 para los servicios esenciales o hay algún riesgo?

    —No. Todo lo que hacemos en nuestras proyecciones está condicionado por las cosas básicas que la intendencia tiene que hacer, como alumbrado, limpieza y calles. Pero también con actividades que hace la intendencia que son muy bien valoradas. Las policlínicas municipales están en lugares donde no llega la salud privada ni la pública, y queremos consolidar ese apoyo. Y toda la parte cultural, ya que a veces desde los barrios de la costa nos cuesta entender que el acceso a la cultura no solo implica plata, sino una logística. Tratamos de tener reuniones con los vecinos y estar en el territorio. Intentamos entender que a veces las necesidades a cubrir no solo son las básicas, sino que la formación de ciudadanía tiene que ver con otras cosas, que no es estar limpio e iluminado, sino con otros aspectos que valoramos como equipo de gobierno.