En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
Estudio propone limitar ingresos en Facultad de Medicina ante “alta densidad” de profesionales
Informe del Observatorio del Sistema de Salud advierte que hay más médicos de los que el país necesita y una relación inadecuada con los enfermeros; hay riesgo de “sobrediagnósticos” y “sobremedicalización”
En números, Uruguay tiene muchos médicos. Más de los que debería. Más de los que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y la falta de una articulación o un diálogo interinstitucional a la hora de la formación profesional alimenta un profundo desequilibrio y atenta contra la constitución de un verdadero sistema nacional de salud.
¡Registrate gratis o inicia sesión!
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
Este es el centro de un artículo publicado el domingo 7 por el Observatorio del Sistema de Salud del Uruguay, que depende del Centro de Investigaciones Económicas (Cinve). Sus autores, Gerardo Bruno y Julio Trostchansky, profesores titular y agregado de la Cátedra de Cirugía Torácica de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República (Udelar), subrayan la existencia de un “desequilibrio profundo en la formación de los recursos humanos” que lejos de apuntalar al Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), creado por ley en 2007, “tiende a reforzar sus asimetrías”.
Según dijo a Búsqueda Trostchansky, expresidente del Sindicato Médico del Uruguay (SMU), uno de los focos de estos artículos es cuestionar el ingreso irrestricto de estudiantes a la Facultad de Medicina, lo que no ocurre en otras carreras vinculadas. “Si hay que estudiar el límite en los ingresos, habrá que hacerlo. Quizá haya que pensar en cupos”, añadió.
Desequilibrios
“¿Quién forma a quienes nos cuidan?” se titula el trabajo que cuestiona un sistema que “forma lo que no necesita y necesita lo que no forma”. De arranque, apunta contra una de las vacas sagradas del statu quo educativo nacional: la autonomía universitaria. Y si bien busca no ser “retórico ni provocador”, termina siéndolo.
El informe aporta cifras. Uruguay tiene “una de las densidades de médicos más altas del continente”, entre 4,0 y 4,4 por cada 1.000 habitantes. La Facultad de Medicina de la Udelar “gradúa entre 600 y 700 nuevos profesionales por año”, lo que es una “cifra inédita” en los tiempos recientes. Esta realidad contrasta con el hecho de que hay menos de dos licenciados en enfermería cada 1.000 personas.
“Esto implica que el país supera ampliamente la recomendación de la OMS en densidad médica mientras queda muy por debajo en personal de enfermería”, indica el documento. La OMS recomienda una densidad médica de 2,3 profesionales cada 1.000 personas.
Si la relación recomendada entre médicos y licenciados en enfermería es 1 a 1, los “números últimamente relevados” hablan de más de 19.000 de los primeros y cerca de 8.000 de los egresados de la Facultad de Enfermería. Esta es una de las peores relaciones de la región, indicó Bruno a Búsqueda. Otro contraste es que la Escuela Universitaria de Tecnología Médica (EUTM), que ofrece “carreras donde el sistema de salud presenta déficits más críticos” (fisioterapia, imagenología, fonoaudiología, entre otras), tiene ingresos muy restrictivos. Este año, por caso, fisioterapia tuvo 517 aspirantes para 186 cupos y en fonoaudiología hubo 172 para 92 ingresos.
Esto último es particularmente significativo al señalar que el 28% de la población requiere “procesos de rehabilitación”, porcentaje que trepa al 50% en mayores de 80 años. Esta demanda solo podría cubrirse con una mayor oferta de técnicos como los egresados de la EUTM.
El escenario descrito constituye “una paradoja difícil de justificar” desde un punto de vista sanitario, pero se ha naturalizado de una forma “de no generar una discusión”, señala el informe. Alude a “razones históricas” de ese ingreso irrestricto a la Facultad de Medicina como “herramienta de democratización del acceso a la educación superior en este país” que permitió “romper con estructuras históricas de exclusión”. Pero en los hechos esto limitó “la capacidad del país para ajustar de manera dinámica” la formación de sus recursos humanos con sus reales necesidades.
Entre las conclusiones, ambos médicos proponen “definir políticas de ingreso” a las carreras universitarias relacionadas con la salud “que equilibren la inclusión con las necesidades del sistema”, así como “redistribuir los cupos” con atención en las áreas deficitarias. “Planificar no significa restringir derechos, sino garantizar un uso responsable de los recursos públicos”, señala en otro pasaje el trabajo, anticipándose a las críticas. “Revisar tradiciones (sic) no debilita a la universidad ni al sistema de salud: los fortalece”, añade en el mismo tono.
Reflexiones y elites
“No podemos seguir barriendo debajo de la alfombra”, dijo Bruno, exsubdirector del Hospital Maciel. A diferencia de lo que pueda creerse, el exceso de médicos no equivale a una población más sana, aseguró: “Eso trae sobreeconomía, sobrediagnósticos, sobretratamientos y asimetrías en especialidades. En definitiva, conlleva una sobremedicalización”. Para peor, añadió, ese exceso de doctores también es relativo porque “están todos concentrados en Montevideo”.
Este exceso de médicos también está alimentado por los egresos en las universidades privadas y las reválidas a los profesionales extranjeros, “que nadie regula”, afirmó el catedrático. La intención de este artículo es promover “una reflexión”.
Trostchansky, por su parte, manifiesta que “la sociedad uruguaya y la Udelar han perdido la capacidad de debate” y califica de “incongruente” que la Facultad de Medicina no imponga cupos para quienes quieran ser médicos y sí lo haga para otras carreras.
La postura del expresidente del SMU es todavía más provocadora: “Parece que la autonomía universitaria es una vaca sagrada, impoluta e intocable. Yo soy de la idea de que la Udelar tiene que formar en función de las necesidades de la sociedad. La autonomía universitaria no puede ser una barrera”.
Sabedor de que en este país una postura como esa —limitar el ingreso a la universidad pública— equivale a tatuarse una diana en el pecho, Trostchansky dijo a Búsqueda que “no hay nada más lejano a un pensamiento progresista que no pensar en una sociedad mejor” y que esa sociedad “no precisa más médicos”. Pensar de otra madera, añadió, “es una postura progresista de elite, bien universitaria desde ya, alejada de lo que la sociedad precisa”.