Montevideo, un resultado previsible, sin fervor electoral
“En Montevideo hace 30 años que no hay competencia interpartidaria”, señala el sociólogo Eduardo Bottinelli para explicar la ausencia de efervescencia política en la capital los días previos a la elección. El Frente Amplio gobierna la capital ininterrumpidamente desde 1990 y la oposición, hoy reunida bajo el lema Coalición Republicana, no parece con posibilidades de arrebatarle el triunfo el domingo.
Además, en Montevideo “tampoco hay competencia intrapartidaria”, señala el analista, director de la consultora Factum. La última elección departamental, en 2020, fue quizás la que tuvo mayor competencia interna en el Frente Amplio, ya que había más de un candidato con posibilidades. Esta vez, el favoritismo de Mario Bergara sobre Verónica Piñeiro y Salvador Schelotto permite anticipar su triunfo claro en la interna. Además, la suma de intención de voto por lema ubica al Frente Amplio cerca del 50%, unos 10 puntos arriba de la coalición liderada por el blanco Martín Lema, acompañado por la colorada Virginia Cáceres y el cabildante Roque García.
La última encuesta de Factum divulgada el martes 6 ubica a Lema como el candidato con mayor intención de voto individual, pero la suma de votos a la Coalición (41%) sería insuficiente para obtener el triunfo ante la suma de los votos a los candidatos frenteamplistas (51%).
En Canelones, donde el Frente Amplio gobierna hace cuatro períodos, los dos últimos bajo el liderazgo del actual presidente Yamandú Orsi, la candidatura única de Francisco Legnani por la izquierda es la casi segura ganadora, ya que las encuestas la ubican a una distancia sólida de los contendientes de la Coalición Republicana, Sebastián Andújar, Walter Cervini y Alfonso Lereté.
Incertidumbre: Río Negro, Salto y Rocha en disputa
Hay dos departamentos del litoral que van a atraer especial atención el domingo 11: Río Negro y Salto. También Paysandú se perfila como otro escenario incierto en el litoral, aunque en su caso hay mayor probabilidad de que el Partido Nacional, con el exintendente Nicolás Olivera buscando la reelección, conserve el gobierno.
En Río Negro, en cambio, el gobernante Partido Nacional (cuya candidata con mayor respaldo es Mercedes Long) está en riesgo de perder la elección ante el Frente Amplio, que hoy aparece como favorito de acuerdo a las encuestas de intención de voto de la consultora Ágora. El arquitecto Guillermo Levratto lidera la competencia interna en la izquierda, en la que también postulan el exintendente Oscar Terzaghi y el dirigente Sergio Milesi.
No es casualidad que el martes 6 el presidente Orsi haya viajado hasta Fray Bentos para participar del lanzamiento de un plan de Salud Mental. También el expresidente Luis Lacalle Pou visitó el miércoles 7 el departamento para apuntalar la campaña del Partido Nacional.
En Salto, el Frente Amplio busca retener el gobierno con las candidaturas de Álvaro Lima —hermano y delfín del exintendente Andrés Lima—, Gustavo Chiriff y Ramón Fonticiella. Sin embargo, la oposición aprendió la lección de 2020 y esta vez compite unida bajo un mismo lema, por lo que tiene buenas chances de conquistar el gobierno. El nacionalista Carlos Albisu es el contendiente opositor que recoge mayor intención de voto en la coalición, seguido de cerca por el colorado Marcelo Malaquina.
Lacalle Pou participó días atrás del cierre de campaña de Albisu, mientras que Orsi planea visitar el departamento este jueves 8.
Otro departamento en disputa es Rocha: el exintendente Alejo Umpiérrez, del Partido Nacional, aspira a la reelección, en una reñida batalla con Aníbal Pereyra, actual senador del Frente Amplio, que fue intendente en el período 2015-2020. Una encuesta de Opción divulgada por El País a mediados de abril daba mayores posibilidades de triunfo a los blancos, aunque en la interna de ambos partidos hoy ven la competencia muy pareja y en la izquierda tienen expectativa de recuperar el gobierno.
El predominio blanco y el único bastión colorado
En Maldonado, la lucha electoral es entre blancos. Las encuestas muestran al Partido Nacional como claro favorito, aunque en la interna hay una disputa entre continuismo y renovación: entre Miguel Abella, de Alianza País, el heredero de la gestión del intendente Enrique Antía, y el representante de la oposición interna, Rodrigo Blás, del Herrerismo. Por el Frente Amplio, que gobernó por última vez en el período 2010-2015, compiten el exintendente Óscar de los Santos, el diputado Eduardo Antonini y la edila Susana Hernández.
En Cerro Largo, Treinta y Tres, Colonia, Tacuarembó, Artigas y Flores es muy probable un triunfo del Partido Nacional. Los candidatos blancos más firmes son José Yurramendi y Christian Morel en Cerro Largo; el actual intendente Mario Silvera y Ramón Da Silva en Treinta y Tres; Guillermo Rodríguez y María de Lima en Colonia —con el senador frenteamplista Nicolás Viera bien posicionado en intención de voto, pero que parece insuficiente para ganar—; el exintendente Wilson Ezquerra y Jhon Duhalde en Tacuarembó; Emiliano Soravilla en Artigas —con el respaldo de la exdiputada Valentina Dos Santos, inhabilitada por el partido tras una condena penal por irregularidades en la gestión de horas extras—, y el exintendente Armando Castaingdebat y Diego Irazábal en Flores.
En otros departamentos, los blancos también son favoritos, pero hay más espacio para sorpresas. Es el caso de Lavalleja, Soriano, Florida, Durazno y San José. En la interna del Frente Amplio consideran que allí todavía tienen esperanza.
En Lavalleja busca la reelección Mario García (Partido Nacional) con Carol Aviaga como principal contrincante, mientras el Frente Amplio mantiene esperanza detrás del médico Daniel Ximénez y el diputado Javier Umpiérrez. Los votos que logre el Partido Colorado con el exministro de Ambiente Robert Bouvier como el contendiente más fuerte puede incidir en el resultado: una buena performance podría favorecer el triunfo del Frente Amplio, ya que blancos y colorados compiten separados y eso divide votos.
En Soriano, el exintendente blanco Guillermo Besozzi se vio envuelto en irregularidades que derivaron en que la Justicia lo formalizara por varios presuntos delitos —hasta el lunes 5 debió cumplir, como medida cautelar, prisión domiciliaria total, y luego solo diurna—, pero sigue siendo el favorito. El Frente Amplio reúne sus principales aspiraciones detrás del candidato Pablo Ponce. En Florida, aparece como favorito el dos veces intendente Carlos Enciso, seguido por el también blanco Cayetano Stopingi, aunque, según la consultora Ágora, es uno de los departamentos donde el Frente Amplio está cerca en intención de voto.
En Durazno, los blancos Domingo Rielli y Felipe Algorta compiten con más posibilidades, mientras el Frente Amplio no da por perdida la batalla con el médico Mauricio Bertalmio como contendiente más fuerte. En San José, la favorita es la nacionalista Ana Bentaberri, que compite por la reelección. De acuerdo a un informe de MCP Consultores, publicado el pasado domingo, el Partido Nacional tiene una ventaja de 10 puntos sobre el Frente Amplio.
En Rivera, donde el Partido Colorado gobierna desde 1995, esa colectividad tiene casi asegurado el triunfo de la mano de Richard Sander, que busca la reelección.
Mujeres candidatas no llegan al 20%
En la contienda electoral por las intendencias compiten 150 candidatos, de los cuales solo 26 son mujeres (17%), de acuerdo a un relevamiento del politólogo Antonio Cardarello. Según comentó el especialista a El Observador, hay una persistente “masculinización” en las candidaturas a las intendencias.
En 2010 hubo tres intendentas mujeres en 19 departamentos, una novedad en un país donde hasta ese entonces solo se habían elegido intendentes varones. En 2015 solo hubo una intendenta y en 2020 fueron dos.
Hoy, las candidatas con posibilidad de llegar a la intendencia, con distintos niveles de probabilidad, son Bentaberri en San José, Long en Río Negro y De Lima en Colonia.
¿La elección nacional impacta en la contienda departamental?
El triunfo en el gobierno nacional puede ayudar a acarrear victorias a nivel local. Pero la relación no es lineal y no siempre hay un efecto de “ola”, como sucedió en 2005 tras la llegada del Frente Amplio a la Presidencia, señala el sociólogo Bottinelli. En ese entonces la izquierda consiguió ganar en ocho intendencias, el máximo número hasta ahora. Actualmente gobierna en tres y no parece que el próximo domingo vaya a superar o siquiera acercarse a su máximo histórico.
El propio presidente les advirtió a los legisladores frenteamplistas, en una reunión a fines de marzo en Suárez y Reyes, que la contienda por las intendencias responde a otras lógicas, más territoriales, y que haber conseguido un respaldo mayoritario en el balotaje en algunos departamentos no garantiza que voten al Frente Amplio ahora.
Esta será la sexta elección departamental separada de la contienda nacional después de que la reforma constitucional de 1996 instalara ese sistema. En cada período se fueron dando cambios significativos en la conformación del mapa electoral.
En el año 2000, la victoria en la elección nacional del Partido Colorado tuvo su impacto en las departamentales. En ese momento, los colorados se quedaron con Canelones, Río Negro, Salto, Artigas y Rivera. El Frente Amplio, pese a ser el partido más votado, solo gobernaba Montevideo.
Cinco años después, la llegada de la izquierda al gobierno nacional también significó un cambio en el acceso a las intendencias. Mientras el Partido Colorado reducía su participación solo a Rivera, el Frente Amplio ganaba en Montevideo, Canelones, Maldonado, Rocha, Florida, Salto, Paysandú y Treinta y Tres.
En 2010, el Frente Amplio perdió Florida, Treinta y Tres y Paysandú, que cayeron en manos del Partido Nacional, mientras que Salto fue ganado por el Partido Colorado.
En 2015, la izquierda, aún en el gobierno, perdió Maldonado, pero se hizo fuerte en gran parte del litoral, ganando en Salto, Paysandú y Río Negro.
En 2020, el Frente Amplio mantuvo Salto, pero perdió Paysandú, Río Negro y Rocha frente al Partido Nacional.
Para Bottinelli, con el paso del tiempo se fue consolidando la separación de las dos elecciones, nacional y departamental. Hay departamentos, como Soriano, donde la separación es muy clara: el Frente Amplio vota bien en la elección nacional, pero no lo repite en la instancia departamental, apunta.
Además del peso de los liderazgos locales, que van más allá de los colores políticos, las dos elecciones tienen reglas diferentes —como las candidaturas múltiples por lema, la ausencia de segunda vuelta y la posibilidad de reelección— que inciden en los resultados.
El peso de la elección municipal en el interior y lo que dirán los números
El domingo también se elegirán 136 alcaldes en todo el país. La contienda por el tercer nivel de gobierno genera poco interés entre los ciudadanos de la capital, aunque en el interior tienen un peso mayor. “La competencia municipal moviliza en algunos departamentos”, asegura Bottinelli. Incluso, señala, en la mayoría de los departamentos del interior hay más votos municipales que departamentales, lo inverso a lo que ocurre en Montevideo.
“En Montevideo no hay un sentido de pertenencia al municipio, pero en el interior representan localidades con sentido de pertenencia, que a veces incluso se enfrentan al gobierno departamental con otro signo político”, explica.
En la capital, de predominio frenteamplista, hoy el Partido Nacional gobierna tres de los ocho municipios, y la izquierda aspira a recuperar al menos dos. El resultado de esa contienda local será un dato de interés a observar, señala el analista.
Además de los números globales sobre la cantidad de intendencias que obtenga cada partido, Bottinelli afirma que también será interesante analizar qué representa en términos poblaciones el triunfo de cada bloque.
Hoy, por ejemplo, en las intendencias que gobierna el Frente Amplio vive el 59% de la población. Perder Salto y ganar Río Negro representaría una baja para la izquierda en términos de “población gobernada”.
Además, añadió, la suma total de votos que obtengan será un indicador relevante del respaldo que obtuvo cada bloque.