Ponce de León contó a la periodista que algunos dirigentes, sobre todo de Canelones, le propusieron militar con ellos y ocupar un lugar en las listas. Pero, cuenta Zinola, “a pesar de lo atractivo de las propuestas, Loli ya había tomado la decisión de no hacer política por lo menos para las elecciones pasadas”.
“Para mí, mi tarea ya estaba cumplida. Voy a dejar que la vida me sorprenda. Sé que tengo capacidad y mucha disciplina, trabajo duro y me encanta armar equipos. Y en eso de armar equipos me parece que también puedo llegar en algún momento a la política. Sé que lo podría hacer y que lo podría hacer bien, pero no quiero todavía”, declaró la ex primera dama. En una entrevista con Búsqueda en marzo, Ponce de León había admitido que tenía el “bichito” de la política, aunque dijo que todavía “no era el momento”.
No obstante, según revela el libro editado por Penguin Random House, la visibilidad de la primera dama no era vista con buenos ojos por el entonces presidente, que tampoco estaba de acuerdo con que impulsara el programa Sembrando. “Luis no quería”, contó Ponce de León a la periodista. “Pero en la campaña yo siempre le decía que, si llegábamos a ganar, yo quería estar en el lugar de hacer. Y, básicamente, Luis no quería que yo estuviera en ningún lugar. Esa es la realidad. Sobre todo por el tema de la notoriedad y que figurara, no le interesaba mi presencia en ningún lado”.
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Lorena Ponce De León durante una recorrida por el Centro de Rehabilitación para personas con discapacidad visual "Tiburcio Cachón" en Montevideo, 28 de marzo de 2023.
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Pese a que Lacalle Pou le “rebochó” la idea de Sembrando, ella no cedió, y al final “no le quedó otra” que aceptarlo y apoyarla. Ponce de León reflexiona en el libro sobre cómo haber sido criada por mujeres independientes y de carácter “fuerte” influyó en su personalidad y en la seguridad sobre sí misma.
Los reparos del exmandatario sobre la visibilidad de su esposa se dieron pese a que en su propia familia tuvo figuras como la de su madre, Julia Pou —esposa del expresidente Luis Alberto Lacalle—, que tuvo una importante actividad política. Como primera dama lideró la ONG Acción Solidaria, luego fundó una agrupación política y posteriormente fue electa senadora para el período 2000-2005. De hecho, el inicio de la carrera política de Lacalle Pou está vinculado a su madre, ya que ingresó a la Cámara de Diputados como su suplente.
Pero, según el relato de Ponce de León, al exmandatario y líder del Partido Nacional “no le gustaba que la madre estuviese donde estuviese”. La paisajista reivindicó la figura de su exsuegra: “Tuvo tremenda notoriedad y la gente la quería mucho. Me acuerdo de que en esa época se decía que Julita podía llegar a ser candidata a presidenta, y yo la hubiera votado, feliz”. Pero recordó que su entonces esposo no quería que esa historia se repitiera. “Fue una mujer que tuvo mucha presencia como primera dama. Y Luis no quería eso conmigo, básicamente, no quería que tuviera notoriedad ni presencia, ni que tampoco tuviera un lugar en la política”, contó.
“Pienso que quería resguardarme, pero tampoco quería que me luciera mucho, algo que en ese momento me lo llegó a decir”, añadió en una de las entrevistas que mantuvo con la autora.
Ponce de León sostuvo que ese fue uno de los motivos que llevó a que la pareja se separara: “Parte de nuestra separación es un poco por eso. Mi protagonismo no le gustó nada; más allá de que yo me luciera o no, si yo le daba sombra o no le daba sombra…, es que no quería. No quería que estuviera, que yo figurara mucho, no le interesaba. Lo desenamoró, vamos a decirlo de esa manera, porque, en realidad, es un poco eso”.
Según su relato, al exmandatario tampoco le gustaba la notoriedad de su madre ni la de su hermana: “Calculo yo que no le gusta que la mujer que esté con él se note”.
Luis Lacalle Pou y Lorena Ponce de Leon
Luis Lacalle Pou y Lorena Ponce de León durante la asunción presidencial, 1° de marzo de 2020.
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“Mi misión era acompañarlo para que llegara a presidente”
El libro de Zinola repasa los orígenes de la familia Ponce de León en Uruguay, descendiente de un español que llegó a Montevideo como integrante de un contingente militar en 1813 y decidió quedarse. También narra su infancia, primero en el barrio La Blanqueada y luego en Carrasco, las historias de sus padres, Eduardo Pico Ponce de León —un “aventurero”— y Perla Núñez —una mujer “independiente y trabajadora”—, el vínculo con sus siete hermanos, producto de tres matrimonios de su padre, y los desafíos y las bondades de ser una familia “ensamblada”, que lejos de acomplejarla la “enorgullece”.
Las figuras de su madre y su abuela como mujeres “fuertes” que tras infidelidades se separaron de sus maridos, en tiempos en que era “raro” que lo hicieran, están presentes en varios pasajes del libro: “Loli repite la historia de su madre y de su abuela, que se divorciaron en una época en que las mujeres no se separaban de sus maridos, resistían”, narra la autora.
Ponce de León relató varios episodios de su vida, como el momento que conoció a Lacalle Pou —amor a “segunda vista”, tras una primera cita aburrida— y el reencuentro varios años después, la propuesta de matrimonio, la primera crisis y separación y las dificultades para concebir, que terminaron superando con los dos primeros mellizos nacidos por fertilización in vitro en Uruguay a partir de embriones congelados.
Contó también sobre su apoyo al proyecto político de su esposo —“siempre supe que iba a ser candidato a presidente, desde que éramos novios veía su aspiración de crecer”—, sobre cómo lo ayudó a recuperarse tras la derrota en las elecciones presidenciales de 2014 frente a Tabaré Vázquez —“hacé el bolso y empezá a recorrer el país, que es lo que más te gusta”— y sobre cómo atravesaron la época de pandemia, en la estancia de Anchorena, cuando apenas comenzaba el gobierno de la coalición republicana.
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Lorena Ponce de León en su casa del barrio Carrasco en Montevideo, 19 de marzo de 2025.
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“Siento que parte de mi misión, de mi alma, era acompañarlo para que llegara a presidente”, reflexionó.
Ponce de León describió su separación como uno de los momentos más tristes de su vida: “Toqué fondo”. Dijo que resolvió irse ella de Suárez y Reyes porque hubiera sido “raro” que el mandatario se fuera de la residencia presidencial y que decidió separarse pese al momento porque “no se puede sostener una relación que ya no funciona”.
“Si yo seguía sosteniendo mi relación, que de repente podría haberla sostenido por un tiempo, porque los dos estábamos en la misma situación, podríamos haber hecho un pacto… que sé yo… podrían haber pasado muchas cosas, pero realmente entendía que había que cortar e irse. Y Luis tampoco lo quería”, contó Ponce de León, que ahora está en pareja con el empresario sanducero Alejandro Teske.
En algunos pasajes del libro, la ex primera dama lanzó algunas críticas al Frente Amplio. Recordó la “alegría de los militantes” el día de la asunción de Lacalle Pou, que se sentían “liberados” porque “durante los 15 años del Frente Amplio la gente estaba oprimida, sin poder ampliar sus alas”, dijo que las críticas que recibió por su viaje a la Expo Dubái fueron “un mamarracho”, fruto de la “envidia” y parte del “circo” del Frente Amplio, y que “la palabra empresa o empresario no es una cosa” por la que la fuerza política de izquierda “abogue”.