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Maldonado, una lucha entre blancos con el retador Rodrigo Blás y el delfín Miguel Abella
Abella, de perfil técnico y heredero de la gestión de Enrique Antía, defenderá el gobierno de Maldonado frente a la competencia de otro blanco, el herrerista Blás, quien asegura que hay un “fin de ciclo”
Miguel Abella y Rodrigo Blás cuando fueron proclamados candidatos del Partido Nacional a la Intendencia de Maldonado
La lucha electoral en Maldonado es lucha entre blancos. Es también una disputa entre continuismo y renovación. Entre un candidato con perfil de político puro y duro contra uno que presume de su carácter técnico, administrativo. Es la lucha entre el heredero de la gestión del intendente Enrique Antía y el representante de la oposición interna. Es la competencia entre Miguel Abella, de Alianza País, y Rodrigo Blás, del Herrerismo. Al menos así se presenta en la previa, cuando la campaña por el gobierno departamental entra a calentar motores, a ganar espacio en la conversación política. Y que a esta altura, cuando falta poco más de un mes para el día de las elecciones, tiene a estos candidatos del Partido Nacional despegados en la intención de voto por encima del Frente Amplio.
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Abella, secretario personal de Antía desde el 2000 hasta el 2015 y después director general de Administración durante estos dos últimos períodos en la intendencia, representa claramente la continuidad de la gestión. Es el heredero, el delfín. Y, como tal, un celoso defensor de lo que se ha hecho hasta ahora en Maldonado. Abella entiende que el departamento está “ordenado” en su parte financiera y en su vínculo con los funcionarios municipales y con los distintos colectivos tercerizados. También destaca el alto porcentaje de empleo que exhibe el departamento. Y entonces, dice que su “aspiración es continuar gobernando tomando lo mejor de estos años”, pero con el “propósito de realizar políticas de pública cercanía y calidad para la gente”. Traducido: pasar de lo macro a lo micro. “Eso es lo que yo aspiro. No voy en el mismo camino, voy en un camino social y de cercanía a la gente”, dice en diálogo con Búsqueda. Agrega que espera que sean cinco años de “arrimarse” al barrio para “finalizar y acompañar este gran crecimiento que ha tenido el departamento”. Abella puntualiza que Maldonado pasó de 72 barrios a 122 en 10 años. Y que también ha crecido en su población, con un despegue exponencial durante los años de pandemia. Hoy son cerca de 213.000 habitantes en Maldonado. “Y por eso creo que es necesario parar un poco con la política y dedicarnos a acompañar a la gente y a nuestros barrios con lo que nos está faltando”.
Blás, el hombre que encarna más cabalmente al “bicho político”, entiende que también ha sido parte de esta gestión. Que le ha puesto “impulso y freno” cuando correspondía. Pero tiene una visión distinta a la de Abella. “La continuidad del Partido Nacional no está en duda, pero es un fin de ciclo. Fue muy buena para el ayer. Pero es un fin de ciclo porque ya no va a estar Antía. Y hay que tomarlo como la oportunidad de cambiar los tiempos, las formas y el desarrollo que hoy se precisa”, señala a Búsqueda. “Es el tiempo de continuar lo que está bueno o atender cosas que no se supieron hacer o que no estaban en la mira en ese momento”. Dice que tiene una “visión más moderna”: “Maldonado ha apostado al tradicionalismo de la gestión administrativa, de la gestión de territorio y eso nos ha impedido abordarla de otra forma que nos resulte más eficaz”
Blás entiende que se debe “impulsar más el desarrollo individual” como forma de generar el desarrollo colectivo. “La gestión humana en todo el territorio. Es un departamento que crece y que tiene muchas disimilitudes. En siete kilómetros podés pasar de la mejor belleza a la pobreza extrema. El propio crecimiento nos ha traído un desafío en cuanto a crecer bien. Hay más gente en territorio, hemos perdido el orden. Hay profundos problemas de convivencia”. Blás plantea la creación de una Guardia municipal “que ponga en valor las normas de convivencia y que recupere el control de las calles que hoy las gobiernan los que pican en las motos”.
Abella, que este jueves 3 presenta su programa de gobierno, sostiene que en su hoja de ruta se pondrá acento a políticas sociales. Ahí destaca la preocupación sobre la salud mental, adicciones, tercera edad, discapacidad, género, diversidad, el fomento del deporte, la movilidad urbana y el medio ambiente, donde está prevista la creación de un Observatorio Departamental de Ambiente y una guardia ambiental. Así está escrito en el borrador del programa que se presentará en esta jornada. Y, si hay que bajarlo a tierra, Abella insiste en las “pequeñas obras” que faltan en “cada barrio”. “Quiero trabajar con las organizaciones sociales y barriales, quiero que sean el gran eje de la administración”. Y remarca: “Se ordenó lo macro, se hizo la obra que había que realizar. Se proyectaron obras para dejar un Maldonado proyectado a 15 o 20 años más”. Y por eso entiende que ahora “es necesario acompañar socialmente a los barrios y trabajar directamente con los vecinos. La calidad de vida digna que necesita cada barrio, con barrios inclusivos, seguros, soluciones integrales para cada uno de ellos”. “Son cosas chicas para cada barrio, pero son de mucha importancia para nuestros vecinos y para la gente que vive aquí”, sostiene.
Pero Blás va a lo macro antes de ir por los barrios y la calidad de vida del habitante de Maldonado. Pone un ejemplo. “Hay que reordenar el tránsito, un tránsito fluido, seguro. No existe un plan de tránsito que le termine quitando calidad de vida a la gente. Si vos demorás cada vez más en ir al trabajo, son horas que le quitás a tu descanso, a tu familia. Llegás enojado”, dice. Y va por un cambio en la política de fiscalización con los radares. “Es una política de trancazo de tránsito, que aplica Montevideo y se trasladó a Maldonado. El mundo lo abandonó hace 20 años y nosotros lo estamos recorriendo. No son soluciones y no bajan la siniestralidad. Hace falta que los radares sean inteligentes, sean educadores y no recaudatorios, que las multas tengan que ver con el bolsillo de la gente. No pienso en sacar radares, pero ponerlos de otra forma. Acompañar el movimiento del tránsito”.
Abella tiene la mira puesta en disminuir las cifras de siniestralidad. Y una propuesta es la creación de una escuela de educación y seguridad vial en cada municipio. También promete una revisión del costo del boleto y fomentar el uso del transporte público. Y, al igual que Blás, apunta a una redistribución de los radares para prevenir accidentes en zonas de mayor riesgo, priorizando entornos escolares, cruces peligrosos y áreas con alta circulación de peatones.
Intendencia de Maldonado.jpg
Intendencia de Maldonado
Ricardo Antúnez / adhocFOTOS
Los de arriba, los del medio y los de abajo
El candidato del Herrerismo reconoce la política de asentamientos de la actual gestión departamental. Pero puntualiza que “no hay que ocuparse solo del que está allá abajo”. “Nosotros tenemos una masa crítica de gente que labura y no puede, no le alcanza, no accede. Y la respuesta que le damos es recién cuando ya cayó. Hay que sostener una política de asistencia, con soluciones habitacionales para el que alquila, para el que gana $ 40.000 y no puede acceder. Poner el foco ahí con subsidios de alquiler, canasta de materiales, préstamos para la cuota inicial”. Blás promete una partida de US$ 10 millones por año para solucionar la vivienda de los no asentados.
Pero más allá de esa intención de “sostener” a la clase media, Blás no descuida los ingresos a las arcas municipales que provienen de la contribución de la clase alta que reside durante el año y que es población flotante de la mano del turismo. Se plantea el desafío de que el invierno “no sea un bajón en la actividad laboral y turística”. Busca desestacionalizar Maldonado como destino a través de propuestas como eventos, congresos y entretenimiento para “capturar al brasileño”. “El argentino te responde siempre. Pero con Brasil estamos fríos”. Y por eso mismo, justamente, apuesta a un parque de nieve como atracción con inversión brasileña, un proyecto que dice estar negociando desde hace siete años. “Atrás del parque de nieve van a seguir viniendo otros emprendimientos, con laburo todo el año. Emprendimientos para que el argentino que vino en la pandemia y puso una cafetería encuentre quien le tome un café en pleno agosto. No descubro la pólvora, lo escucho desde niño, pero ahora venimos con cosas concretas”, afirma. Y agrega: “A este desarrollo no lo puedo recibir con radares que nadie entiende y con multas más caras que Europa”.
Blás busca “un salto de calidad en la forma de entender ciertos servicios públicos”. “Esa modernidad es contraria a la continuidad. El fin del ciclo es el momento de apostar a cosas nuevas, otras miradas. Lo que se hizo acá está excelente, chapeu, me saco el sombrero, viva Antía, pero, para adelante, Maldonado necesita una visión superadora”.
Sin embargo, para Abella, con las obras proyectadas y con lo que se ha hecho, no hay que tocar mucho en materia de turismo y servicios. “Porque si usted viene hoy a Maldonado, desde que entra va a ver que hay limpieza, que hay orden, que hay plantas. Eso no se toca, eso está dentro de lo que ya es materia de continuidad para nosotros”.
En su programa de gobierno dice que “se hará hincapié en la promoción del turismo de naturaleza, incluyendo propuestas vinculadas al ecoturismo, turismo rural, aventura, arqueológico y circuitos relacionados con la producción local”.