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En el invierno del año pasado, mientras convalecía en su chacra de Rincón del Cerro y asumía el avance irreversible de un cáncer de esófago, el expresidente José Mujica reflexionó —entre filosofía de vida y análisis político— sobre cómo serían las horas posteriores a su fallecimiento. “Mi último acto político va a ser mi muerte. ¡Sabés lo que va a ser ese velorio!”, afirmó.
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La anécdota forma parte de un nuevo capítulo del libro Una oveja negra al poder. Confesiones e intimidades de José Mujica, que se editó por primera vez en 2015 y tendrá en los próximos días una reedición póstuma que incluirá nuevos encuentros y conversaciones con el expresidente de Uruguay una vez que abandonó la presidencia y hasta los últimos momentos de su vida.
Además de imaginar su velorio, Mujica también manifestó el deseo de no ser enterrado. “Yo prefiero estar esparcido, que me cremen y mis cenizas se esparzan en mi chacra como las semillas que me he dedicado a cultivar”, dijo en referencia al sitio concreto de su chacra donde está enterrada su perra Manuela.
José Mujica, Lucía Topolansky y Tabaré Vázquez durante un acto de gobierno en el año 2015
Nicolás Rodríguez/adhocFOTOS
Los autores del libro, Andrés Danza y Ernesto Tulbovitz, acompañaron a Mujica en distintas giras internacionales para promocionar el libro, desde su lanzamiento en 2015 hasta 2019, y luego lo visitaron en distintos meses de 2024, cuando el dirigente estaba ya en pleno tratamiento de su enfermedad. Ambos relatan que “le costaba hablar, tenía sus fuerzas mentales y físicas algo atrofiadas”, y que repasaba episodios de su vida política con ideas “que se mezclaban de forma torpe”.
Lejos de querer ocultar ese deterioro, la intención del líder del Frente Amplio era que su condición se mostrara con franqueza. El razonamiento estaba directamente relacionado con la conducta adoptada por Tabaré Vázquez, quien fue presidente en el período anterior (2005–2010) y en el posterior (2015–2020) al de Mujica. En 2019, hacia el final de su segundo mandato, Vázquez convocó a una conferencia de prensa para anunciar que padecía un cáncer de pulmón. Fue una de sus pocas referencias públicas al tema. Desde entonces y hasta su fallecimiento, en diciembre de 2020, optó por mantener en reserva su estado de salud y alejarse de la exposición política.
“En aquellos tiempos, Vázquez estaba muy enfermo. Le habían diagnosticado un cáncer de pulmón y se lo notaba muy desmejorado. Por eso, había resuelto no mostrarse demasiado en público. Mujica nunca entendió esa actitud. ‘Es al revés’, nos dijo más de una vez. Creía que lo que debe hacer un líder político si está enfermo es mostrarse, y más en tiempos electorales. Que los votantes lo vean para valorarlo más y darse cuenta de que puede dejar de estar en un futuro cercano. ‘Esconderse es lo peor en estos casos’, nos dijo”, repasan Danza y Tulbovitz en el libro.
En contraposición a la decisión de Vázquez, Mujica eligió mantenerse lo más activo posible, no tanto en la interna partidaria del Frente Amplio y en la de su sector político, el Movimiento de Participación Popular (MPP), sino principalmente en el contacto con los militantes y el electorado. Luego de anunciar en abril de 2024 que le habían detectado un tumor en el esófago, intentó participar de actividades claves en año electoral, pese a las recomendaciones médicas: “Asumir públicamente su enfermedad era algo más que necesario, a su entender. Había mucho en juego y en todo momento hizo valer su peso en votos, más allá de su enfermedad o, mejor expresado, junto a su enfermedad. Como había reclamado, sin éxito, años antes a Vázquez”.
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José Mujica acompaña a Blanca Rodríguez durante su presentación oficial como integrante del Frente Amplio
Javier Calvelo/adhocFOTOS
En agosto, Mujica concurrió a la sede del Frente Amplio, donde se presentó oficialmente a la exconductora del informativo SubrayadoBlanca Rodríguez como nueva integrante y candidata a senadora por la lista 609 del MPP. Días después fue internado y estuvo al borde de la muerte con un severo cuadro de deshidratación. Un cambio en el tratamiento, enfocado en el método de alimentación, le permitió al exguerrillero recuperarse y participar en octubre del acto de cierre de campaña del MPP.
“Les pido un minuto del corazón: es la primera vez en 40 años que no participo en una campaña electoral echando el resto. Lo hago porque estoy peleando con la muerte, al final del partido. Absolutamente convencido y consciente. Pero tenía que venir por lo que simbolizan ustedes, porque tengo fresca la primera mateada en La Teja con veintipico… y ahora me encuentro con esta multitud”, dijo entonces, junto al entonces candidato a la presidencia Yamandú Orsi.
Alejandro Sánchez, ¿el nuevo líder?
A lo largo de su carrera política, pero en especial desde que le fue diagnosticado el cáncer, Mujica insistió en distintos discursos y diversas entrevistas sobre la importancia de los jóvenes en el mundo. El mensaje también lo llevó a su sector político al bregar por nuevos dirigentes capaces de sostener la estructura partidaria que él creó y encabezó por más de 30 años. Mujica incluso se lamentó que otros políticos de peso histórico como Wilson Ferreira Aldunate (Partido Nacional) y Jorge Batlle (Partido Colorado) no hayan tenido una renovación sólida.
En esa línea, afirmó que, más allá del actual presidente Yamandú Orsi —a quien apadrinó políticamente en toda su trayectoria—, confía en la conducción que hará Alejandro Sánchez, actual secretario de la Presidencia y jefe de la campaña electoral que llevó a Orsi al poder. De 45 años, Sánchez construyó toda su carrera militante y dirigencial dentro del MPP. Tras ocupar diversos roles en la estructura del movimiento, dio el salto al ámbito legislativo y hoy es una pieza clave en el Poder Ejecutivo, considerado la mano derecha del presidente, quien equilibra las demandas internas del MPP y de todo el Frente Amplio y un interlocutor valorado por buena parte de la oposición.
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Alejandro Sánchez, Yamandú Orsi y José Mujica durante un acto de campaña de la lista 609 en el Teatro El Galpón
Javier Calvelo/adhocFOTOS
El nuevo capítulo del libro indica que “durante sus últimos días Mujica también tuvo tiempo para pensar en posibles sucesores dentro del MPP” y en ese análisis nombró específicamente a Sánchez: “’Está clarísimo que va a ser candidato en la próxima… Y lo bien que hace’, nos dijo, satisfecho por todo lo que estaba dejando. ‘Deber cumplido, la barra está preparada’”.
En esas reflexiones finales, Mujica también cuestionó su propia presidencia. Destacada internacionalmente por iniciativas en su momento de vanguardia —como el matrimonio igualitario, la legalización del aborto y la regulación del cannabis— y desarrollada en un ciclo externo favorable, marcado por altos precios de los commodities y una fuerte demanda regional, admitió que su gobierno quedó con deudas pendientes respecto, sobre todo, a la igualdad social. “Fue muy poco lo que pude hacer para terminar con las injusticias. Las vi todas desde mi lugar y la inmensa mayoría siguen ahí, incambiadas. No supe cómo hacerlo. Me voy con eso atravesado”, dijo en una especie de catarsis.