Mujica y Cuba: el reencuentro en 2013 con una “vieja novia” que marcó su juventud sin comprometerlo del todo
En julio de 2013, José Mujica realizó una visita oficial como presidente a Cuba que no fue una más en su agenda internacional. No solo se trataba de una reunión de Estado con Raúl Castro y un emotivo reencuentro con Fidel, sino de una vuelta cargada de simbolismo a un lugar que marcó profundamente su juventud militante. “La vieja novia”, como definió a Cuba, lo recibía ahora con honores, pero sin haberlo atado nunca del todo.
La relación de Mujica con la isla comenzó en los años 60, cuando la revolución cubana inspiraba a movimientos guerrilleros en toda América Latina, incluidos los tupamaros uruguayos. Aunque algunos tupamaros fueron entrenados militarmente en Cuba, ni Mujica ni Raúl Sendic —líder histórico del movimiento— participaron directamente en esas prácticas. Más bien, Sendic mantenía una posición crítica del modelo cubano y defendía la autonomía ideológica del grupo frente al gobierno de los Castro.
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José Mujica en Cuba, en 2013
AFP
A lo largo de las décadas, Mujica mantuvo un vínculo personal y político con Cuba. Visitó la isla más de media docena de veces antes de llegar a la presidencia. En 2006, como ministro, ya se había reunido con Fidel Castro. Pero fue en 2013, con la banda presidencial sobre el pecho, cuando el reencuentro adquirió un tono íntimo y nostálgico. Esa noche, la cena con Fidel fue, según dijo, “larga y llena de nostalgia” le contó a Búsqueda.
A pesar de su cercanía afectiva, Mujica nunca asumió una defensa incondicional del régimen cubano. En 2010, como presidente, recibió en Montevideo a una delegación de disidentes cubanos, incluidas representantes de las Damas de Blanco, lo que desató fuertes críticas desde sectores más duros de la izquierda local.
Su visita de 2013 coincidió con el 60° aniversario del Asalto al Cuartel Moncada. Mientras Cuba mantenía el mismo grupo en el poder desde 1953, Uruguay había transitado entre democracia, dictadura y una nueva democracia con alternancia política. Mujica, que alguna vez escuchó de joven un discurso de Fidel “de dos horas” entre el público, ahora era recibido como jefe de Estado.
En ese mismo año, Mujica anunció también un viaje a Estados Unidos, donde se reuniría con el presidente Barack Obama. Entre La Habana y Washington, el presidente uruguayo actuaba como un interlocutor regional.