Las proyecciones iniciales de escrutinio le dieron al Frente Amplio una votación que rondaba entre el 44,2% en la Usina de Percepción Ciudadana de la diaria y el 42,3% en Opción Consultores. El dato había pegado fuerte, y varios dirigentes consultados por Búsqueda reconocieron que era debajo de lo esperado. Esto, porque en el comando del Frente se manejaba el 44% como un “piso” y se entendía que la definición de los indecisos les daría uno, dos o hasta tres puntos porcentuales más.
Otro dato molestaba a los dirigentes de la oposición: la coalición republicana en su conjunto había superado al Frente Amplio y eso generaba preocupación. Sin embargo, con el pasar de los minutos, la angustia de los dirigentes pareció distenderse. Es que tanto en el propio comando de campaña como en el Secretariado del FA tenían la información de una proyección de escrutinio elaborado por la propia fuerza política que establecía que el Frente ya tenía asegurado los 15 senadores y estaba peleando la mayoría en la Cámara Alta sin la vicepresidencia.
A las 23.08 de esa noche, el politólogo Daniel Chasquetti confirmó en la red social X que el Frente Amplio no solo se había quedado con la banca 16 en el Senado, sino que le había arrebatado un diputado a la coalición en la Cámara Baja, quitándole la mayoría en ambas cámaras. Pero en esos mismos minutos la fórmula frenteamplista ya terminaba de hablar en un estrado ante los simpatizantes que esperaban celebrar en las inmediaciones del hotel, del lado de la rambla.
Mientras varios dirigentes frenteamplistas consultados por Búsqueda estimaron que el tono de los discursos y el tiempo de salida había sido el correcto, hubo otros que cuestionaron que se le haya dejado el espacio al contendiente del Partido Nacional, Álvaro Delgado, de “triunfador”, al cerrar la noche y también al hacer mención de que la coalición era la “mayoría”, cuando se supo que no tiene mayoría en ninguna de las dos cámaras del Parlamento. “Fue una cosa muy entreverada, reaccionamos lento”, dijo uno de los dirigentes que estaba en el hotel.
Diez años antes, el 24 de octubre de 2014, con una sorpresiva votación de casi cuatro puntos superior a la obtenida por el Frente Amplio el pasado domingo, pero también con una banca menos en el Senado, el entonces candidato frenteamplista Tabaré Vázquez hizo explotar al público cuando dijo que la izquierda estaba “en el umbral” de las mayorías parlamentarias.
La confirmación de la mayoría en el Senado, no obstante, terminó menguando al día siguiente el porrazo inicial de las primeras proyecciones de escrutinio. El objetivo de la fuerza política había sido conseguir las mayorías parlamentarias y se había cumplido parcialmente.
El cambio en la exposición de Yamandú Orsi
Dos días después, el jefe de campaña de Orsi, el senador Alejandro Sánchez, evaluó tras una reunión del secretariado de la fuerza política que el Frente Amplio realizó una “buena performance”, que se “recuperó” en el interior del país al ser la primera fuerza en 12 departamentos y que todo eso “abriga esperanzas” de que “sea favorito” en el balotaje.
Después del secretariado, Orsi visitó al expresidente José Mujica, líder del MPP, en su chacra en Rincón del Cerro. Ambos conversaron en forma distendida y prolongada sobre los resultados electorales, la actual campaña y las perspectivas para la segunda vuelta del último domingo de noviembre, dijeron a Búsqueda fuentes políticas.
Mujica recomendó a Orsi que saliera a recorrer el interior y que procurara tener muchos encuentros “mano a mano” con votantes de otros partidos. También le suguirió que se acercara lo “más posible” al “sector productivo” y que escuchara con atención sus reclamos y planteos. En ese contexto, le regaló al candidato presidencial frenteamplista un libro sobre la historia del cultivo de arroz en Uruguay.
También le comunicó a Orsi que está decidido a tener algunas apariciones en medios de comunicación antes del día del balotaje, especialmente del interior, a través de mensajes grabados o de entrevistas. El postulante de la coalición de izquierda estuvo de acuerdo con eso y lo alentó a que buscara la forma de trasmitir sus ideas, sin descuidar su salud, señalaron los informantes.
La estrategia que venía implementando el Frente Amplio antes de las elecciones tuvo cuestionamientos internos de algunos dirigentes, sobre todo de sectores que en las internas no acompañaron a Orsi. Los dos principales focos son, en primer lugar, la falta de contenido que ha tenido la campaña y, en segundo, la acotada aparición mediática de Orsi, que había tenido poca exposición en los medios de comunicación hasta el domingo 27. Pero en este último punto parece que hubo un quiebre: el candidato dio una entrevista a Canal 12 el lunes 28 y otra a Canal 10 el martes 29.
En tanto, la izquierda afinó la estrategia de campaña durante el secretariado. El Frente Amplio realizará una serie de movilizaciones que comenzarán el fin de semana con un “ramblazo” en Montevideo y barriadas en la zona metropolitana. A su vez, a solicitud del propio candidato, los cabezas de lista al Senado se incorporarán a un ámbito de coordinación con el secretariado y se sumarán a las giras que realizará la fuerza política por Uruguay. Si bien Orsi volverá a recorrer el interior del país, fuentes del secretariado afirmaron que será muy difícil que el candidato pueda visitar todos los departamentos, y mucho menos Cosse, dado que sufrió un esguince de rodilla y tiene varios días de tratamiento de fisioterapia. “El candidato no va a poder recorrer todo el país, pero el Frente Amplio sí”, dijo una fuente, que afirmó que Orsi deberá priorizar “aquellos lugares donde hay mayor margen de crecimiento”.
En el secretariado también hubo un informe del politólogo Agustín Canzani, presidente de la Fundación Liber Seregni. En líneas generales, dijeron los participantes, hubo “optimismo” con el panorama. “Analizados los resultados después de la noche, se mostró un panorama mucho más auspicioso y nos fuimos con las expectativas altas”, señaló un participante del encuentro.
Canzani sostuvo que el Frente Amplio precisa unos 70.000 votos para ganar las elecciones. Y esos votos también podían ser solo 40.000 si se tratara de personas que votaron a partidos de la coalición el pasado 27 de octubre. El politólogo planteó varias “peceras” donde la fuerza política podía buscar esos apoyos. Una de ellas son los 33.000 votos en blanco que además colocaron la papeleta del Sí para el plebiscito de reforma de la seguridad social. Otro público son los votantes de los partidos menores que no están dentro de la coalición, entre los que se encuentran Unidad Popular, el PERI (Partido Ecologista Radical Intransigente) e Identidad Soberana, de Gustavo Salle. Además, están las “peceras” de quienes votaron a partidos de la coalición y quienes lo hicieron el blanco o anulado. “En los balotajes el Frente Amplio nunca creció menos de cinco puntos en el electorado y ha llegado a crecer hasta ocho”, declaró Canzani ayer miércoles al diario El Observador.
Las internas detrás del telón
Mientras tanto, la fuerza política atraviesa por algunos ruidos internos que dejaron las pasadas elecciones. La exvicepresidenta Lucía Topolansky criticó fuertemente a los sectores que apoyaron el plebiscito por la seguridad social en declaraciones a la Radio M24. “Complicó la baraja”, dijo la exlegisladora y referente del MPP, quien consideró que “el Frente Amplio no llega porque la discusión del plebiscito se le atraviesa y desvía esfuerzos y energía”.
Los comentarios cayeron muy mal en los sectores que apoyaron la reforma. Un dirigente socialista dijo a Búsqueda que por el momento se van a abstener de contestar los dichos de la exsenadora, pero que se trataron de declaraciones “fuera de lugar”, que no ayudan en momentos que la fuerza política está buscando recuperar el gobierno.
En la fuerza política muchos interpretaron que los dardos están dirigidos en especial al senador Óscar Andrade, cabeza de lista al Senado por el Partido Comunista y quien no estuvo presente el domingo en el Hotel NH, pero sí en la sede del PIT-CNT, junto con los promotores del plebiscito previsional. Esta ausencia cayó mal en parte de la dirigencia e incluso en algunos de su propio sector político. “No es algo abstracto, hubo algo simbólico en eso”, dijo una fuente a Búsqueda.
Mientras tanto, Asamblea Uruguay, uno de los sectores que integra Seregnistas, comenzó a analizar el martes 29 el desempeño de la alianza socialdemócrata. El sector, que aspiraba a obtener al menos dos senadores y pelear varios diputados en la capital, apenas retuvo la banca de su líder, Mario Bergara, y consiguió renovar el escaño capitalino en Diputados de Carlos Varela. “Fue algo muy por debajo de las expectativas, con varios golpes duros”, dijo un dirigente del sector.