William Nordhaus y Paul Romer fueron reconocidos con el Premio Nobel de Economía en su edición 50ª. Cierta cuota de polémica ha rodeado a ambos estadounidenses.
William Nordhaus y Paul Romer fueron reconocidos con el Premio Nobel de Economía en su edición 50ª. Cierta cuota de polémica ha rodeado a ambos estadounidenses.
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáNordhaus, un profesor de la Universidad de Yale de 77 años, fue reconocido por sus trabajos donde incorpora el cambio climático en modelos económicos que lo llevaron a proponer impuestos sobre las emisiones de carbono (CO2). En una breve entrevista difundida en el sitio oficial del Premio Nobel, dijo que entiende esta distinción —anunciada el lunes 8— como un “recordatorio de lo poco” que se está haciendo en el cuidado medioambiental. “Es difícil ser optimista hoy en día” ya que, a su juicio, las políticas implementadas últimamente por la administración de Donald Trump en Estados Unidos “son desastrosas”. Y añadió que “hay una buena base de conciencia en la sociedad, pero los gobiernos se están quedando atrás (…)”.
Romer, de 62 años, ha cuestionado la obsesión de muchos de sus colegas por atarse constantemente a los modelos matemáticos, reivindicando en contraposición el carácter social de las ciencias económicas. Protagonizó una salida controversial de su puesto como economista en jefe del Banco Mundial, en enero pasado, tras haber dicho en The Wall Street Journal que el ranking Doing Bussines fue manipulado en el caso de Chile para perjudicar a las administraciones de Michelle Bachelet. Luego relativizó esa declaración.
En su caso, el Nobel se le otorga por los estudios enfocados en la importancia de la innovación tecnológica en el crecimiento de la economía, principalmente en la década de los 90. El País de Madrid recordó esta semana como otra de sus intervenciones polémicas la idea de que los países menos desarrollados podrían crear ciudades-Estado con regulaciones fijadas por otras naciones o grupos de naciones para orientarlas hacia un mayor conocimiento. En la conferencia que brindó el lunes en la Universidad de Nueva York, donde es profesor, reivindicó la capacidad de China para desarrollar ciudades desde cero para toda esa población que busca urbanizarse.