Movidos al influjo de la tasa de rendimiento de la deuda soberana de Estados Unidos (EE.UU.), los mercados accionarios mundiales se ajustaron en los últimos días. También los precios de los Bonos Globales uruguayos tuvieron una leve baja.
Movidos al influjo de la tasa de rendimiento de la deuda soberana de Estados Unidos (EE.UU.), los mercados accionarios mundiales se ajustaron en los últimos días. También los precios de los Bonos Globales uruguayos tuvieron una leve baja.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáDebido principalmente a la suba del retorno de los Tresuries estadounidenses —a 3,2% para los que son a 10 años—, el “riesgo país” de Uruguay subió el miércoles 10 a 154 puntos básicos (1,54%), según la medición de República AFAP. Es el nivel más alto desde mediados de setiembre.
Por su parte, una cierta estabilidad en el precio del dólar en la plaza local y en la región llevó a que se observara más “apetito” por adquirir bonos en pesos por parte de fondos de inversión internacionales. Según el índice de Búsqueda, esos Globales apenas cambiaron su cotización.
La decisión de Fitch Ratings de mantener la calificación a la deuda pública uruguaya pero advertir acera de la posibilidad de una degradación a futuro (al pasar la perspectiva de “estable” a “negativa”), anunciada el viernes 5, no tuvo mayor efecto sobre el valor de los bonos. “La noticia te hace abrir los ojos y pensar qué puede pasar hacia delante. Pero sin dudas al mercado ni lo tocó” la determinación de la agencia, dijo a Búsqueda un operador.
Las notas de riesgo que asignan estas agencias son una referencia para los inversores al momento de tomar sus decisiones. Tener calificaciones dentro de la escala de grado de inversión no especulativa (investment grade) le ha permitido a Uruguay endeudarse a costos menores que en otros momentos, en monedas diversas (incluso pesos nominales) y con prestamistas cada vez más variados.
El gobierno relativizó la relevancia de la decisión de Fitch. “Lo más importante” es que “Uruguay mantiene el más alto grado de calificación de su deuda de su historia. (…) Modificar la perspectiva es algo muy distinto a modificar la calificación”, dijo a la prensa el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, el sábado 6, en el marco de un encuentro de su grupo político.
La decisión de Fitch “contrasta abiertamente con las de las demás calificadoras de riesgo (…) y contrasta con el propio mercado. El mercado está dando señales de alta calificación de la deuda uruguaya (…) y la cotización de los bonos se mantiene fortísima”, añadió el secretario de Estado.
En su comunicado difundido en Nueva York el viernes 5, Fitch señaló que la calificación de Uruguay está sustentada por una fuerte estructura institucional y social, además de tener una deuda pública con vencimientos prolongados, entre otros factores positivos. Pero, por otro lado, sus finanzas públicas están “débiles”, lo que refleja la rigidez del gasto y un pobre cumplimiento de las metas fiscales, junto con una relativamente elevada porción de pasivos en moneda extranjera y una persistente alta inflación.
Todo eso sucede en un contexto de crecimiento económico que se ha ido moderando, agrega la agencia. Fitch proyecta que el ritmo de expansión del Producto Bruto Interno (PBI) caerá a 2% en 2018 y a 1,5% en 2019, números mucho más modestos que los que estima el gobierno (2,5% y 3,3%). La deuda pública del gobierno crecerá de 57,7% del PBI en 2017 a 62,7% en 2018, y se incrementará todavía más en los años siguientes por encima de la media de los otros países calificados como “BBB—” (39%). “Los esfuerzos proactivos de gestión de la deuda mitigan significativamente los riesgos financieros”, apunta la calificadora.
En algunos de los principales mercados accionarios mundiales se dieron movimientos de precios mayores a los habituales. En eso influyó, entre otras cosas, el aumento del rendimiento de los Tresuries. El miércoles 10 hubo caídas en los índices de varias bolsas europeas, mientras que en Nueva York fue cercana a 4% tanto en el mercado tradicional como en el de las empresas tecnológicas. Algunos medios de comunicación volvieron a utilizar el “negro” para adjetivar la operativa del día.
Sufrieron en particular las acciones de algunas compañías cuyos negocios dependen del comercio entre EE.UU. y China, que están en un diferendo con suba de aranceles. La agencia Bloomberg informó que, por ejemplo, Boeing, Carterpillar y otras empresas ya advierten en sus balances que los mayores impuestos de importación elevarán sus costos y, por ende, se verán reducidas las ganancias. Las acciones de firmas como Esteé Lauder y Tiffany también se desvalorizaron, ya que algunos de sus proveedores anunciaron que enfrentarán condiciones comerciales más duras.
Además, el Fondo Monetario Internacional advirtió sobre el efecto de la guerra comercial en el crecimiento económico mundial: bajó a 3,7% el pronóstico para este año y el que viene. En su reunión anual que se celebra en Indonesia, el organismo estimó también que el país más perjudicado será EE.UU., que aun así registraría una expansión de 2,9% en de 2018 y 2,5% en 2019.
En la región, la Bolsa de San Pablo se movió más de lo usual como reacción ante la alta votación (46%) del ultraderechista Jair Bolsonaro en las elecciones del domingo 7, que lo perfila como favorito para la segunda vuelta del próximo 28. El índice accionario Bovespa trepó hasta el miércoles 10, cuando bajó luego de que ese militar retirado afirmara no apoyar la actual reforma de la seguridad social ni la privatización de la electricidad. Así, comienzan a surgir dudas sobre el plan económico que podrá llevar adelante el economista Paulo Guedes, quien es identificado como favorable a los mercados pero que encontraría resistencia entre otros asesores de Bolsonaro.
Arrastrada por lo que ocurría en otros mercados accionarios, también la bolsa porteña cayó fuerte el miércoles 10, profundizando la tendencia de la jornada previa.