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Fueron dos conciertos antagónicos, en las antípodas estéticas y conceptuales. Las carreras de Rod Stewart y Silvio Rodríguez son agua y aceite. Ambos músicos tienen en común que nacieron en una isla hace más o menos 80 años, que se han ganado la vida cantando, que el último fin de semana coincidieron en Montevideo y que ahora lo hacen en esta nota. El viernes 17 el inglés pero de sangre y alma escocesas presentó su conciertoOne Last Time en el Estadio Centenario, ante unas 17.000 personas reunidas frente a la Olímpica (la cifra oficial de AM Producciones es 20.000). Esa misma noche y el sábado 18 el cubano Silvio Rodríguez, uno de los padres de la Nueva Trova, congregó a unos 18.000 espectadores en el Antel Arena.
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Rod Stewart demostró llevar muy bien sus 80 años. En dos horas redondas de show revalidó sus notables condiciones de estrella de rock, gracias a su carisma e histrionismo para interpretar una veintena de canciones, compuesta por temas propios y versiones. La puesta en escena remite con fuerza al siglo XX. Trajes con telas brillantes, lentejuelas y animal print, abundantes cambios de vestuario, estrellas por todos lados, tres blondas cantantes vestidas de gala. El gran escenario, despojado de equipos, permite a este gran frontman recorrerlo a sus anchas. Toda de blanco y con una señorial escalinata, la escena es muy teatral, como un show de casino. Este es el lenguaje conceptual que Stewart abrazó hace décadas y le queda pintado.
Rod Stewart, el viernes 17 en el Estadio Centenario.
Marcos Harispe - AM Producciones
Gran parte del éxito global de Stewart se sostiene en su capacidad de transformar temas ajenos no muy populares en auténticos hits pop. No se trata de meros covers, sino de versiones en las que imprime su sello interpretativo, basado en su icónica voz ronquecina y en una base instrumental clásica de pop-rock, con incursiones soul, blues, disco y de, por supuesto, la balada. Allí estuvieron Downtown Train (Tom Waits), The First Cut is the Deepest (Cat Stevens), I Don’t Wanna Talk About It (Crazy Horse), Have I Told You Lately (Van Morrison), Sailing (The Sutherland Brothers Band) y Some Guys Have All The Luck (The Persuaders).
También tocó grandes éxitos propios como Tonight I’m Yours, Tonight’s the Night, Forever Young, Baby Jane, Young Turks, la emblemática Maggie May (en los cimientos de su carrera solista), la futbolera You’re In My Heart (dedicada al Celtic, el cuadro de sus amores) y Da Ya Think I’m Sexy?, su éxito más polémico, por el plagio a Jorge Ben Jor.
Rod Stewart2 - Marcos Harispe
Rod Stewart, el viernes 17 en el Estadio Centenario.
Marcos Harispe - AM Producciones
El sonido fue inmejorable. Se escuchó todo con una claridad meridiana. El cantante conserva el caudal y el ataque vocal. No así su registro. Lo único que se le puede achacar al show (aunque no llegó a opacarlo) es que Rod bajó entre dos y tres tonos todos los temas. Pero, con carpeta y oficio, logró emocionar a la tribuna, que aplaudió, gritó, bailó y disfrutó toda la noche.
Señor canción
Como era de esperar, Silvio Rodríguez dio un concierto mucho más íntimo, concentrado en la música. Ni siquiera pantallas hubo. Con una banda de verdaderos maestros, también tocó poco más de 20 canciones en dos horas. El legendario trovador se ubicó en el centro con su guitarra y su gorra de visera y apenas comenzó a cantar Ala de colibrí todos supieron que sería una gran noche. Quedó claro que el trovador conserva en muy buena forma su voz y su registro.
En pocos días cumplirá 79 años y lógicamente su timbre vocal ya no tiene aquel brillo y aquella vivacidad que lo llevaron —junto a su lírica virtuosa— a ser uno de los mayores abanderados de la canción en español de todos los tiempos. Pero su poder para emocionar está inmaculado.
Silvio Rodriguez 1 - Mauricio Rodriguez
Silvio Rodríguez, el sábado 18 en el Antel Arena.
Mauricio Rodríguez
Silvio es un cantautor eminentemente político, y sus canciones de protesta y de exaltación a la revolución cubana estuvieron presentes, como siempre. Virgen de Occidente, Pequeña serenata diurna, Tonada del albedrío, dedicada al Che, arrancaron aplausos en cada verso. Uno de los más fuertes fue para Más porvenir, compuesta para José Mujica. Allí pronunció una de sus escasas alocuciones en la noche, saludando “a Mario (Benedetti), Eduardo (Galeano), Alfredo (Zitarrosa) y Daniel (Viglietti)". Más aplausos.
Silvio Rodriguez 4 - Mauricio Rodriguez
Silvio Rodríguez, la flautista Niurka González, el contrabajista Jorge Reyes, el pianista Jorge Aragón y el dúo Trovarroco el viernes 17 en el Antel Arena.
Mauricio Rodríguez
Pero la mayor ovación de la noche fue cuando cantó La era está pariendo un corazón, dedicada a Palestina, con la lectura previa del poema Halt! – ¡Deténgase!, del poeta cubano Luis Rogelio Nogueras.
La virtuosa flautista y clarinetista Niurka González, esposa de Silvio, fue una de las grandes protagonistas, ya que buena parte de los arreglos la tienen como protagonista, con cumbre en la hermosa Ángel para un final. Su hija Malva también lo acompañó en los coros en buena parte del concierto.
Silvio Rodriguez 3 - Mauricio Rodriguez
Silvio Rodríguez convocó a unas 18.000 personas en dos noches en el Antel Arena.
Mauricio Rodríguez
El repertorio de Silvio está repleto de canciones superlativas, que arrancan auténticas explosiones de júbilo. Así fue con las enormes Quien fuera, Sueño con serpientes, Escaramujo, Canción del elegido, Yolanda (de Pablo Milanés), Te amaré y los bises Ojalá, Rabo de nube y El necio. Es verdad, faltaron La maza, Unicornio, Playa Girón, Te doy una canción y Óleo de una mujer con sombrero. Es que este cancionero es de dimensiones mitológicas, y es inabarcable en una sola noche. Ahora, cualquier concierto que tenga la mitad de las joyas de la canción que sonaron en el Antel Arena siempre será memorable.