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Las secuelas de películas que intentan capitalizar el éxito de sus antecesoras con el regreso de sus estrellas originales y con una repetición, lo más disimulada posible, de la trama original se han vuelto un síntoma más de ese mal que aqueja a Hollywood desde hace décadas: la falta de ideas originales.
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Si se hacen bien, estas “secuelas de legado” pueden dar a la película algunos de sus momentos más emocionales. El actor y estrella Tom Cruise lo sabe y, por eso, en la exitosa Top Gun: Maverick, decidió rendirle un sentido reconocimiento en vida a su colega y compañero de elenco Val Kilmer.
Para cuando Kilmer —quien murió el martes 1º a los 65 años a causa de una neumonía— filmaba Top Gun: Maverick, su voz ya no funcionaba. En 2015 le diagnosticaron cáncer de garganta, lo que lo llevó a someterse a múltiples cirugías y tratamientos que afectaron su habla. Durante el rodaje de Maverick, ya recurría principalmente a una prótesis vocal o a la escritura. Su personaje, Iceman, un alto oficial de la Marina afectado por una enfermedad, se comunica principalmente mediante mensajes en una computadora y pronuncia algunas palabras con esfuerzo. En el intercambio con Maverick (Cruise), breve pero nostálgico, le habla de su amistad, del pasado y de la necesidad de que siga adelante.
La actuación de Kilmer en esa escena, llena de quietud y expresividad facial, fue uno de los últimos testimonios del talento de un actor que destacó por su estilo intenso y versátil, capaz de oscilar entre lo juguetón y lo vulnerable, lo excéntrico y lo honesto.
Embed - Top Gun: Maverick (2022) - Maverick & Iceman Scene | Movieclips
Nacido en California en 1958, inició su carrera en el teatro y fue el alumno más joven admitido en la prestigiosa Juilliard, antes de saltar al cine con comedias como ¡Super secreto! (1984). Su primer gran éxito llegó con Top Gun (1986), seguido por su aclamada encarnación de Jim Morrison en The Doors (1991). Consolidó su fama con papeles en Tombstone (1993), Fuego contra fuego (1995) y Batman eternamente (1995). Los noventa fueron, en parte, suyos.
Entre los primeros en despedirse de Kilmer estuvieron reconocidos directores que trabajaron con él. Michael Mann lo recordó como un actor de “brillante variabilidad", y destacó su lucha contra la enfermedad sin perder el espíritu. Francis Ford Coppola lo describió como “una alegría” tanto en el trabajo como en la vida. Ron Howard, por su parte, resaltó su asombroso rango actoral y su faceta como artista multidisciplinario, incluyendo su poesía y pintura. Parte de su búsqueda constante en el arte quedó plasmada en Val (2021), documental en el que Kilmer inspecciona su vida y su obra con una franqueza conmovedora.
Las palabras del propio Kilmer resurgieron en estos días, mostrando el respeto que sentía por quienes lo inspiraron. Al recordar su experiencia filmando Fuego contra fuego, se mostró conmovido al poder llamar a De Niro y Pacino por sus nombres de pila; recordó los ensayos nocturnos entre risas contenidas mientras disparaban armas, y hasta un abrazo fraternal que Pacino le dio en pleno centro de Los Ángeles. Atesoró cada instante de trabajar junto con esos grandes del cine que, según decía, lo ayudaron a crecer como intérprete.
Como actor, Val Kilmer vivió el cine con genuina admiración por el oficio y por quienes lo compartieron con él hasta el final. E incluso cuando la voz le falló, su arte siguió hablando por él.