“ Los árboles no dejan ver el bosque”, dice un refrán inglés. En la ciencia hay quienes se dedican a investigar los árboles, sus ramificaciones, sus hojas. Otros, en cambio, buscan con la ciencia una visión más global: eligen ver el bosque. A esta última corriente se afilia el físico teórico Geoffrey West.
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“Mirar el bosque es ver que todo está interconectado, unificado por los detalles y la diversidad”, dijo el experto a Búsqueda. “Pasé la mayor parte de mi vida mirando detalles, me simpatizan, pero si no miramos el todo nos vamos a perder de algo importante”, afirmó.
West nació en Inglaterra, estudió en las universidades de Cambridge y de Stanford, y hoy vive en Estados Unidos. Es profesor distinguido del Santa Fe Institute y ha publicado sus trabajos en revistas de gran prestigio, como Nature y Science. El físico viajó a Uruguay invitado por la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) para dar una charla en la celebración de sus 10 años.
— La mayor parte de mi carrera me la pasé haciendo física de alta energía, estudiando la teoría de cuerdas, la materia oscura y todas esas cosas maravillosas. Mi interés viró luego hacia la biología. Me empezó a interesar la esperanza de vida. Me intrigó saber por qué envejecemos y por qué vamos a morir. Todo el mundo va a morir, pero ¿por qué se habla de 100 años para la escala de la vida del ser humano? ¿Por qué no pueden ser 500 o 1.000? Pensé que si entendiéramos el envejecimiento y la mortalidad deberíamos tener una teoría que prediga estos 100 años y calcularlos. ¿Por qué los ratones viven de dos a tres años si somos prácticamente idénticos a ellos? Estoy interesado en los parámetros fundamentales a nivel molecular y celular que controlan cuán largo vivimos.
— ¿Los 100 años de vida para el ser humano son un límite?¿Cuánto se puede prolongar?
— Lo más largo que una persona ha vivido es 122 años. Sospecho que podemos hacer algo para extender la vida más. Hemos hecho cosas como mejoras en la salud y la expectativa de vida ha progresado, pero la pregunta es: ¿hay un límite? Parece haberlo sí, es 120 años. ¿Puedes intervenir para extenderlo? Probablemente sí, pero podrías pagar un costo muy caro. Extender tu vida dedicando más energía en los mecanismos de reparación del cuerpo, pero ¿cómo sería tu calidad de vida? ¿Estarías postrado en un sillón? El tema también es la calidad de vida versus la longevidad. La mayoría no queremos vivir solo por vivir, queremos ¡vivir! Disfrutar, ser saludables.
— ¿Por qué 120 años?
— Es un poco complicado, pero… tienes que preguntarte qué te está manteniendo vivo antes de preguntarte por la muerte. Lo que nos mantiene es comer. Parte de la energía va para reparar el cuerpo y otro para mantener el sistema funcionando, para el metabolismo. Ocurre deterioro intracelular, las células se dañan, los capilares, el ADN, y estos tienen que repararse continuamente, nuestro cuerpo lo hace. A medida que envejecemos el costo de reparar incrementa enormemente. Un porcentaje de daño irreparable eventualmente ocurre. Puedes calcular cuánto daño ha sido causado por el metabolismo, cuánto va para reparar y cuánto para que el sistema permanezca viable. Ese número está por encima de los 100 años. Mira las leyes de escala. Grafica el metabolismo y la cantidad de energía, o sea de comida que necesitas para estar vivo.
—¿El tamaño del animal y la energía necesaria para permanecer vivos tienen la misma relación en un ratón, un elefante o un humano?
— Exacto. La relación atraviesa todo organismo, incluso esas plantas allí (West señala unas plantas en macetas que decoran el lobby del hotel). Que haya una ley es extraordinario. Cada tipo de célula, de genoma, de órgano ha evolucionado por selección natural. No esperaría que se aplique una simple regla para todos porque tienen historias distintas. Sin embargo, grafícalo y todos los puntos están hermosamente alineados. Cuando lo vi, dije: esto es fantástico. Contradice la visión naive de selección natural que dice que todo es aleatorio; ves que es extraordinariamente regular.
— ¿Qué les responde a quienes dicen que hay algunos seres vivos que no se alinean con esta relación?
— Son muy pocos. Estúdienlos, algo pasa. La gente me pregunta por qué los perros grandes viven menos. Las razas fueron manipuladas, no surgieron por selección natural. El perro original sí y cumple con todos los parámetros. Tienes que prestar atención cuando hay tal extraordinaria regularidad de 20 órdenes de magnitud de diferencia. ¡Dios mío, cuánta regularidad! Si no le prestas atención y eliges ignorarlo no estás haciendo ciencia, es tan simple como eso.
— ¿Qué o quién organiza todo esto?¿Cree en Dios?
— Una explicación es que hay un ingeniero en el cielo diseñando todo y sigue un plan. Yo no creo eso. Ocurrió por selección natural, hay una extraordinaria regularidad y simplicidad en la base de una extraordinaria diversidad y complejidad de vida. Es reflejo de las reglas de la física y la química. Es en este trabajo que me involucré, en la física detrás de esta selección natural, de las reglas que la rigen.
— ¿Cómo puede usar esta información?
— Estamos hechos de 100 trillones de células. Cada una es alimentada de manera regular y democrática mediante redes. Eso somos: un puñado de redes trabajando juntas, todo organismo vivo lo es, un árbol, un insecto, un pez o mamífero. Todos enfrentamos el mismo problema y lo resolvemos de la misma manera. La física y la matemática están detrás. Según las leyes de escala, si duplicas el tamaño de un organismo necesitarás el doble de comida, pero ese organismo no requerirá el doble de energía sino 3/4 más. A grandes rasgos es un ahorro del 25%. La cantidad de energía que necesita un humano para soportarse es menor que la de un perro o un gato. Un caballo o un elefante necesitan menos aún, son más eficientes. Si les pones física y matemática a las leyes de escala comprendes la estructura de los sistemas biológicos.
— ¿Esa es su teoría?
— Mi teoría, sí, para entender cuantitativamente cómo la historia de la vida y la fisiología de todos los organismos obedecen estas reglas dirigidas por la física y la matemática.
—¿Podría usar esta información como puntapié para investigar cómo vivir más?
— Es como tener un marco de trabajo. Necesitas una teoría física matemática que puedas seguir. Podrías estudiar bajar el ritmo metabólico o disminuir la temperatura corporal para vivir más. Necesitamos las leyes de Newton y Maxwell para ubicar los satélites. Para entender los temas de envejecimiento y mortalidad también necesitamos un marco para empezar luego a investigar los detalles de aplicación, por ejemplo en tumores, cáncer.
— ¿Cuál es su estrategia para combatir el cáncer?
— Los tumores son parte de ti. Suelen surgir de ADN dañado que se replica cuando los mecanismos de reparación fallan. No crecen más rápido que otras células, al menos no más rápido que tú cuando eras pequeño y luego se enlentecen como tú. La teoría aporta información sobre la energía que se le provee al tumor y los parámetros que gobiernan el crecimiento. Podrías intervenir de manera correcta en el lugar correcto y cambiar la ecuación de crecimiento del tumor.
— ¿Este enfoque está siendo investigado?
— Tengo colegas en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) con quienes estamos trabajando. Si será exitoso, no lo sé. Casi todas las intervenciones se concentran en matar el tumor. De esta otra forma podrías vivir tu vida con el tumor pero detenido al mínimo. Es como el crimen: no lo puedes erradicar de la sociedad, sí mantenerlo muy bajo. Es una estrategia completamente diferente. Es concebible vivir con él.
— Estudia el sueño. ¿Cómo lo vincula con envejecer?
— Dormir es muy interesante. Estoy por publicar un trabajo con otros investigadores. ¿Por qué nosotros tenemos que dormir 8 horas de noche y no 17, como los ratones o 4, como los elefantes? Como dije, envejecer es un efecto del metabolismo que continuamente repara el daño. Mientras estamos sentados aquí tus órganos se están reparando, pero para hacer una reparación profunda necesitas dormir. Cuanto más grande eres, menos energía metabólica necesitas por célula, entonces hay menos daño y menos horas necesitas dormir. Por eso el elefante duerme menos que el humano y la ballena solo lo hace dos horas.
Ahora estudiamos a los bebés, que duermen mucho porque su ritmo metabólico es más alto que el del adulto. Pudimos ver lo que se sabía cualitativamente. Estudiamos mediante el uso de la resonancia magnética funcional la red neuronal y el rol del metabolismo y observamos el cambio dramático del cerebro durante los primeros dos años de vida, la reorganización del cerebro. Seguramente has oído que los primeros años de vida tienes que estimular a los bebés. Son años críticamente importantes para los mecanismos de percepción en el cerebro. A los tres años deja de crecer a tan rápido ritmo el cerebro y baja luego otra vez a los cinco. La información podría ser útil para analizar cuándo hay problemas en el cerebro.