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Los dirigentes del Sindicato Médico del Uruguay (SMU) venían acumulando desencuentros con el Directorio de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE). Primero hubo una relación conflictiva, con chisporroteos constantes en redes sociales, entre el expresidente del SMU, Julio Trostchansky, y la expresidenta de ASSE, Susana Muñiz. Luego, cuando Gustavo Grecco asumió la conducción del gremio médico se amagó con un buen vínculo que no se tradujo en avances concretos. “Las respuestas a nuestros reclamos fueron prácticamente nulas”, resumió Grecco en diálogo con Búsqueda. Ahora, con la designación de un nuevo Directorio, lo que hay es una “buena expectativa” de que las cosas cambien. En especial porque, sostuvo Grecco, las nuevas cabezas —el presidente Marcos Carámbula, el próximo gerente general Alarico Rodríguez— están “más empapadas” en los reclamos de los médicos.
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El martes 13 hubo una primera reunión. “Veníamos un poco golpeados. Hace dos años firmamos un convenio con varios puntos que han sido sistemáticamente incumplidos: no hubo presupuestación de cargos médicos, no presentaron un proyecto de desarrollo, no avanzaron en la reforma de trabajo, no apostaron a la equiparación salarial entre públicos y privados”, señaló el dirigente del SMU, Federico Preve. “La expectativa está puesta en renovar esos compromisos. Creemos que no va a haber una divergencia más allá de las dificultades burocráticas que tengan. Las diferencias no van a ser tan políticas”, agregó Preve.
Los dirigentes del sindicato dieron algunos ejemplos de los reclamos incumplidos por ASSE. Un acuerdo firmado en mayo de 2016 preveía presupuestar a 600 médicos, pero solo alcanzó a 200. El plan de reforma del trabajo médico, que debería tener a esta altura cerca de 300 cargos de alta dedicación, efectivizó solamente 37. “Hay llamados en curso, pero estamos a años luz en este tema”, puntualizó Grecco. La presupuestación de los cargos médicos fue uno de los temas centrales en la reunión con los nuevos directores de ASSE. El reclamo viene de la mano con el planteo de cerrar las comisiones de apoyo, que son los vehículos legales para contratar médicos sin presupuestarlos como funcionarios públicos. “Ahora queremos buscar aquellos mecanismos que permitan que el acceso al trabajo pueda hacerse de la misma manera que en el sector privado, con los aportes al BPS (Banco de Previsión Social) y todos los derechos. El Estado uruguayo es el principal generador de empleo precario. Lo hace porque no tiene más remedio y porque de otra manera es difícil, por no decir imposible, dada la burocracia que existe en el Estado, pero hay que buscar herramientas para eliminarlo”, señaló el presidente del SMU.
Dijo además que para esto “nunca” se encontró eco en el sistema político. “Ni siquiera para ponerle un horizonte temporal de cierre, que es lo que pedimos”. Otro de los asuntos pendientes es la discusión que se vendrá por la Rendición de Cuentas. Uno de los reclamos principales, una vieja reivindicación, es la equiparación salarial entre público y privado. Según Grecco, hay una “brecha salarial muy importante”, que llega a ser de más de 140%. “En la policlínica de especialidades se paga un 140% más en el sector privado, y un 80% más en el área de emergencias”.
Reformar o ser deglutido.
Más allá de los planteos sindicales, los médicos fueron a la reunión en ASSE con la idea de encaminar una reforma estructural interna de la administración. “Hay que cambiar los formatos de ejecución de sus presupuestos, pasar de un servicio descentralizado a un ente autónomo, darles poder a las regiones, descongestionar el poder y dar más libertad, que funcionen como diferentes mutualistas, con un mismo plan estratégico. Si no, la burocracia se va a comer cualquier Directorio”, destacó Preve.
Grecco coincidió: “Es imposible gestionar ASSE tal como está. Precisa tener otra estructura para poder funcionar mejor. Si no, ponés al mejor gestor, con las mejores ideas, y te lo come la rigidez del sistema”. En sus primeras salidas públicas al asumir el cargo, Carámbula expresó que ASSE necesita “un nuevo marco que le dé transparencia, celeridad y evaluación de resultados”, según consignó el Portal Ecos.
Calidad.
Los médicos también intentarán poner en la agenda sanitaria una herramienta para poder medir la calidad de los servicios. “La salud es un proceso que va desde la prevención hasta la rehabilitación, y todo eso está sujeto a ser medido. Desde el acto administrativo hasta la tecnología, los tiempos de espera, la calidad académica del profesional que te asiste, el resultado, las complicaciones, la eficiencia del sistema. Todo eso es medible”, explicó Grecco y subrayó que Uruguay “no tiene un plan nacional de calidad que guíe al sistema”. Dijo que el Ministerio de Salud Pública (MSP) monitorea la gestión de hospitales y mutualistas pero esa información “no está disponible para ser procesada y analizada”.
“Acá damos por sentado que todo es lo mismo en términos de calidad. No tenemos la cultura de razonar sobre esto. Hay que generar la cultura de medir la calidad. ¿Es lo mismo operarse acá en la esquina que en una clínica del interior o en hospital público? ¿Cómo lo sé?”, se preguntó Grecco.
