“Microcortes” en el suministro eléctrico asoman como un “problema” para algunos sectores, como la electrónica

REDACCIÓN  
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Las redes de UTE recorren Uruguay casi por completo. Esa cobertura no es total porque todavía resta un 0,2% —cerca de 2.500 hogares— que no acceden a la electricidad de forma convencional y deben ingeniárselas con otras fuentes de energía. Con esa alta penetración del servicio ya lograda, el ente pone el foco en mejoras en la calidad del suministro, un aspecto que preocupa a algunos sectores empresariales.

“Que no se corte la luz” es uno de los objetivos que se propone UTE para el período. A eso se comprometió su gerente de Distribución, Luis Cataldo, en una conferencia para productores rurales realizada el viernes 17 en la Expo Prado. “La cantidad de cortes es un aspecto bien relevante. Claro, no es lo mismo que (la luz) se corte siete veces, y que sean siete veces dos minutos, a siete veces 10 horas”, comentó.

La duración de las interrupciones en el servicio es un aspecto que está recogido en los compromisos de gestión del ente. Ese tiempo es clave en “muchos aspectos productivos”, agregó el jerarca, y puso como ejemplo a la refrigeración, que solo aguanta “un tiempo’’. “El frío o el calor que podés haber acumulado pasa a ser un problema”, explicó.

En su exposición, Cataldo comentó sobre un tema que “está apareciendo” y es “un problema” que no está regulado: los microcortes de energía. Son aquellos que no duran más de tres minutos, pero generan “una distorsión importante en muchas actividades productivas que requieren continuidad”, como las relacionadas a la electrónica. Cuando suceden, agregó, estos sectores deben “reiniciar un proceso”, lo que les demanda “un tiempo importante de impacto en la actividad que están produciendo”.

Las interrupciones que considera la unidad reguladora del servicio (Ursea) son aquellas de una duración mayor a tres minutos y la extensión del corte se contabiliza desde el primer aviso a la empresa.

El director de UTE en representación de Cabildo Abierto, Enrique Pées Boz, dijo a Búsqueda que estos microcortes son “huecos de tensión” e impactan principalmente en regiones del centro-sur del país, en lugares donde se han instalado zonas francas y “empresas de alta tecnificación”. Explicó: “A los huecos de tensión no los ves. No parpadea la lamparita, pero se produce una oscilación que a una computadora le hace daño”.

El director pudo constatar estos “problemas” en una recorrida junto con la gerencia regional de la zona y los diferenció de otros reclamos ya tradicionales, como el de los “cortes habituales”, en los que las causas en general son “entendibles”.

En el sector no residencial, las interrupciones de energía mayores a tres minutos eran el acontecimiento más frecuente, seguido de los cortes menores de tres minutos. Así lo recabó la encuesta de satisfacción de servicio realizada por la Ursea en 2014, cuando publicó su último informe sobre este asunto. Según ese sondeo, “en general” los usuarios se encuentran “satisfechos con las diferentes áreas de calidad” de UTE; todas, con la excepción de las tarifas, tuvieron una buena evaluación.

En la Expo Prado Cataldo dijo que los “compromisos” que tiene UTE son “varios”. Otra de las metas es cumplir con los requisitos regulatorios de Ursea, un objetivo que el ente satisface. Como UTE está “mejor” que lo que establece el regulador, se propone “no empeorar la calidad”.

El gerente destacó que UTE “multiplicó” las formas de contactarse con los clientes y que se facilitaron los mecanismos para hacerlo. Esto le permite tener “información sobre qué está pasando” y las “expectativas” en torno a las fallas que se producen.

En comparación con la región, Uruguay tiene buenos resultados. El informe Calidad y confiabilidad de los servicios eléctricos en América Latina publicado el año pasado por el Banco Interamericano de Desarrollo lo destaca como el país donde las empresas sufren menor número de interrupciones y, por ende, un menor valor de pérdidas asociadas a los cortes.

Kits para “edad avanzada”

Con la meta de alcanzar una electrificación plena, UTE tiene previsto llegar a los hogares que aún no tienen luz de dos maneras: con la extensión del cableado tradicional y con la entrega de un “kit fotovoltáico”, que incluye tres paneles solares, luces led, un televisor, un cargador de celular, una tablet o laptop del Plan Ceibal y conexión wifi.

José Caram, asesor de la Presidencia de UTE, comentó en la misma charla en la Expo Prado una situación que le “llamó la atención”: la “edad avanzada de la gente que está solicitando los kits”. (*) Y contó que, hablando con ellos, les decían: “Nosotros, sin este tipo de equipamiento, no retenemos a los jóvenes en el campo”. “Si no contamos con determinado equipamiento, ni siquiera podemos convencer a nuestros hijos de que vengan los fines de semana a visitarnos porque este tema es una condición vital”, relató, aunque aclaró que no se da en todos los casos.

Y agregó: “Cuando pensamos en la rentabilidad, tenemos que tener clara cuál es la realidad que está detrás de todo esto, que son esas 2.500 familias”.

Caram dijo que UTE va a “seguir trabajando en el abaratamiento del costo” de la extensión de las líneas tradicionales de energía para llegar a personas que “hace decenas de años” la solicitan.

El consumo promedio de una familia uruguaya es cerca de 230 kWh y estos kits aseguran 130 kWh, pero estarán ubicados en hogares en los que el calentamiento del agua y la calefacción ya existen y no requieren consumo de energía, explicó.

(*) La versión original fue corregida mencionando a José Caram en lugar de José Alem, un gerente de UTE que fue aludido por error.

Economía
2021-09-29T18:49:00