Entrevista con Ricardo Gil Iribarne (continuación de la nota principal)
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáRicardo Gil Iribarne intenta concentrarse en los hechos y deja de lado, dentro de lo posible, los sentimientos. Es junio de 2015 y declara como testigo en la Justicia por el Plan Cóndor que se desarrolla en Roma, Italia.
Gil dice que siempre estuvo para “apoyar denuncias” con declaraciones en juzgados, pero que prefirió no dedicar su vida “a militar por el juicio a los milicos” que cometieron delitos durante la dictadura. Sus testimonios quedaron registrados en Roma, en actas parlamentarias, en diversas causas investigadas en Uruguay y también en los juicios contra el dictador argentino Jorge Videla.
Siempre como testigo, no como querellante. Tomó esa decisión pese a que fue víctima de torturas en 1972 y también en 1976. “Si le dedico mi vida a eso, los milicos me ganaron. Tengo mucho para vivir y no tengo por qué vivir pendiente de eso”, dice.
Gil aclara que “mirar para adelante” no implica decir que “lo que pasó, pasó” o que eran “dos bandos enfrentados”. Pese a que sabía que podía pasarle, igual no puede aceptarlo “como parte de las reglas de juego de una sociedad”. Durante mucho tiempo, añade, la sociedad uruguaya dudaba de que los militares uruguayos hubiesen torturado y, en todo caso, siempre era considerado más leve que lo que había sucedido en Argentina.
“Nosotros mismos pensábamos que se les habían muerto porque se les había ido la mano en la tortura. Hoy sabemos que a tipos como Castro los mataron de un tiro en la cabeza. Y compañeros míos que vinieron en el segundo vuelo, los mataron acá. Acá se mató gente, se robó y se violó. Cuando digo mirar para adelante no quiere decir comerme todo eso; no, eso es gravísimo y hay que lograr que la sociedad lo procese, para que los que siguen pensando que eso estuvo bien, porque los hay, no tengan más espacio”, explica.
Pero, por otro lado, “si te quedás pensando solo en eso de qué le pasó a qué general o a tal milico, los tipos tienen el éxito tardío de anularte, de pensar en ellos”, concluye.