—Es una cara nueva en la dirigencia empresarial. ¿Qué lo motivó a asumir al frente de la UEU?
—No quiero verla de afuera. Muchos me dijeron: “Vos sos joven, tenés mucho que dar en la empresa”. Y voy a seguir dando en la empresa, pero ¿para liderar una institución como la UEU tenés que ser un viejo? No. Al estar hace tres años en el consejo directivo uno se va metiendo, veo un momento de reconocimiento institucional en reuniones con exportadores, con autoridades. La idea es seguir así. También tengo algunas ideas para ir incorporando, como la unidad de exportación de servicios.
Vengo de un sector de pyme, con un emprendimiento en el interior del país, en un rubro no tradicional y relativamente nuevo. Es como decir: “Miren, la UEU es las grandes empresas, los servicios, las pymes, tradicionales, no tradicionales”.
Los exportadores tenemos una mentalidad aperturista natural; nuestro cliente es el mundo y tenemos una responsabilidad hacia el país, porque como estamos viajando constantemente estamos viendo muchas cosas que están pasando quizás antes de que lleguen al país. Cuando vienen clientes uno vende su producto un rato, y después está todo el día vendiendo el resto de los productos de Uruguay. Somos embajadores.
—Las exportaciones crecieron 35% hasta agosto en relación con 2021. ¿Eso se va a planchar?
—Uno ve las exportaciones récord, (y es) fantástico para muchos sectores; para otros no tanto. Pero también vemos por adelantado luces amarillas. Para la gente, los exportadores están volando, esa es la foto, pero en la película el exportador ve un mundo que lucha con la inflación, a Estados Unidos discutiendo si recesión sí o no, eso afecta las decisiones a futuro, la fortaleza del dólar, la disminución de los precios de los commodities. Europa está pasando por un problema de inflación, energético, de costos, y China lo mismo, con problemas todavía por el Covid. Estamos en un mundo de incertidumbre.
Los números macro están creciendo muy fuerte y es innegable que va a ser récord histórico este año. Ahora, la exportación del país la componen 1.800 empresas; a algunos rubros les está yendo muy bien, muchos sectores del país se han visto beneficiados por los precios de los commodities, pero otros no, y seguimos en la pelea de la competitividad del país. Por eso el tema de la diversificación es vital, recontraimportante, dentro de la región pero sobre todo fuera de la región. Una de las formas que tenemos para defendernos de esas incertidumbres es teniendo más mercados, más productos con diferenciación. Precisamos que se avance en los acuerdos que otros tienen y en los que Uruguay viene rezagado.
—¿Falta concretar la agenda de apertura comercial?
—De un par de meses para acá ha habido más avances. Yendo a los tratados, con la Unión Europea creo que las condiciones han cambiado a partir de las elecciones de Francia, y viene el mojón de las de Brasil. Europa está mirando de otra forma este tratado y vemos una luz que brilla más que hace un año.
Está en proceso el tratado con China, que son cosas que demoran. Pero hay un camino y estoy recontraconvencido de que Uruguay tiene un equipo técnico de primera calidad. Cuando decimos: “Queremos tratados con todo el mundo”, obviamente (queremos) tratados bien negociados, y estoy convencido de que así será.
—Hay industrias exportadoras que advierten riesgos y las pymes quizás no estén preparadas para aprovechar un TLC con China. ¿Cree que, en general, será beneficioso?
—El acuerdo con China da altamente positivo en los estudios de factibilidad. Habrá sectores más y menos beneficiados, pero eso es la vida misma. Tenemos que ver cómo los ayudamos.
Para las pymes exportadoras es mucho más difícil sin tratado que con tratado, así que va a ser beneficioso para la mayoría de los exportadores.
Después está el Acuerdo Transpacífico, que es un proceso diferente, quizás más complejo; sería un golazo. Hay puntos que Uruguay puede negociar si considera que son de interés nacional; lo importante es pedir la adhesión cuanto antes. Sabemos los tiempos que llevan estas cosas y que no solo depende de Uruguay, sino de la contraparte. Ahora, si no somos competitivos, no hay TLC que solucione nuestros problemas. Tenemos una cantidad de problemas de competitividad para resolver en paralelo.
En la UEU tenemos grupos de trabajo que vienen de la anterior comisión directiva, y estamos vigilantes. Hay muchísimas cosas que mejorar.
—Los problemas de competitividad son un tema recurrente por la inflación que no cede o por el aumento de tarifas. Recientemente la UEU ha hecho hincapié en el tipo de cambio bajo. ¿Cómo evalúa la política de no intervención del Banco Central?
—No invento nada si digo que estamos al final de la lista por tipo de cambio real. El dólar subió (al inicio de esta semana), pero mucho menos que en el resto de los países competidores. Acá en Uruguay ni se movió y es algo que tenemos que mejorar.
El hecho de no intervenir no es algo que sea bueno per se. No es que pida la intervención, pero dejarlo caer no es neutro. Lo que hacemos es transmitir lo que nos pasa, porque hay empresarios que no hicieron inversiones o no pudieron llevar adelante proyectos por un tema de competitividad por el tipo de cambio. Un país competitivo puede todavía crecer mucho más en la exportación.
Las autoridades nos escuchan y tenemos buen relacionamiento. Obviamente no siempre estamos de acuerdo en todas las decisiones. Está claro que, para el gobierno, el principal desvelo es controlar la inflación, lo entendemos, y también las dificultades, que las tienen en todo el mundo. Lo que como exportadores no queremos —y la experiencia histórica ha demostrado— es que se use el tipo de cambio como herramienta para controlar la inflación, porque a la larga es complicado.
Hoy tenemos un tipo de cambio que está más atrás, lo dicen todos los números y estadísticas. Con respecto a los competidores y nuestros clientes estamos mal. A 12 meses a agosto el tipo de cambio real contra Nueva Zelanda está 17,7% abajo; Australia, 13,6%; China, 15,6%; Reino Unido, 18,2%; España, 18%; México, 10%… Estamos mal. Uruguay está caro con respecto al mundo, ¡si no, preguntale al turismo!
—A pesar de eso, las colocaciones serán récord este año…
—A los sectores que son grandes y dependen más del precio de los commodities les fue bien, pero los costos han subido y empiezan las nuevas zafras y cosechas.
En muchos sectores Uruguay no sale a competir por precio, sobre todo los menos commoditizados, que es donde nos tenemos que enfocar. El agregado de valor es un dilema constante, es parte de los malabares que tenemos que hacer los exportadores, ahí es salir a vender el Uruguay sostenible, de calidad, diferente, el Uruguay único.
—¿Le pareció acertada la reestructura en Uruguay XXI, el instituto que promueve las exportaciones e inversiones?
—Soy un firme defensor de Uruguay XXI porque me sirvió muchísimo como pyme exportadora, me llevó de la mano a una cantidad de mercados. Veo países que tienen agencias de promoción fuertes como ProChile, ProMéxico, ProPerú, que funcionan espectacularmente bien, y me gustaría tener un Uruguay XXI mucho más fuerte, pero entiendo también que Cancillería ha tomado una cantidad de tareas que llevaba Uruguay XXI, y está bien.