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AEBU vive una “crisis de participación inédita” en banca oficial
Los bancarios ya piensan en la lucha en conjunto con los otros sindicatos públicos por el Presupuesto que el gobierno entrante tendrá que aprobar en 2020
imagen de AEBU vive una “crisis de participación inédita” en banca oficial
En la mañana del sábado 14 el gimnasio del Platense Patín Club estaba colmado de sillas de plástico blancas que esperaban la llegada de centenares de trabajadores bancarios. El sector Banca Oficial de la Asociación de Bancarios del Uruguay (AEBU) —que abarca unos 5.500 afiliados— realizaría una asamblea para resolver sobre la renovación de su convenio colectivo, pero las fotos de la jornada muestran con crudeza el desenlace. Fueron muchas más las sillas que los sindicalistas y la asamblea no llegó al quorum.
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El estatuto del sindicato establece que para que la asamblea tenga poder resolutivo necesita al menos un 10% de los afiliados. La asistencia del sábado fue de 2,3%, apenas unos 130 bancarios. Gonzalo Pérez, dirigente bancario de larga trayectoria y actual integrante del Consejo Directivo de Banca Oficial, dijo a Búsqueda que están viviendo una “crisis de participación inédita”. De hecho, recordó que el proceso de negociación del convenio colectivo empezó en setiembre con otra asamblea sin quorum.
Para poder avanzar, AEBU realizará el próximo viernes 20 una Junta de Delegados. Si se decide la renovación, será la primera vez en la historia de AEBU que Banca Oficial tenga un convenio sin la aprobación de la asamblea.
Para Pérez, la “crisis de participación” que atraviesan es consecuencia del estilo de conducción de la Coordinación para el Cambio, la corriente sindical que desde hace dos períodos preside el sector Banca Oficial. Él integra la Lista 98, que lidera AEBU desde hace más de 30 años y que considera que los dirigentes de Coordinación para el Cambio son “ultras”. La gestión del sector en estos dos períodos, sostiene, llevó a una “pérdida de confianza” de los afiliados. Además, entiende que detrás de la falta de quorum de las dos asambleas hay también un reclamo de “adaptar los mecanismos” de decisión del sindicato y buscar “nuevas formas” de participación.
Lorena Lavecchia, presidenta del Sector Financiero Oficial e integrante de Coordinación para el Cambio, también reconoce la crisis de participación. Sin embargo, cree que fue la conducción de la Lista 98 la que empezó años atrás la tendencia de “desconfianza”. Como ejemplo, recordó que en 2012 se firmó un convenio que había sido rechazado varias veces por asamblea. “Lograr un cambio cultural lleva años”, dice en referencia a la impronta más horizontal que intentan aplicar.
La pérdida de condiciones de trabajo —que también atribuye a la mala gestión de la Lista 98— es otro de los motivos que, en su opinión, explica la escasa participación. Lavecchia sostiene que están sobrepasados de trabajo y que eso complica la participación en las asambleas. Por último, cree que el convenio que están tratando “no es atractivo” y la gente siente que no tiene mucho para ganar ni para perder; que su participación no cambiará mucho las cosas.
Ese último fenómeno le preocupa particularmente a Pérez. “La gente no llega a comprender el valor que tiene un convenio colectivo. Se dan por hecho los beneficios”, lamentó.
“Expuestos”.
El convenio colectivo de banca oficial abarca a los trabajadores del Banco República, el Banco Hipotecario, el Banco de Seguros del Estado, a los del Banco Central y la Agencia Nacional de Viviendas. Como material para la discusión en la asamblea, las distintas corrientes presentaron documentos con sus valoraciones del proceso de negociación. La listas 98 y 17 presentaron uno en conjunto; Coordinación para el Cambio y la Lista 1955, cada una, uno propio.
Hay dos cosas que surgen claras en todos. La primera es que la propuesta de convenio no tiene “avances sustanciales”. La segunda es que la coyuntura política no les deja demasiadas alternativas y la renovación parece el mejor escenario.
Los documentos reflejan también la tirante interna de AEBU. En los tres casos se deslizan críticas y reproches.
En definitiva, tanto Coordinación para el Cambio como las listas 98 y 17 apuntan a la renovación del convenio pero por distintos plazos. Los primeros quieren una renovación por 16 meses y los segundos por 18 meses. Los dos contemplan la coyuntura política adversa, con un gobierno que prometió reducir en US$ 900 millones el presupuesto, y por eso apuestan a asegurarse el ajuste de enero de 2021.
Las diferencias en los plazos tienen detrás los siguientes argumentos. Para la 98 y la 17, la renovación a 16 meses “no es una opción real” porque en la última reunión de negociación en el Ministerio de Trabajo se plantearon tres posibles extensiones: 12 meses, 15 meses y 18 meses. Pérez dijo a Búsqueda que intentar esa vía alternativa implicaría “reabrir la negociación” en meses en que es difícil movilizar a los trabajadores y con un gobierno de salida y en “chancletas”. Si no tuvieran éxito, quedarían con el convenio vencido. Esa posibilidad, sostiene, los dejaría “absolutamente expuestos” ya que, por ejemplo, hay en el Parlamento un proyecto de ley que elimina la ultraactividad, un principio por el que los beneficios alcanzados en un acuerdo no caían con su vencimiento.
Del otro lado, Coordinación para el Cambio ve inconveniente el convenio a 18 meses porque, una vez vencido, dejará “aislados” a los bancarios. En su documento recuerdan que el convenio de los sindicatos de la Mesa Sindical Coordinadora de Entes (MSCE) termina en diciembre del 2020 y que por esos días se estará discutiendo el nuevo presupuesto nacional.
“La lucha en conjunto con el resto de los trabajadores abre un escenario más favorable para nosotros. Por el contrario, el vencimiento de nuestro convenio luego de que se haya definido el ajuste para COFE (Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado) y la MSCE dejaría aislada a la banca oficial. La unificación de los conflictos no solo nos permitirá sumar fuerzas sino también generar la solidaridad de clase”, dicen.
El documento de la 98 y la 17 tampoco pierde de vista ese contexto, si bien opta por resguardarse unos meses más. La moción que llevarán a la junta de delegados de este viernes también incluye un punto previendo la agitación de fines del 2020. “Bregar por la participación activa de los trabajadores de la banca oficial en el proceso de movilización de los trabajadores públicos, de la Mesa Sindical Coordinadora de Entes y de nuestro PIT-CNT a la hora de la discusión del presupuesto nacional”, dice.
