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    Ancap no requiere nuevas inversiones; ahora es tiempo de que lo hecho empiece “a dar resultados económicos”, dice su presidente José Coya

    La empresa está cerca de reperfilar su deuda de corto plazo y cancelar lo que debe a Venezuela, afirma el jerarca

    Ancap hizo en los últimos años inversiones en plantas de etanol, de cemento y de cal en el interior, en la desulfurizadora de la refinería de La Teja, en exploración de hidrocarburos en tierra y en negocios en el exterior. En ese período, que requirió “recursos económicos muy importantes”, la empresa empezó a dar números rojos y tuvo dos balances deficitarios que provocaron las críticas de la oposición. Para el presidente de Ancap, José Coya, llegó el tiempo de que esas inversiones empiecen “a dar resultados económicos y de gestión”.

    Coya dijo en entrevista con Búsqueda que Ancap ya no requerirá nuevas inversiones que no sean de mantenimiento y funcionamiento y reconoció su preocupación por los malos resultados económicos que tuvo la empresa, aunque ve con optimismo la posibilidad de que eso se revierta.

    El presidente de Ancap anunció que la empresa tiene la posibilidad de reperfilar los plazos y la moneda de parte de su deuda, para pesificarla, que está cerca de un acuerdo para saldar la deuda con Venezuela y que cambiará el enfoque de los negocios con Argentina.

    Además avizora que es probable que se encuentre petróleo o gas en Uruguay y en los próximos años el país se transforme en un exportador de esos energéticos a la región.

    —¿Qué balance hace del período que se fue y cuáles son los nuevos objetivos?

    —Los últimos años de Ancap han sido un renacimiento, un reinventarse de la empresa. Se desarrollaron los negocios de Ancap de forma agresiva generando una cantidad de industrias que requirieron recursos económicos muy importantes. Lo que viene es un programa de capitalización y consolidación de ese desarrollo. Ancap llegó a un nivel adecuado de inversión y ahora necesita transformarlos en resultados económicos y de gestión.

    Durante estos 10 años logramos cambiar una refinería que estaba prácticamente obsoleta y tenía que cambiar o la cerrábamos. Pasamos a tener un combustible de primera calidad para acompañar a los nuevos vehículos, la nueva tecnología y el aspecto medioambiental. La refinería comenzó a sacarle el azufre al gasoil y la nafta y hoy estamos produciendo, cuando estamos a tope, 40 toneladas de azufre por día.

    También salimos del negocio principal y nos instalamos en el negocio del cemento y de la cal, donde se hicieron inversiones que van a responder a un corto, mediano y largo plazo, y fueron ejecutadas de esa manera. Uno de los cambios fue del energético que consumen los hornos para producir cemento, que era fuel oil y ahora es coque. De los 30 millones de dólares que ha dado de pérdida ese negocio, deberíamos reducirlos por lo menos a la mitad en 2015. Y en 2017 debería estar en un punto de equilibrio. Pretendemos atacar el desarrollo del negocio en la región, en Paraguay, el norte de Argentina y el sur de Brasil.

    Iniciamos el desarrollo de los biocombustibles, atacando un eje principal de la política acordada en 2010 por todos los partidos de la diversificación de la matriz. Yo quiero recordar que uno de los liderazgos principales en los biocombustibles en Uruguay fue de quien era el intendente de Paysandú, el actual senador (Jorge) Larrañaga. Experiencias que fueron pioneras en ese departamento dieron el puntapié inicial a este proceso. Nosotros nos comprometimos con eso, lo llevamos adelante a través de Alur y hoy las instalaciones para la mezcla de biocombustibles también están en su tope. El complejo industrial de Alur ya está completando sus inversiones.

    Por primera vez estamos en condiciones de analizar un sistema petrolero en Uruguay y respondernos a la pregunta de si tenemos esa riqueza. Es una actividad clave para el desarrollo futuro de Uruguay. Una actividad planificada, como se hizo en Ancap, es la primera vez que pasa en Uruguay.

    Hicimos todo este esfuerzo durante 10 años pero estamos en la meseta del desarrollo de inversiones en Ancap. Por lo tanto la empresa de acá en adelante no va a requerir de grandes esfuerzos económicos desde el punto de vista de las inversiones, solo inversiones de mantenimiento o funcionamiento. De lo que tenemos que hablar durante estos cinco años es de capitalizar las inversiones. Esa reinvención que hubo en Ancap necesariamente para ser sustentable en el tiempo tiene que empezar a dar resultados.

    —Ancap fue muy cuestionada por su situación financiera. ¿Espera que en estos años con esta política se revierta?

    —Sí, uno de los resultados que se esperan son los económicos. Los últimos balances de Ancap han sido deficitarios pero este proceso que ha demandado una cantidad de recursos económicos ha generado un endeudamiento importante para Ancap. La administración de ese endeudamiento es fundamental para hacer sostenible el futuro de la empresa. Los resultados han tenido tres aspectos principales. Uno es producto de estar endeudados en dólares, lo que es casi inevitable porque los bancos tienen una limitación, que pueden prestar hasta el 15% de su patrimonio, entonces cada vez que Ancap requirió financiamiento los bancos nacionales debieron recurrir a sus matrices para prestar, y eso es en dólares. Y el segundo aspecto es que los bancos nunca estuvieron dispuestos a prestarnos en pesos. Por lo tanto, esa relación de ingresos en pesos y endeudamiento en dólares es natural. Y además nuestras compras de crudo obviamente son en dólares. Aspiramos a transformar ese pasivo en dólares en un reperfilamiento en pesos y un reperfilamiento de plazos. Otro aspecto es el operativo, que es el que más me preocupa. Lo más importante se solucionó en enero, cuando se sinceraron costos que no estaban incorporados a la paramétrica de Ancap. Había cientos de millones de dólares que, por el ejercicio de la protección macroeconómica de la inflación o por lo que fuese, Ancap sufrió dando resultados operativos negativos. Con el ajuste de enero y la actualización trimestral, ese resultado operativo este año tiene que mejorar sí o sí. En el 2015 el resultado operativo nuestro debería ser superavitario. Y un tercer elemento clave en los resultados fue el negocio del cemento, que creció en términos de desarrollo industrial y sus pérdidas se mantuvieron pero también creemos que son de rápida reversión. Estamos preocupados por esos resultados pero también vemos la posibilidad de revertirlos desde este año.

    —¿En qué situación está la deuda con Venezuela?

    —La deuda con Pdvsa está en alrededor de 450 millones de dólares y nosotros podríamos cancelarla en términos muy convenientes para ambos si se cierra la negociación. Tendría un sentido económico, financiero, de reperfilación de la deuda en dólares a pesos, porque ahora sí tenemos ofertas de préstamos en pesos de los bancos. Entonces es una oportunidad incluso para la negociación de gobierno a gobierno dentro del intercambio comercial para tal vez solucionar alguno de los problemas que tenemos ahí.

    —¿Cómo viene la emisión de obligaciones negociables que Ancap analiza hacer en el mercado internacional?

    —Ahora tenemos la posibilidad de reperfilar en pesos la deuda de corto plazo. El mecanismo de la emisión no solo no lo descartamos, lo preferimos como estrategia para el futuro, pero tenemos que ser claros en el momento en que nos conviene más salir al mercado internacional con esa emisión, tanto por los resultados de Ancap como por las condiciones del mercado. Mantenemos la decisión de salir al mercado internacional pero hoy tenemos alternativas y todavía no tenemos definido cuándo vamos a salir. También aspiramos a tener emisiones internas, como ha hecho UTE.

    —Raúl Sendic dijo que está convencido de que se van a encontrar hidrocarburos explotables en territorio uruguayo. ¿Usted también está tan seguro?

    —Somos tan optimistas como el vicepresidente de la República pero tenemos que avanzar más en la información. Hasta ahora lo que se ha venido acumulando han sido valores agregados siempre del lado positivo. Creo que vamos por el mejor camino. Las dos últimas informaciones sobre certificación de petróleo y gas son muy importantes. Es muy atractiva la posibilidad de tener gas en el norte de Uruguay por las posibilidades de comercialización, por el territorio que ocupan. Hay escenarios posibles que son muy atractivos para Uruguay. Pero hay que perforar, no hay otra forma de descubrir petróleo y gas. Toda la información que tenemos hasta ahora es por métodos indirectos. Por la información que tenemos hasta ahora, estaríamos hablando de volúmenes muy importantes.

    —¿Podría ser Uruguay un país exportador de hidrocarburos a la región? ¿Va a requerir Argentina siempre de energía importada?

    —Sí, uno de los posibles escenarios es de exportación. Y a nivel regional, de intercambio, en parte porque el desarrollo futuro de Argentina lo va a poner en mucho mejores condiciones que las que tiene hoy respecto de sus riquezas. El futuro, liderado por YPF, viene marcado de esa manera. Pero tenemos unos cuantos años de incertidumbre y con un déficit en Argentina y en Brasil de estos energéticos, fundamentalmente de gas. Vemos una posibilidad de desarrollo en Uruguay tal vez más rápida hacia el exterior que hacia adentro, lo que no quiere decir que no pensemos en el desarrollo gasífero en Uruguay.

    —En el último año el gobierno armó un comité para decidir qué hacer con el petróleo y el gas en caso de que se encuentren. ¿Cómo ve ese futuro? ¿Está de acuerdo con que haya una agencia independiente que administre los recursos?

    —El liderazgo de Ancap en términos de ser hoy la agencia que Uruguay tiene ha sido muy exitoso, no solo por las empresas que están trabajando sino por los desarrollos propios que hemos tenido. Ahora, hay que tener en cuenta que los procesos como este, que se desarrollan a partir de la iniciativa de una empresa como Ancap pero en concordancia con una política de Estado, porque así ha sido definida, tiene esa lógica de ser una política mucho más allá de las potestades que tiene Ancap. Entonces tenemos que ir paso a paso. Este proceso ha dado seguridades jurídicas, comerciales, políticas. Pero Ancap como instrumento también le da a ese inversor seguridad de que todo va a ir transcurriendo paso a paso. Creo que tenemos que analizar todos estos temas para estar atentos a que cuando suceda no nos preguntemos ese día qué hacemos con esto. Y por supuesto que estamos de acuerdo en que los pasos siguientes podrán ser incluso en términos de que haya una agencia de petróleo o de que el gobierno tenga algunas decisiones sobre estas políticas. Pero creo que es importante resguardar desde el punto de vista estratégico para la empresa algunas de las actividades operativas. Creo que debemos ser muy cuidadosos en el proceso y no deberíamos tener iniciativas que adelanten los procesos porque hasta ahora hemos demostrado contundentemente que hemos tenido resultados muy buenos. Y el equipo que juega bien no se cambia.

    —También se abrió la discusión de si en el futuro va a haber fracking en Uruguay. ¿Es posible que lo haya?

    —Los contratos hablan de hidrocarburos porque no podemos hablar en un contrato de técnicas de explotación cuando estamos en una actividad exploratoria. Y la empresa que está trabajando y que hizo dos certificaciones, trabaja sobre el 100% de los recursos convencionales. Nosotros estamos convencidos de que eso es así. Y además los análisis de los recursos humanos de Ancap me dicen que entre las cuatro o cinco condiciones que deben darse en Uruguay para hacer fracking, en Uruguay no se da ni siquiera una. Entonces no habría posibilidades de hacerlo.

    —¿Las operaciones en el extranjero, en Argentina y Venezuela, van a seguir adelante?

    —Nosotros en Argentina, tanto por el negocio petroquímico como por el negocio de la exploración petrolera, hemos tomado una decisión de cambiar nuestra visión estratégica, que era estar expectantes de lo que sucediera allí en términos de exploración petrolera y ver qué hacer. Ahora empezamos a realizar activamente algunos de los negocios que tenemos allí en términos de asociarnos o incluso de enajenación. La estructuración de los negocios en Argentina va a cambiar. Creo que tenemos grandes chances. En Venezuela seguimos avanzando con la posibilidad de explotar campos maduros. Ha venido con un poco de retraso porque hay un tercero que va a financiar la operación. Tenemos una relación muy directa con Pdvsa y venimos renovando hace ocho años los acuerdos comerciales de intercambio de petróleo con un financiamiento excelente y pretendemos seguir haciéndolo cada año. Se vence ahora el 30 de junio y pretendemos renovarlo a partir del 1º de julio. Teniendo un acuerdo comercial con Pdvsa y participación en pozos que están produciendo, Ancap cierra un círculo que es producir barriles de petróleo en Venezuela y comprar barriles de Venezuela, e incluso se podría pensar en que no haya un movimiento financiero.

    —Alur ha sido muy cuestionada por la oposición por los recursos que demanda sin ser autosustentable. La empresa se ha expandido en varios negocios. ¿Hay realmente alguna posibilidad de que camine sola?

    —Desde mi punto de vista, Alur es uno de los principales desarrollos progresistas de Uruguay. El proyecto nace en el norte, una zona muy castigada en su momento, y comenzó a fortalecerse a través del desarrollo de la industria azucarera, que todos coincidimos que no es rentable para Uruguay. Pero el desarrollo de la caña de azúcar hoy está absolutamente transformado en un negocio que es mucho más por los biocombustibles, por el alimento animal y por otros proyectos para algunas zonas agrícolas. Y por supuesto que ha demandado muchos recursos. Pero va a dar mejores resultados. Todavía tenemos biocombustibles muy caros, todavía tenemos relaciones industriales muy caras entre Artigas y Paysandú, pero estas cuestiones son relativas por los impactos que tienen estos proyectos y que no han sido debidamente analizados. Estos proyectos no se analizan solo desde el lado economicista, y tampoco desde el lado del progresismo fácil. Es mucho más que eso, porque el proyecto se ha venido reconvirtiendo de manera que hoy el azúcar significa en términos industriales bastante menos de lo que era al principio. El desarrollo industrial de Alur ya está pronto y no va a requerir de más inversiones de magnitud.

    —El gobierno podría decidir subsidiar a Alur porque cree que socialmente vale la pena. ¿Cree necesario pensar en la rentabilidad?

    —Creo que tenemos que tener un equilibrio básico pensando en que los proyectos tienen que ser rentables pero compartiendo una visión de izquierda que tiene que ver con el desarrollo de una actividad que genera sustentabilidades desde el punto de vista social y del desarrollo industrial. Hemos tratado de ser lo más equilibrados posibles para que se den la rentabilidad y la sustentabilidad. Esa amplitud que hoy nos cuesta algunos recursos, en el futuro debería ser una ecuación rentable para todos los uruguayos.

    —El miércoles “El Observador” informó que el Directorio decidió subir las tarifas. ¿Es cierto?

    —No está decidido todavía por el Directorio ni por el gobierno. Desde el ajuste de enero fijamos con el Ministerio de Economía el criterio de revisión trimestral de las variables principales. Para el crudo el análisis es ver la trayectoria de abril, mayo y junio, que ha sido al alza pero leve sobre los 60 dólares que tenemos hoy como precio en la paramétrica, y la posible proyección para el trimestre, que indica se mantendría entre 60 y 65 dólares por barril.

    Para el tipo de cambio el análisis es referido a la actualidad porque recaudamos en pesos y nuestras compras de dólares son a diario. Por lo tanto tenemos una diferencia importante entre los 24,30 pesos por dólar de la paramétrica y los 26,70 del interbancario actual. Luego vemos las dos variables juntas: el precio del barril en pesos del análisis contra lo que tenemos hoy. Y trasladamos ese análisis a la ecuación económica general de los precios, donde hoy el peso del crudo en pesos es del 40%. Con estos números, sin conocer lo que sucederá el resto del mes, estaríamos en “zona de ajuste”. Pero hay que esperar a los primeros días de julio para la evaluación final. Es importante mantener la revisión trimestral para que no suceda como en el pasado reciente y Ancap deba sufrir pérdidas operativas.

    Información Nacional
    2015-06-11T00:00:00