La relación entre UTE y Ancap durante 2021 fue un proceso en cadena con varios eslabones. La sequía del sur de Brasil provocó que ese país necesitase importar energía y fue el ente energético uruguayo el que se la vendió. Pero para poder generarla UTE debió apelar a sus usinas térmicas, que funcionan con base en un combustible que le compró a Ancap.
Desde fines del 2020 y durante todo el año pasado, las ventas de gasoil que Ancap hizo a UTE para los negocios de exportación de electricidad a Brasil le dieron a la petrolera “ganancias extraordinarias” —como las definió el presidente Luis Lacalle Pou— que en enero-octubre sumaban US$ 49 millones. Ese resultado fue lo que le permitió al gobierno amortiguar los ajustes de los combustibles y no trasladar todo el incremento que pautaba el precio de referencia que calcula la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea), que evoluciona siguiendo el valor internacional del crudo, entre otros costos.
Pero en las últimas semanas las dos principales empresas del país afrontaron negociaciones que causaron tensión en su relación comercial, según supo Búsqueda con fuentes de ambos entes.
El ambiente está “muy tenso”, dijo un informante de Ancap, que se refirió a “rencillas” por una deuda que UTE mantiene con la petrolera. Si no se soluciona, “probablemente” sea necesario acudir a una línea de crédito contingente. Entre autoridades de UTE, en tanto, hay cierto malestar porque consideran que no los “tratan como el mejor cliente” que son.
Hoy jueves 24, ejecutivos de Ancap acudirán a reunirse con gerentes de UTE para “bajar los ánimos”, dialogar y “transitar” mejor hacia adelante, compartiendo información y tratando de coordinar inventarios y consumos, indicó una de las fuentes.
Sin acuerdo en el precio
Un tema de discusión se centra en que Ancap pretende que el Poder Ejecutivo establezca que el precio de venta de combustible a UTE sea el valor en el mercado internacional al que compra cuando lo tiene que importar.
Actualmente Ancap le vende a UTE el gasoil 50 S a $ 32,42 más IVA por litro. El valor de ese combustible en Houston es de US$ 1,10 el litro, a lo que se debería agregar el costo de traerlo.
Por tanto, la brecha entre el precio actual y el que Ancap pretende cobrar a UTE (entre $ 44 y $ 48 por litro) es de entre $ 10 y $ 15 (más de 30%), explicó un informante.
Este cambio es un viejo reclamo de las autoridades de Ancap al ministro de Industria, Omar Paganini. Según una fuente, hay un borrador de decreto redactado sobre las condiciones de venta y precio a establecer hacia adelante.
El Ministerio de Industria, Energía y Minería, en tanto, pretende que las diferencias se resuelvan entre los titulares de UTE, Silvia Emaldi, y Ancap, Alejandro Stipanicic, según las fuentes.
Cuando Ancap le vende gasoil a UTE por debajo del precio internacional se la está “subsidiando”, consideran en la petrolera. Aunque esto no signifique “perder dinero”, en los hechos ese ente está “dejando de ganar”, explicó un informante. “Es un pasamanos: lo que deja de ganar Ancap, lo gana UTE, que no tiene capacidad de transferirlo a las tarifas. Entonces, ¡por lo menos que UTE se lo pague a Ancap!”, dijo.
Las negociaciones las están manejando altos jerarcas de los tres organismos con reserva, pero las autoridades de UTE están en desacuerdo con el borrador. Una de las posibles soluciones sería que se establezca un “precio real” que tome como “base” el PPI, pero que no sea exactamente ese valor.
Deuda
Otro de los motivos de conflicto es una deuda que UTE mantiene con Ancap, cercana a los US$ 50 millones, que la petrolera le viene reclamando porque su espalda financiera en abril estará muy exigida con el pago de dos embarques de crudo.
La demanda de combustibles para exportar energía a los países vecinos (principalmente Brasil, aunque en algunas ocasiones se le vende a Argentina) fue mayor a la que estaba presupuestada: el combustible de un año se gastó en tres meses, graficó uno de los informantes. Ese gasto inesperado es una de las explicaciones de que se haya generado la deuda, pero también hay otro motivo: UTE no puede recurrir al Fondo de Estabilización Energética, un fideicomiso previsto para situaciones de sequía y al que el ente energético apelaba para pagar los gastos de combustible.
En 2018, el “excedente” que había acumulado este fondo (US$ 194 millones) fue transferido a Rentas Generales y en ese momento se estableció que el destino de ese dinero se determinaría en próximas instancias presupuestales.
En ese momento, el entonces presidente, Tabaré Vázquez, argumentó (en la “exposición de motivos” del proyecto de ley) los cambios basándose en la incorporación de nuevas formas de producir energía con fuentes renovables y al cambio de la matriz eléctrica que supuso.
Sin embargo, y pese a no poder acceder a los dineros del fondo, jerarcas de UTE estuvieron trabajando en mecanismos para saldar la deuda, que se pagará antes de fin de mes a través del Banco República, según las fuentes.
Ventas a UTE
El precio de venta de combustible de Ancap a su principal cliente no es el único problema entre manos para los presidentes de las empresas públicas.
Antes debieron solucionar un conflicto y negociar por un juicio provocado por una deuda antigua por el almacenamiento de gasoil que UTE le solicitaba mantener en stock a Ancap para cuando lo precisara.
Este mes la tensión sumó un nuevo elemento. UTE quiere comprar combustible para poder almacenarlo, pero Ancap no está dispuesto a venderlo hasta abril porque, de acuerdo a los informantes, especula con una variación en el precio a partir de ese mes.
No poder comprar combustible no implica para UTE posibles riesgos para el funcionamiento de las centrales térmicas: si se requiere generar esa energía, hay stock disponible. El principal motivo para comprar es el “precio” en un contexto de incertidumbre a raíz del conflicto desatado por la invasión de Rusia a Ucrania. Esa acción militar generó una inestabilidad de los mercados que provocó un aumento del precio del barril de petróleo por encima de los US$ 100.
La exportación de energía eléctrica a Brasil estuvo en “niveles inéditos y sostenidos”, reconoció Ancap en la última presentación de resultados financieros. Entre enero- octubre de 2021 las ventas de gasoil sumaban 360 millones de metros cúbicos, más del doble que en 2020 y más de 16 veces que lo comercializado en 2019. En todo 2021 se superaron los 443 millones de metros cúbicos.
Para 2022 “es probable” que “mejore” la situación hídrica de Brasil, según la presidenta de UTE, Silvia Emaldi (Búsqueda Nº 2.158). Por lo tanto, también es posible que ese ente requiera menos combustible para la generación. De hecho, la empresa proyecta ingresos por US$ 70 millones por exportaciones.