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Apoyado por Ernesto Talvi, un comité impulsa la creación de fondo para frenar contagios financieros en la región
El Fondo para Mercados Emergentes propuesto por el Comité Latinoamericano de Asuntos Financieros sería de unos US$ 300.000 millones; “las cosas se nos vienen encima”, dijo al presentarlo Guillermo Calvo, uno de sus impulsores
Con más de 80 años y una reconocida trayectoria en organismos internacionales y ámbitos académicos, el argentino Guillermo Calvo sigue activo en los temas que más le interesan: las crisis financieras, en particular las que han golpeado a América Latina a lo largo del tiempo. Sobre estos temas y una propuesta de crear un fondo de US$ 300.000 millones para reducir los contagios de los países emergentes, respaldada por varios economistas –entre ellos el ex canciller uruguayo Ernesto Talvi-, habló el miércoles 7 en un foro organizado por la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) en Buenos Aires.
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En su charla vía remota desde Washington D.C., donde reside, Calvo expresó una visión contraria a que Argentina profundice su “bimonetarismo”, si se le diera al dólar una capacidad transaccional más amplia a la que tiene hoy como postula el candidato presidencial por La Libertad Avanza, Javier Milei. “Mi temor es que, facilitar ese camino para el dólar, habilite una fuerte corrida contra el peso y reduzca la recaudación del impuesto inflacionario”, advirtió. Según dijo, eso podría provocar más inflación –incluso una hiper- y empeorar la distribución del ingreso, dado que los pobres son los que más usan la moneda nacional, explicó.
Argentina “es tan propensa a dolarizar” por su mal historial, dijo este profesor de la Universidad de Columbia, y recordó el título de la película Mi pasado me condena, un drama de intriga, crimen y prostitución estadounidense de 1971.
“La dolarización es una cosa extrema”, subrayó. “Si voy en ese camino del bimonetarismo me estoy complicando más. No voy a tener los excesos porque el dólar me va a disciplinar, pero pongo otra vez controles, cepos. Esas soluciones intermedias parecen muy inteligentes, y (lo) son, pero abren vulnerabilidades, y no hay nada que impida que se vuelva a cometer los mismos errores que antes”, argumentó.
En un país “medio loco”, si no se hace “un cambio casi cultural, la pregunta es quién va a creer (…). Argentina está totalmente fuera del mapa y decir ´créanme´ es imposible”, opinó.
Sin prestamista
Luego, Calvo expuso una propuesta que está elaborando el Comité Latinoamericano de Asuntos Financieros, que él integra.
“No tenemos prestamista de última instancia. El Fondo Monetario Internacional (FMI) no lo es”, dijo, usando la primera persona para referirse a economías como la argentina y la uruguaya, categorizadas junto a otras de la región como emergentes por encontrarse a medio camino entre aquellas pobres y las desarrolladas.
Evaluó que, durante la crisis por la pandemia de Covid, hubo prestamistas de última instancia “muy generosos para los desarrollados y casi nada para los emergentes. Sin embargo, a los emergentes les fue relativamente muy bien debido a que indirectamente les llegó” el efecto de esos apoyos dados desde los bancos centrales de Estados Unidos y Europa. Respaldó esa afirmación señalando que esta vez el índice Embi se recuperó de manera “casi inmediata”, en un trimestre, cuando con la crisis rusa de 1998 llevó cinco años que el riesgo soberano volviese a los niveles previos. “Hay quien dice: ‘Ah, parece que los emergentes se graduaron’. Eso deja de lado que esa liquidez excesiva se filtró por todos lados”, acotó Calvo.
Luego señaló que el momento actual está marcado por algunos factores que no permiten estar “tranquilos”, como la inflación elevada registrada en economías del hemisferio norte. Frente a eso, afirmó, la Reserva Federal –el banco central- estadounidense “hace lo típico”, y sale “corriendo por el lado que es familiar para ellos”, que es subir “fuerte la tasa de interés y reducir la oferta de dinero”.
Para el economista argentino, lo que la región debe hacer es tratar de “crear un prestamista de última instancia”. La idea fue lanzada por el Comité Latinoamericano de Asuntos Financieros en junio pasado a través de una declaración firmada por Calvo y otros miembros de esa entidad, entre ellos Talvi, Andrés Velasco (decano de la Escuela de Políticas Públicas de la London School of Economics y exministro de Hacienda de Chile), Augusto De La Torre (ex economista jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial) y José De Gregorio (profesor de Economía en la Universidad de Chile, ex gobernador del Banco Central y ex ministro de Economía y de Minería de su país).
La propuesta de crear un Fondo para Mercados Emergentes (EMF, por sus siglas en inglés) está inspirada en las innovaciones institucionales de la Unión Europea para enfrentar el problema de contagio financiero (como el Instrumento de Protección de Transmisión conformado por el Banco Central Europeo en 2022). En caso de un evento sistémico, el papel del EMF sería “contrarrestar las dinámicas de mercado desordenadas que no estén validadas por los fundamentos económicos de los países emergentes”. Operativamente, el EMF estaría autorizado a realizar compras temporales en el mercado secundario de deuda soberana de un grupo de países emergentes sujetos a contagio, o, alternativamente, compras de un índice de bonos de mercados emergentes, si el contagio se extiende a muchos países. Al crear un instrumento que evita las crisis sistémicas, el EMF contribuiría a la estabilidad financiera de todos los países en desarrollo, no solo aquellos mercados emergentes con mayor acceso a los mercados internacionales de capitales, fundamentó el Comité.
El EMF sería administrado por el FMI, pero segregado de su balance. Las reglas de intervención y toma de decisiones deberían ser “claras pero flexibles”, y su Junta Directiva tiene que estar preparada para actuar a “corto plazo durante periodos de estrés sistémico”, señala la declaración.
El Comité cree que para financiar adecuadamente este mecanismo se requerirían unos US$ 300.000 millones, cifra equivalente al saldo de la deuda externa soberana en bonos a corto plazo de los mercados emergentes. “Este nivel de financiación es relativamente modesto y podría ser provisto por los bancos centrales de las economías avanzadas que emiten moneda de reserva, mediante el otorgamiento de líneas de swap al EMF. Con esto se evitaría los problemas innecesarios impuestos a los países emergentes y en desarrollo en momentos de interrupciones en los mercados de capitales internacionales”, argumenta en la declaración.
“Estamos al principio del proyecto, pero lo estoy presentando porque las cosas se nos vienen encima”, dijo Calvo en el evento del FIEL.
“¿Qué se hace en el mientras tanto?”, preguntó. “No es fácil, no es cuestión de subir o bajar una palanca, como hacen los bancos centrales”, se respondió.
Link: (en particular las que han golpeado a América Latina)