En total, hoy, según datos de la Unatra, en el medio rural trabajan alrededor de 120.000 personas, por lo que el sector tiene un nivel de participación sindical de alrededor del 5%. Desde la gremial proyectan duplicar esa cifra y llegar a los 12.000 afiliados entre este año y el próximo.
Consejos de Salarios
Para el coordinador de la Unatra, Germán González, la instalación de los Consejos de Salarios en el sector fue el factor fundamental que explica este crecimiento, según explicó en diálogo con Campo.
La herramienta, sin embargo, es cuestionada desde las gremiales de productores rurales, quienes entienden que el gobierno juega un rol que inclina la balanza en favor de los trabajadores y en contra de la situación económica del sector.
“Nos sentimos en la obligación de participar públicamente lo vivido en este ámbito. Fundamentalmente, en la nula consideración que se tuvo de los planteos del sector empresarial”, dijo el presidente de la Federación Rural (FR), Carlos María Uriarte, el 10 de mayo, durante la celebración del 97º Congreso de la institución, refiriéndose a los Consejos de Salarios.
“Los mismos apuntaban a que a la hora de ajustar los salarios se tuvieran en cuenta la realidad de cada sector, su capacidad de empleo, la eficiencia de la mano de obra y la realidad de que ya el año pasado se perdieron 3.000 puestos de trabajo”, recordó. Luego continuó proyectando que, por los incrementos que se otorgaron en 2014, “probablemente” la cifra crezca. “Y además seremos testigos de una mayor selectividad a la hora de contratar mano de obra. Lo que redundará en más dificultades para conseguir trabajo en el agro, para aquellos que estén menos preparados”, advirtió.
El campo y la ciudad
Otro de los puntos que suelen ser mencionados por los productores es el enfrentamiento entre el empleador y el trabajador del medio rural, que, a su entender, intenta promover el gobierno.
“No compartimos en absoluto ninguna estrategia que promueva la división entre los uruguayos.Debemos ser más tolerantes, debemos saber aceptar que dentro de la diversidad se pueden encontrar caminos comunes y sin ofender nunca al que piensa distinto”, dijo Uriarte en su discurso en el Congreso. Precisó que, sobre todo, lo que le preocupa a la FR es que se fomente “la división entre el campo y la ciudad”.
“Invitamos a hacer exactamente lo inverso, a promover y resaltar la imagen de nuestro campo para que todos los uruguayos se sientan orgullosos y partícipes de su país agropecuario. De lo contrario, seguiremos contribuyendo a que cada vez menos gente lo considere como alternativa de vida”, advirtió el dirigente.
El vicepresidente de la FR, Manuel Bettega, opinó en diálogo con Campo que “se está exacerbando mucho la relación que existe entre el trabajador rural y el patrón”.
“Creemos que es innecesario porque nunca existió esa polaridad y en cierta forma es el Estado uruguayo, el gobierno, el que promueve esta situación”, lamentó el empresario. Y denunció: “Muchas veces, las autoridades nacionales, para tratar de justificar lo mal que están económicamente los trabajadores rurales, mienten en los datos, porque hablan de sueldos que en realidad no existen”.
Los productores argumentan que esa división que se intenta instalar desde el gobierno carece aún más de sentido por el hecho de que el productor suele “trabajar codo a codo” con el trabajador, sus hijos suelen ir a las mismas escuelas y forman parte de una “gran familia”, dijeron a Campo directivos de la gremial y distintos productores.
Naturalmente, desde la Unatra no comparten esta visión.
“Ellos salen y se llenan la boca diciendo que los trabajadores son parte de la familia y que laburan codo a codo con nosotros, pero yo a mi patrón no lo conozco”, criticó González, que trabaja en la empresa citrícola Mi Granja.
“¿Ellos se sientan conmigo en los mosquitos? ¿Ellos se sientan conmigo en la cosechadora? Ni ahí”, aseguró el representante sindical.
El sociólogo rural y ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Diego Piñeiro, opinó de la misma manera y dijo a Campo que “si eso fuese así, no se explicaría la existencia de sindicatos”.
“Me parece que nadie más que ellos compra esa visión, que para mi gusto está un poco perimida”, valoró.
Día del Trabajador Rural
Un día antes de que se celebrara el Día de los Trabajadores, el 30 de abril, se conmemoró por segundo año consecutivo el Día del Trabajador Rural. Esta vez, el acto se realizó en la Rural del Prado, en el predio en el que la Asociación Rural (ARU) realiza su tradicional exposición de ganadería y en el que, el año pasado, fue impedida la entrada a sindicalistas rurales que quisieron ingresar al predio.
En este sentido, Piñeiro dijo que la conmemoración de este año implicó un punto de inflexión en la historia del sindicalismo rural.
“La simbología de realizar el acto en el predio de la Rural del Prado fue clara. En primer lugar, para recordarle a todo el mundo que ese predio no es de la Asociación Rural, sino de la Intendencia de Montevideo, que tiene el derecho de dárselo a la institución que quiera”, reivindicó. Y agregó: “También para recordar que todos esos productos que se exponen en la Rural del Prado son hechos por los trabajadores, que son los que trabajan todos los días en el campo, y tienen tanto derecho como los productores a mostrar lo que se está haciendo”, agregó.
En entrevista con Campo (Nº 17), Uriarte dijo que si lo hubieran invitado a participar en el Día del Trabajador Rural, él hubiera asistido con gusto, pero que, sin embargo, no lo hicieron.
Los organizadores del evento, en cambio, aseguraron que sí invitaron a las distintas gremiales de productores, y que si bien fue algún empresario rural “amigo”, no fue nadie en representación de la FR o la ARU.
“No son paye”
El 29 de abril de 2013, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, junto al Centro de Información Oficial, comenzó una campaña de difusión para promover los derechos laborales de los trabajadores del medio rural.
Las distintas publicidades fueron lanzadas en radio y televisión. También se incluyó la difusión de folletos, adhesivos y afiches, todos ellos basados en la consigna: “Sus derechos laborales no son paye, son ley”.
El objetivo del gobierno, según argumentaron, fue el de “reivindicar derechos fundamentales de los trabajadores rurales asalariados, como la ley de ocho horas, la negociación colectiva, la sindicalización, la salud y la seguridad”.
“Los trabajadores rurales, durante décadas, fueron considerados trabajadores de segunda”, indicó el ministro de Trabajo de aquel entonces, Eduardo Brenta, en cuya administración se inició esta política de difusión. “Había una relación semifeudal entre el trabajador y el empleador”, opinó el ex jerarca en diálogo con Campo. Argumentó que, por ese motivo, era necesario que el gobierno interviniera.
Tanto la ARU como la FR criticaron la campaña y entendieron que promovía innecesariamente la confrontación en las relaciones laborales.
Pero las críticas no solo partieron desde las gremiales de productores, sino que, y aunque por distintas razones, también fueron emitidas por la Unatra.
“Creo que la campaña esa fue horrible y no influyó en nada en la conquista de derechos”, interpretó González. “Acá se tiene la costumbre, tanto de los políticos como de los académicos, de hablar de los ‘pobres trabajadores rurales’ en nombre de los trabajadores rurales. A nosotros no nos gusta que nos llamen pobrecitos y que hablen en nombre de nosotros”, destacó el dirigente gremial.
Las productores de “izquierda”
En 2005, los trabajadores rurales, junto a empresarios del sector y representantes del gobierno, acordaron por primera vez en la historia sus salarios en las negociaciones colectivas reinstaladas en el primer gobierno del Frente Amplio. En 2008, a su vez, se estableció para el trabajador rural la jornada de ocho horas y el pago de horas extras. Y en 2012 se decretó el Día del Trabajador Rural.
Todos estos hechos son mencionados por los trabajadores rurales como los logros alcanzados en estos últimos 10 años.
Sin embargo, pese a estos avances, desde la Unión de Trabajadores Rurales y Afines (Unatra) afirmaron que la relación entre el trabajador rural y el empleador no ha mejorado.
Todavía —dicen— existen “listas negras” y se continúa sosteniendo que “no hay mejor sindicato que el que no existe”, sostuvieron desde la gremial.
No obstante, el prejuicio hacia el trabajador rural no sólo es de la “derecha”, sino también del mismo Frente Amplio, opinó en diálogo con Campo el coordinador de la Unatra, Germán González. Y aunque no se refirió a ningún dirigente ni grupo concreto dentro de la coalición de “izquierda”, mencionó que hay productores de distintas fuerzas políticas que hablan de la lucha de clases y que, en la práctica, ignoran a sindicalistas rurales, al tiempo que incumplen con las leyes laborales.
El tema no pasa por un partido, sostuvo, y bromeó que algunos bregan por socializar todo menos las gallinas, que es lo que tienen.
Dos celebraciones y una propuesta “curiosa”
Para detener el clima de confrontación que señalan que se está instalando en el campo, la Federación Rural tiene la propuesta de juntar el Día del Productor Agropecuario, que se conmemora el 13 de abril, con el del Trabajador Rural, que se realiza el 30 de ese mes.
Desde la Unión de Trabajadores Rurales y Afines (Unatra) ya descartaron la propuesta, que todavía no fue realizada formalmente.
“Ellos son pilares fundamentales de la economía del país, pero no me parece una buena idea. El 30 de abril tiene un significado especial para nosotros”, explicó el coordinador de la Unatra, Germán González.
El sociólogo rural y ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Diego Piñeiro, dijo que la iniciativa le llamó “un poco la atención” y que le parecía “por lo menos, curiosa”. “Unir el día del productor rural y el trabajador rural sería desconocer la realidad. Pero bueno, ellos están en todo su derecho de hacerlo”, apuntó.
Agro
2014-05-22T00:00:00
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