—Estamos perdiendo una hermosa oportunidad de mostrar, otra vez, un hermoso escenario en coalición. No estoy de acuerdo en la separación para que cada partido marque su perfilamiento. Creo que hay una nueva etapa. La coalición llegó para quedarse y esta era una buena oportunidad, como la mostramos cuando votamos en la LUC, en el Presupuesto Nacional o la Rendición de Cuentas, para mostrarle a la ciudadanía que hay una coalición que llegó para quedarse, y que después va a estar unida para la elección de 2024.
—¿La LUC se defiende sola?
—Eso de que se defiende sola fue el error que cometimos cuando se juntaron las firmas. Allí tendríamos que haber salido a dar nuestra versión, para que la gente tuviera la información y decidiera si firmaba o no. Tendríamos que haber empezado mucho antes. Eso de que se defiende sola está claro que no fue así. Hubo solo una versión y se llegó a las firmas. La LUC se defiende trabajando sobre los diferentes artículos, en donde hay muchísima gente que no está informada.
—¿Está de acuerdo con los dichos del ministro Tabaré Viera de que la coalición debe tener su expresión electoral en los 19 departamentos en 2025?
—Totalmente. Para ser presidente de la República hay un sistema para que termines llegando con la mayoría. Pero el sistema electoral para elegir en los gobiernos departamentales no quedó tan representativo. La coalición tiene que funcionar en los aspectos de la elección nacional y la elección departamental, y si en Salto hubiéramos ido en coalición, tendríamos una intendencia más.
—¿Y habrá coalición en Salto?
—En Salto sí o sí va a haber coalición. Vamos a impulsar una coalición salteña y eso está avanzado y decidido. Nos estamos reuniendo, trabajando y tendríamos que transitar las autorizaciones partidarias para no tener ruidos y problemas en los partidos. Pero sí, la idea es ir con una coalición salteña, con un candidato del Partido Nacional, otro del Partido Colorado y un representante de otros partidos.
—Usted se molestó porque en Salto, Ciudadanos apoyó al excandidato a diputado Pablo Perna como secretario general departamental y no a su sector. ¿Tuvo una respuesta de Ciudadanos?
—Hace rato que no participo de la actividad orgánica partidaria en ningún aspecto. No estoy en el Comité Ejecutivo Nacional ni en el departamental, y no me presenté ni a las listas del Ejecutivo Nacional ni a las del Ejecutivo Departamental. Por una cuestión histórica no he participado de las orgánicas y he sido desordenado en esos aspectos. Lo que sí transmito es que personas, puntualmente en Salto, que han sido ofensivas y han enfrentado y atacado en forma desmesurada a mi persona, cuentan con el apoyo de los principales referentes de Ciudadanos. Y me llama la atención que no haya tenido ninguna atención de mis compañeros de Ciudadanos a nivel nacional, con los cuales he venido coordinando la bancada y trabajando de forma correcta durante todo este tiempo. Me ha llamado poderosamente la atención eso y lo he tomado como un contexto que hoy lo tengo claro, pero que no me ha conformado ni gustado. Si mañana, en algunos departamentos yo apareciera respaldando en Canelones a alguien que insulta a (Adrián) Peña o en Florida a Pablo Lanz, ¿cómo lo tomarían ellos? Yo no hago eso porque pienso en el partido. Ellos sí lo hicieron.
—¿Y a usted le interesa seguir su carrera política a nivel nacional o departamental?
—Voy a estar donde crea que tenga que estar el partido. Soy un dirigente salteño y también conozco mis limitaciones. Tengo mi zona de influencia en Salto y en el norte. Montevideo en cambio siempre me ha sido muy difícil. Pensar que puedo ser una opción nacional creo que es algo desmesurado.
—¿Volvería a ser candidato a intendente entonces?
—Sí, claramente. Veré en qué situación estoy en ese momento, si hay coalición o no. Hoy el Senado me hace estar en Montevideo de lunes a viernes, con comisiones, coordinaciones, etc. Pero si mañana veo ambiente en Salto como para poder volver a ser candidato a intendente, lo voy a hacer. Agarro los bolsos, las valijas y salgo para Salto.
—No votó a favor de uno de los artículos que están siendo impugnados, sobre la fijación del precio del combustible, y usted insiste en apoyar la desmonopolización de su importación. ¿El tema quedó laudado en la coalición?
—Hay un proyecto de ley para tratar el tema este año, que hemos estado intercambiando con el senador Da Silva y un grupo de uruguayos bien informados y asesorados de lo que se trata la desmonopolización, y que por los tiempos electorales, lo que hicimos fue postergarlo para después de la LUC. Pero sí o sí, después de la LUC, vamos a poner en agenda la desmonopolización de Ancap, para que se vote en el Parlamento. Ojalá podamos votar unidos en el Partido Colorado.
—¿El tema no fue laudado durante el tratamiento de la LUC?
—No. El tema recién empieza después de la LUC. Y creo que hay que hacerlo sin traumas, como lo he dicho en el Partido Colorado y como he estado convencido toda la vida, en los lineamientos del (ex)presidente Jorge Batlle.
—¿Cree que cambió la sensibilidad en este tema respecto a cuando se trató el primer proyecto de la LUC?
—Creo que lo del combustible no salió bien.
—¿Se refiere a la fórmula que está ahora, que fue acordada en la LUC?
—Es más transparente de la que estaba, pero no salió bien, tampoco políticamente. La gente tiene un escenario: cree que sube la nafta y sube todo. No es así. Pero es un escenario complicado desde principios de siglo lo del combustible. Recuerdo cuando el Frente Amplio era oposición a principios de siglo, en el gobierno de Batlle, el día que iba a subir la nafta era el escándalo político. Y esta vez, por más que se quiere mostrar esa transparencia y mejorar en varios temas con respecto a transparentar los costos, creo que ha terminado siendo un problema que habrá que buscarle solución y eso es así porque lo hemos hablado entre nosotros mismos. Por eso nosotros vamos a impulsar el proyecto y ojalá que varios legisladores del Partido Colorado cambien de opinión y lo acompañen, como ocurrió con otras empresas públicas.
—En la oposición hay quienes tildaron de “tibio” al gobierno. ¿Qué le parecieron esas críticas?
—Innecesarias. Si hay alguien que no ha sido tibio es el presidente, que le tocó enfrentar uno de los temas difíciles de la historia del país: una pandemia donde murieron miles de uruguayos. A veces la gente llega a los lugares, pero luego hay que dar con la talla, y Lacalle Pou en el medio de la pandemia, o en el comienzo de ella, tomó la talla de presidente en tres meses. Eso no se logra en forma sencilla. Es injusto tratar de tibio a alguien que apostó a la libertad, fue firme en tantos conceptos, cuando acá había organizaciones importantes y de mucha trayectoria hablando de caos. Y nunca cambió de posición, convencido de lo que hacía. Podrían buscar otras terminologías si están en desacuerdo en algo, o ser precisos a qué se refieren, pero tratar de tibia a una coalición que metió mucho para adelante me parece injusto. Si lo dicen de afuera, todavía, pero de adentro de los socios es innecesario.
—¿Está dispuesto a apoyar el proyecto de prisión domiciliaria para presos mayores de 65 años que impulsa Cabildo Abierto?
—Creemos que no era el momento cuando fue presentado, pero estamos dispuestos a trabajar sobre el proyecto, a tratarlo y a que se permitan modificaciones. Es negociable. No estamos cerrados como otros sectores. Es conversable y tenemos aportes para hacerle. Si tienen buena receptividad y hay algunas que otras cosas que se pueden generar, no descartamos apoyarlo.
—También fue crítico con algunos posicionamientos de Cabildo Abierto en este último año. ¿Cree que han sido socios responsables dentro de la coalición?
—Cabildo Abierto repite el mismo escenario en diciembre, en Diputados y en el Senado, con el mismo tema. Y comete el mismo error. Acá hay un partido serio y responsable que es el Partido Colorado, que basado en proyectos de ley, en estudios importantes y en una apuesta fuerte a algo tan importante como la forestación, ha ayudado a transformar este rubro en uno de los más importantes del país y eso se ha logrado en base a trabajo, seriedad y responsabilidad. Por eso tiene las inversiones que tiene y genera los puestos de trabajo que genera. Me parece que tratarlo de lobbista o decir que es una cuestión por lobby es de una ligereza y una falsedad que no se le dice a nadie sin argumentos, y menos a un socio. Con Cabildo Abierto uno puede convivir en la coalición, a veces mejor, a veces peor, pero hay cosas que a veces salen de un escenario y un contexto, y que si bien no van a provocar un quiebre, generan un desgaste. Lo del gobierno tibio y lo de tratarnos así con el tema de la forestación son cosas que no le suman nada a la actividad política. Llegaron a decir “traidores del campo” o “traidores de la producción”. Son cosas muy fuertes. No tienen por qué agredir para hacerse entender. Y también uno no tiene por qué pensar igual que ellos. Se puede pensar diferente y no por pensar diferente uno es lobbista o algunas otras cosas que tuvimos que aguantar en el tratamiento de ese proyecto de ley.
—En su momento hubo cruces entre la Lista 15 y el sanguinettismo, en la interna del Ministerio de Turismo, que terminaron con la destitución de Martín Pérez Banchero, y luego de Germán Cardoso. ¿La alianza hoy sigue vigente?
—La unión de Batllistas ha sido algo exitosa. Nos sirvió, entre otras cosas, para obtener dos bancas en el Senado, a la par con Ciudadanos, con un candidato a presidente claramente flechando la cancha para el Senado que él encabezaba. Fue un éxito para resistir esa interna y luego para ocupar los lugares que se están ocupando. No hubo complejos ni ningún problema en que hoy los dos senadores de Batllistas sean de la 15, ni tampoco que haya compañeros en diferentes ministerios, entes u otros lugares. Eso no se hubiera logrado si no nos juntábamos. En mi caso personal, haré el máximo de los esfuerzos para mantener la unión de Batllistas, entre Sanguinetti, Amorín, Tabaré Viera y Raúl Batlle. Todos tienen que permanecer unidos y yo voy a trabajar por esa unidad. ¿Por qué vamos a tocar algo que salió bien?
—¿Cree que Pedro Bordaberry va a volver a la actividad política?
—Con Pedro somos amigos, no solo en la política, somos amigos y nos vemos seguido. Nuestras familias son amigas. Tenemos una relación que hicimos desde principios de siglo y empezamos a trabajar en política juntos, y también tuvimos todas las etapas, hasta fuimos fórmula juntos. También hablamos seguido, y si él estuviera pensando en algo me lo estaría transmitiendo. Te doy la certeza de que este tema Pedro no lo está hablando ni manejando, al menos por ahora. Pedro no tiene ninguna decisión tomada ni sabe si va a tomar alguna decisión. Todo lo que leo y veo al respecto son hechos no reales.
—¿Al partido le serviría que volviera?
—Sería hoy tremendo aporte que esté Pedro. No hay cosa que desee más que Pedro vuelva a ser candidato. Pero está claro que no está en el tema. Me parece que no es lógico hablar de algo que no va a suceder o que no está sucediendo; que no va a pasar o que no está en los planes. No está en sus planes tomar ninguna decisión en este momento, ni por sí ni por no. Además, si en algún momento la toma nos vamos a dar cuenta enseguida.
—¿El Partido Colorado corre el riesgo de mimetizarse excesivamente con el Partido Nacional, al punto de no poder casi diferenciarse?
—El Partido Colorado lo que tiene que ser es consciente de que hoy es parte de una coalición que funciona. Además, tiene una juventud potente y dirigentes de primer nivel en la función pública.
—¿Por qué no despega en las encuestas? Está muy por debajo del Partido Nacional y a la par de Cabildo Abierto.
—Hace años que no despegamos en las encuestas, desde principios de siglo. Nunca tuvimos una buena encuesta nosotros. La última, y no fue tan buena, fue antes de que Jorge Batlle ganara y no llegábamos al 30%. Ganamos por el sistema de balotaje. A Sanguinetti nunca lo acompañaron las encuestas y fue presidente dos veces. Nunca fuimos amigos de las encuestas. Pero lo que siento hoy es que el partido tiene actores muy importantes que están haciendo una gran gestión y tienen una juventud que me sorprende cómo empuja, y mucha gente arraigada en el Partido Colorado. También entiendo que la sociedad con el Partido Nacional hoy le está rindiendo al Partido Colorado, teniendo en cuenta que en frente hay un adversario potente como es el Frente Amplio, que gobernó 15 años y que es un partido político que en el último siglo mostró toda su potencialidad y hoy la está mostrando de vuelta. Esto es lo correcto y es lo que hay que hacer: estar unidos. No es tiempo de perfilamientos para los partidos de la coalición con algo tan potente en frente y que piensa tan distinto como nosotros, y que gobierna departamentos como lo hace con Montevideo, desde 1989. Tampoco podemos estar pensando qué nos conviene y qué no. Sí me parece en este escenario que el Partido Colorado tiene para crecer, para seguir avanzando, y que el mayor problema en la coalición no es con el Partido Nacional, sino con Cabildo Abierto, que permanentemente busca sus futuros integrantes dentro del Partido Colorado. Se puede convivir con las diferencias con Cabildo Abierto, pero lo que no puede ser es que Cabildo Abierto esté todo el tiempo intentando armar su capital social con dirigentes colorados.
—¿Les roba dirigentes?
—No sé si nos roba, pero los conversa todo el tiempo.
—¿También hay casos que no han trascendido?
—Claro, porque no todo es “sí”. Hay varios “no”.
—¿Es una práctica reiterada?
—Una ingeniería constante.
—¿Lo han hablado a nivel del partido?
—Entre nosotros sí, con ellos no.
—Están pescando en la misma pecera que ustedes…
—Eso es contundente. Quiere crecer en muchos aspectos en base a eso y lo ha demostrado, ha hablado con muchos dirigentes colorados.
—¿Van a hacer algún planteo?
—No. Pero no está bueno que entre los socios, si lo más importante es la coalición, la república y el país, sucedan estas cosas. Acá necesitamos que el Partido Nacional mantenga su capacidad, que el Partido Colorado crezca y que Cabildo Abierto crezca, a instancias de otros lados. Además precisamos un Partido Independiente con una expresión mucho más fuerte de la que tuvo en la última elección, con un solo diputado; y un Partido de la Gente que vuelva a rearmarse. Precisamos de todos los partidos. Las elecciones son muy cerradas.