El informe sostiene que la alteración en el ciclo de recolección del camarón “está vinculada a una superabundancia en momentos atípicos que también tiene su origen en el cambio climático”. Justamente, el biólogo e investigador Santiago Silveira, integrante de la Unidad de Gestión Pesquera Atlántica, explicó a Amenaza Roboto que la presencia de crías de camarón “se vio favorecida por el mayor ingreso de aguas oceánicas de origen tropical causado por la sequía”.
Sin embargo, como efecto de la pesca temprana —e ilegal— “el mercado tuvo inicialmente un gran volumen de camarones de menor dimensión y peso, lo que repercutió en el valor del producto y en la ganancia de los pescadores artesanales”, indica el estudio.
Los autores afirman que la evolución de la pesca del camarón “es un ejemplo de la influencia directa del cambio climático en las actividades cotidianas”, ya que sus efectos “influyen en zonas críticas cuando se interrumpe la cadena de abastecimiento y con ella el equilibrio económico en un sector productivo hasta ahora sustentable”.
Empleadas domésticas
El segundo caso de estudio se centró en la capital del país y buscó analizar las consecuencias del cambio climático en la vida cotidiana de las trabajadoras domésticas de Montevideo. El informe sostiene que cuando llueve en la ciudad hay personas que deben cambiar sus rutinas para llegar al trabajo y es el lugar de residencia, lo que “determina las diferencias en la actividad diaria de los habitantes”.
Es así que la infraestructura sanitaria y la movilidad impactan directamente en el mundo del trabajo doméstico remunerado, señala el informe, al ser el ómnibus “el medio de transporte por excelencia” de estas trabajadoras en Montevideo.
Cecilia Rossel, socióloga y profesora titular del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Católica, indica en el informe que “el problema no es si alguien puede llegar al punto al que quiere arribar, sino en qué condiciones es que hace eso”.
“Pareciera que está todo bien cuando en realidad el sistema es relativamente precario en ciertos sectores sociales. Ahora funciona pero ante cualquier situación se desarma”, mencionó en relación con el Sistema de Transporte Metropolitano.
Para analizar esto, los investigadores realizaron un geoprocesamiento donde cruzaron mediante el uso de sistemas de información geográfica la base de datos del censo de población de 2011 del Instituto Nacional de Estadística (INE), la base de datos de las líneas de transporte urbano de la Intendencia Montevideo y la línea de inundación publicada por el Ministerio de Ambiente, “modelada para el escenario climático más extremo”, explica el documento.
Entre los resultados, señalan que el nivel del mar crece a razón de 1,1 milímetro por año “y se proyecta que diversos puntos de la ciudad serán inundados”. Incluso, aseguran que la Montevideo de 2100 “será distinta a la actual” y que, según las proyecciones más conservadoras, “el agua podría inundar hasta el 10% del territorio”.
Por otro lado, el informe señala que cerca del 40% de las empleadas domésticas de la capital reside en Maroñas, una zona afectada por las inundaciones provocadas por las intensas lluvias de agosto de 2023. Y otro 30% vive en la zona oeste de la ciudad, como Villa del Cerro y Casabó, barrios de “viviendas modestas con problemas de saneamiento, basurales e inundaciones”.
A su vez, las empleadas domésticas trabajan en los barrios de mayor nivel socioeconómico, como Punta Carretas, Pocitos, Malvín, Punta Gorda o Carrasco. Varias líneas de ómnibus conectan a las trabajadoras con sus empleos y en días de poco tránsito el recorrido en ómnibus hacia esas zonas lleva en promedio una hora y media. Sin embargo, asegura el informe, “algunas de estas líneas pasarán por zonas inundables hacia 2100”.
“Si la zona se inunda, como ocurrió en el verano de 2022 en Malvín, las rutas de transporte que hoy utilizan las trabajadoras serían interrumpidas (…). Hoy, ante lluvias intensas, en estas zonas ya es difícil llegar a las paradas para salir de sus barrios”, indica el documento.
Al mismo tiempo, sostiene que “el escenario más probable” es que los tiempos de viaje se incrementen entre 15 y 60 minutos, lo que “repercutirá en la calidad de vida de estas personas, así como un aumento en la cantidad de días en que se verán impedidas de trasladarse de una zona a otra de la ciudad, recortando sus oportunidades laborales”.
La socióloga Laura Marrero, consultora del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y referente de género en la Dirección Nacional de Cambio Climático, afirmó citada por el informe que frente a una inundación “muchas veces la vivienda no se ve afectada, pero las personas quedan imposibilitadas de transitar en su rutina diaria.
“Si tu medio de transporte es a pie, en bicicleta o en moto, tendrás una afectación diferente a que si tu movilidad depende de un vehículo de alto porte”, señaló.
En ese sentido, la investigación de Amenaza Robot sostiene que debido al cambio climático, a la variabilidad climática y a la falta de políticas públicas adecuadas “el recorrido de las líneas de ómnibus para ir a trabajar del oeste al sur de Montevideo se verá afectado en menos de 80 años”. Además, desviar las rutas de los ómnibus a consecuencia de las zonas inundadas “extenderá el tiempo de viaje o podrá forzar a las trabajadoras a que deban hacer más conexiones para llegar en hora al trabajo”.
Entienden de esta forma que la accesibilidad territorial “afecta la calidad de vida de los residentes de Montevideo”, y el hecho de que se proyecten inundaciones que reconfiguran las rutas de líneas capitalinas “impactará en la dificultad de acceso a servicios básicos”.
Por último, el informe analizó la situación en el departamento de San José y señaló puntualmente que gran parte de la población de Ciudad del Plata, a la que define como ciudad dormitorio, “se verá afectada por las inundaciones proyectadas por el Ministerio de Ambiente a causa del cambio climático”.
Para llegar a esa conclusión, Amenaza Roboto utilizó además de diferentes bases de datos abiertos la herramienta Light Detection and Ranging (Lidar), una tecnología de última generación que permitió relevar la superficie de la ciudad, “con el objetivo de identificar y visualizar el impacto del incremento del nivel del mar por causa del cambio climático en la población y sus ecosistemas”, con la mayor precisión posible.
Actualmente dos tercios de la población de Ciudad del Plata vive en Delta del Tigre, un área plana donde las “inundaciones por drenaje pluvial ineficaz, mareas y sudestada son habituales”, a lo que se suma el riesgo de inundación por precipitaciones anómalas en la cuenca alta del río Santa Lucía, señala el documento.
En esa línea, la investigación menciona entre sus principales resultados que los barrios Delta del Tigre y Penino-Autódromo podrían inundarse hacia el 2100, según proyecciones de la cartera de Ambiente ante eventos climáticos extremos.
Además, afirma que cerca de 200 hectáreas de planicies de inundación de Delta del Tigre “se verían colmadas de agua, desplazando a 3.671 personas de sus residencias”, y “en varias áreas el agua cubriría totalmente sus viviendas, ocasionando su desocupación temporal”. De la misma manera, ante un potencial incremento del nivel del mar en 200 hectáreas de Penino-Autódromo, “el 80% de la población (1.157 habitantes) del área sería desplazada y vería sus hogares cubiertos casi en su totalidad por el agua”.
“Ante el escenario climático proyectado, al menos dos centros poblados quedarán sumergidos”, incluyendo los centros educativos de Delta del Tigre, así como los comedores escolares que se ubican hoy en zonas inundables, menciona el informe; además, el ciclo de vida de la fauna y la flora de la reserva natural Playa Penino se verá afectada y “la rutina de gestión de residuos y operaciones de las industrias químicas circundantes deberán ser modificadas”, agrega.
Periodismo de datos
Para poder elaborar el informe, Dobrich, fundador y director de Amenaza Roboto, y Farías, jefe de Special Projects Desk de la plataforma, se basaron en la política de datos abiertos que impulsa el país. Según dijeron a Búsqueda, tanto para esta investigación como para otras anteriores –que allanaron el camino– lo que hicieron fue estudiar los materiales ya disponibles dispuestos por el Ministerio de Ambiente para estudiar las diferentes zonas del país.
“Es una política fantástica que Uruguay permita que la ciudadanía y los periodistas podamos trabajar con diferentes data sets abiertos, y combinarlos con nuestra investigación”, señaló Dobrich. Además, se refirió al uso de la herramienta Lidar, y aseguró que es “algo totalmente revolucionario para el periodismo”. “Llegamos a algo mucho más preciso que lo que tiene el propio Estado”, celebró.
En tanto, Farías se refirió a los resultados obtenidos y dijo que el cambio climático “ya está afectando la actividad de los trabajadores”. “No hay que esperar a lo que ocurra dentro de 80 años. Por eso la idea es dar a conocer estas situaciones para que se generen políticas públicas de apoyo”, señaló.
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