Fue como si se hubieran puesto de acuerdo. Con pocos días de diferencia, los principales precandidatos presidenciales dedicaron varios minutos de sus discursos y espacios en sus agendas para hablar sobre la inseguridad. Lo hicieron tema central de campaña. Y en todos los casos quedó bien evidente la intención de mostrar la cara más firme, la mano más dura, ante la delincuencia. Algo que no llamó demasiado la atención en los mensajes lanzados por los candidatos de la oposición, pero sí en el que envió el precandidato frenteamplista Tabaré Vázquez, que la semana pasada reconoció que existen “problemas” en la seguridad ciudadana y prometió ser “extremadamente severo” para encararlos.
Unos días después de estas palabras de Vázquez, el precandidato colorado Pedro Bordaberry, que ya venía insistiendo en el asunto, aprovechó para renovar sus cuestionamientos en un tema que es eje de su campaña. No solo presentó un spot televisivo en el que mira serio la cámara y afirma que la inseguridad “es un problema que tiene solución” y que en sus manos está el “mejor plan para devolver la paz a las calles y a las familias”. También cargó directamente contra el ex presidente y las medidas tomadas durante su administración —la de liberar presos, por ejemplo— como causas de la situación de inseguridad actual. Dijo durante un discurso el lunes 28 que se ha “perdido tranquilidad y paz” en Uruguay y afirmó que hoy Montevideo tiene “más homicidios que San Pablo”.
El chisporroteo no le pudo venir en mejor momento al precandidato blanco Jorge Larrañaga, que con estas voces de fondo presentó ayer martes 29 su plan de seguridad que incluye 60 medidas para “proteger la vida de los uruguayos”. Y así fue que tras varios días con la palabra “inseguridad” incrustada en la agenda política, ayer los medios de comunicación replicaron durante toda la jornada algunas de las medidas propuestas por Larrañaga y su equipo: botones de pánico en los domicilios para avisar a la Policía en casos de emergencia, agravar penas en los delitos contra ancianos y policía militarizada en las calles.
“Claro que tenemos problemas”.
El miércoles 23 en la ciudad de Young (Río Negro) el equipo de Vázquez presentó la nueva estética de campaña con su eslogan “Vamos bien”. Como en cada uno de sus discursos, el ex presidente cerró el acto explicando el triunfo al que se apunta y terminó arengando con la famosa frase del revolucionario Ernesto “Che” Guevara: “Hasta la victoria siempre”. Parte de esa victoria, repite siempre, es “mejorar la democracia”, “mejorar la seguridad ciudadana”, “mejorar el hermoso país”.
Sin embargo en ese acto en Young hizo una pequeña modificación a su tradicional cierre. “Tenemos seguridad. ¡Claro que la tenemos! Pero también tenemos problemas”, alertó. “Claro que los tenemos ¿quién no los tiene? Toda la región los tiene”, agregó y apuntó que varios organismos internacionales “reconocen a todos los vientos” que Uruguay es el país más seguro de America Latina. El ex presidente se comprometió no obstante a forjar “un país más seguro y con mayor convivencia ciudadana”.
Al día siguiente en la ciudad de Dolores (Soriano) el precandidato dedicó su discurso a recordar los logros de los gobiernos frenteamplistas. Se enfocó en 20 capítulos donde desarrolló logros en la economía, salud, educación. El capítulo 15 lo destinó para hablar sobre la “convivencia y seguridad ciudadana”. Insistió en que pese a que “queda mucho por hacer”, Uruguay es el “país más seguro de Latinoamérica”. Remarcó las inversiones para “dignificar la función policial” y puso énfasis en la importancia de reparar a las “víctimas de la delincuencia”.
Prometió, finalmente, mayor “severidad” para controlar los problemas de inseguridad. “Vamos —en un tercer gobierno del Frente Amplio— a ser extremadamente severos con la delincuencia. Extremadamente severos con la violencia. Pero la misma severidad la vamos a tener contra las causas que ocasionan la delincuencia y la violencia”, enfatizó Vázquez bajo los aplausos de la numerosa platea que lo escuchaba en el cine de Dolores. También resaltó el trabajo que los gobiernos frenteamplistas hicieron con los delitos de “cuello blanco” muy vinculados con el tráfico de drogas. “Cuando llegó el Frente no había un solo preso por los delitos de cuello blanco. Hoy hay más de 130 personas presas por delitos de lavado de activos”.
“Somos menos libres” y el “Plan Libertad”.
En la última semana, Bordaberry resolvió hablar en profundidad del tema de la inseguridad. Lo puso en el centro de su discurso durante recorridas por el interior del país. También le dedicó un espacio en su columna habitual de los domingos que publica en la red social Facebook. El lunes 28, durante un acto realizado en el barrio La Blanqueada de Montevideo, se explayó por más de la mitad del tiempo a hablar de los problemas de seguridad. Expresó su compromiso de “recuperar la libertad” para “poder salir de noche solos por las calles”.
“La libertad de no tener que vivir enrejados, la libertad de poder dejar nuestras casas solas, a nuestros mayores solos. Somos menos libres para andar por la calle, somos menos libres para vivir”, enfatizó.
La “libertad” fue, justamente, la palabra y el concepto al que apeló Larrañaga para denominar su plan de seguridad. En una conferencia de prensa en el Parlamento, el precandidato blanco expuso ayer algunas de las principales ideas del programa que está guiado por cinco líneas principales: “Mano dura contra la delincuencia, una mejor policía, la transformación del sistema carcelario, la modificación de normas y procedimientos de trabajo, y la incorporación de políticas de inclusión social” para abordar integralmente el problema.
Larrañaga dijo que pondrá el acento en “recuperar el rol de gendarme del Estado” y aclaró que cuando habla de “mano dura” lo hace convencido de que “hay que proteger a la gente honesta siendo firmes en el cumplimiento de la ley. Es una actitud. Es severidad ante la reincidencia y ante los delitos violentos”.
El otro precandidato blanco, Luis Lacalle Pou, se distanció sin embargo de las propuestas de Larrañaga sobre seguridad. En especial en la idea de militarizar la policía. ”No queremos que las calles de nuestro país sean una guerra”, afirmó en un acto reciente. Y recordó que Uruguay “tiene más agentes policiales por habitante que Chile y México”.
Vázquez y los “crueles” peligros.
El otro tema que inevitablemente se coló en los discursos sobre la inseguridad fue el del plebiscito para bajar la edad de imputabilidad penal de 18 a 16 años. Vázquez ha mostrado una clara postura en contra desde el inicio de la campaña. En cada discurso repite que no está de acuerdo con la iniciativa liderada por el Partido Colorado. Incluso lo reafirmó el mismo día en que se abrazó con uno de sus principales impulsores, el senador Bordaberry, cuando lo fue a saludar en un acto en Castillos (Rocha). Pero en su última gira por Río Negro, Soriano y Colonia el precandidato del Frente Amplio fue aún más contundente en su posición. En uno de los actos durante esa recorrida volvió a referirse al tema advirtiendo de los “crueles” peligros que se corren si el resultado del plebiscito es favorable. “Quizás sea muy cruel con lo que voy a decir”, adelantó Vazquez el viernes 25 en Rosario (Colonia) generando un claro silencio y la atención de la platea. “Un joven de 16 años que atraviese la puerta de una cárcel de adultos lo primero que le va a suceder es que lo van a violar, lo van a ultrajar y lo van a educar para que siga viviendo toda su vida en delito”, advirtió el ex presidente de la República.
Vázquez preguntó a los presentes si eso es lo que quieren para las futuras generaciones. El silencio en el salón se mantuvo. El precandidato dijo que entiende el dolor de las familias de víctimas que han “sufrido robos y muertes” y por eso es importante “atenderlos de forma económica y psicológica”. Sin embargo opinó que es inadmisible dejar “sin dar ninguna oportunidad” a los menores infractores y “condenarlos a no recuperarse en el resto de su vida”.
Para Vázquez, incluso los que se equivocan tienen derecho a recuperarse. “El ser humano está codificado para el error. En algún momento de la vida todos cometemos errores. Es así”, reflexionó y explicó que es un tema “genético y estadístico”. Pero opinó que quienes cometen errores tienen derecho a una oportunidad para recuperarse. “Al que se equivoca hay que darle oportunidades”, remarcó.
“Por eso decimos no a la baja de la edad de imputabilidad. A los jóvenes hay que darles oportunidad, contención, educación. Hay que darles valores, trabajo digno y al que se equivoca darle oportunidad para que se rehabilite”, insistió el precandidato frenteamplista. En esa línea criticó a los impulsores de la iniciativa porque dijo que no entiende por qué se optó por fijar la edad en 16 años.
“Sinceramente no entiendo; no tengo muchas luces —bromeó— pero no entiendo qué es ese número mágico de 16 años”, dijo y desde la platea una señora le recordó que en la quinielas el 16 es el anillo. Vázquez sonrió y continuó con su razonamiento: “Podría ser bajar a los 15 o a los 13 años y dos días. O a 17 años y una hora ¿Con qué razonamiento se elige los 16 años?” se preguntó.
En sus últimos actos, Bordaberry defendió la baja de imputabilidad y arremetió contra las críticas. “Ustedes han visto la liviandad con que en el oficialismo se ha manejado esa propuesta por la que firmaron 375.000 uruguayos hace un año y medio. Parecería ser que es una fiesta hablar de esto, que es una cosa divertida, y entonces hacen campañas livianas sin pensar en el dolor de las víctimas, en los derechos de las víctimas. Nos dicen que no, como han dicho toda la vida. Y nosotros decimos que sí a la baja, sí a la vida, sí a vivir en paz, sí a vivir con tranquilidad, sí a recuperar los valores, sí a recuperar la sociedad”.
El líder colorado dijo que cuando se apruebe la reforma que plantea, entre otras cosas, bajar la edad de imputabilidad, se le estará dando “un mensaje bien claro a los delincuentes diciéndoles que no queremos más a los que delinquen, al sistema político se le dirá que se ocupen del tema y le devuelvan la paz que se ha perdido”.
“Algunos han interpretado que la no contestación de estas cosas como que no nos interesa el tema. ¿Alguien puede imaginar que después de esa campaña épica de juntar 375.000 firmas en once meses no íbamos a defender eso que el pueblo conquistó con su firma en la calle? No, lo vamos a defender una y otra vez”, arengó Bordaberry.