Otro desafío para el sector es el menor número de productores con predios más grandes, lo que representa una concentración de la producción. Eso no es bueno socialmente pero sí lo es en términos competitivos, opinó. Y advirtió que “si no hay cooperativas, ese proceso es mucho más fuerte”.
En “tiempos de crisis”, Fava aconsejó a los productores “la búsqueda de la excelencia, que es trabajar mejor para obtener ganancia de productividad, y de la innovación, que es hacer lo que otros no hacen”. Y el método empieza en inversiones para bajar costos, señaló.
Precisó que la estrategia pasa por “ser más competitivo, tener más mercados y más producción para romper con la tradicional secuencia de la agricultura de que a precios buenos se decide aumentar la producción”.
Planteó “un cambio de visión, de más expansión en el mercado y con más fuerza colectiva” a los asistentes que llenaron una amplia sala de la chacra San José, donde se realizó el foro el jueves 1º y el viernes 2.
“Es impresionante la cantidad de información técnica que obtiene la cooperativa en estos dos días del foro, que sirve para hacer más con menos”, destacó.
Precios muy buenos no son buenos
“Usted volverá a su casa y le dirá a su esposa que hoy cuando empezó el foro habló una persona venida de Brasil, un poco perturbada, que nos dijo un absurdo, una cosa increíble, que los precios muy buenos no son buenos”, dijo Fava a los participantes del evento.
Argumentó que “cuando los precios son muy buenos, en la agricultura hay una mayor producción, porque mucha rentabilidad hace que gente que no es competitiva entre en el mercado, empieza a producir y bajan los precios por una reacción de la producción”.
Eso fue lo que pasó en los años recientes.
El “mejor concepto” es tener “precios suficientes, que den una garantía de rentabilidad buena para los productores”, consideró.
El índice de precios de los alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) muestra que el valor medio entre 2002 y 2004 fue de 100, en los años siguientes superó ese nivel y trepó hasta 230, en 2011, para luego caer a 155, en agosto de este año. “Pero esos precios siguen siendo mejores que al inicio de los años 2000”, .
Pese a que “la situación del momento no es buena”, el especialista brasileño dijo tener “una visión optimista para la producción agrícola para Uruguay y para Brasil”. “Puede que no sea buena para este año y el próximo, pero en un análisis de 10, 15 o 20 años, no hay cómo ser una persona negativa considerando las perspectivas agrícolas a largo plazo”, señaló.
Respecto al consumo de alimentos en el mundo, las últimas proyecciones poblacionales de distintos organismos internacionales indican que para 2050 habrá 9.200 millones de personas, en 2100 habrá 11.200 millones. “No es en Uruguay ni en Brasil que estará toda esa gente sino en el otro lado del mundo”, comentó.
Para Fava, en Egipto, Indonesia, Bangladesh, estará el crecimiento poblacional, y eso es bueno para nosotros porque ahí estará la gente pero no los recursos productivos.
El ingeniero agrónomo hizo especial hincapié en los cambios que registran algunos países emergentes. “India crece en población un Uruguay cada un mes y 15 días”, indicó.
Reconoció que el mercado interno es bueno para Conaprole, pero imagínese ese dato de la población india de un Uruguay nuevo en un mes y medio y un Brasil cada 10 años.
“No voy a hablar de China, India es el futuro, por lo que pasa en aquella región del mundo, pero no es solamente importante lo que ocurre en esos dos países, sino que hay otros que tienen un desarrollo de su economía y una distribución de la renta”, analizó.
En ese sentido, Fava dijo que las economías de Asia y de África son las que tienen “mejores oportunidades” para las exportaciones de los productos agrícolas en los próximos años. En esas regiones del mundo tienen poblaciones crecientes y jóvenes, y un proceso de urbanización rápido. India tiene solo 40% de su población en la ciudad y el crecimiento de Bombay por año es de 400.000 personas, resaltó.
Esa migración del campo hacia la ciudad representa cambios en los hábitos de alimentación y posibilidades para la venta de los productos del agro.
Una “amenaza” para Conaprole, y otras industrias que exportan alimentos, es que los países importadores de lácteos son exportadores de petróleo, y con los bajos precios del crudo “hay menos plata para comprar” a Uruguay y a Brasil, advirtió.
Y mencionó que los casos “más notorios” son Nigeria, Venezuela y Rusia, entre otros mercados.
Los países que incentivan los biocombustibles también son interesantes porque están sacando tierra de la producción de alimentos para elaborar esos insumos para los autos, según el expositor.
Otro país que cobra importancia para los agronegocios es Indonesia, que se convirtió en el mayor importador de azúcar del mundo. El 50% del azúcar comercializado en el mercado internacional se produce en Brasil, y hace unos cinco años nadie hablaba de Indonesia, que hoy es el principal comprador, comentó.
No es un desastre
Fava recordó que para una charla que dio en diciembre del año pasado tomó las proyecciones de todos los bancos y ninguna advertía la desvalorización de la moneda en Brasil “con la fuerza que viene ahora”, y agregó que “ninguna estimaba un dólar a un valor superior a tres reales, ¡y ahora está a cuatro!”.
En términos generales, en la desvalorización de la moneda hay más puntos positivos que negativos para la agricultura, ya que los productores y exportadores venden los granos en dólares y pagan sus costos operativos y productivos en la moneda local, explicó. “Pero todos quedamos más pobres, este es un dicho que hay en Brasil”, donde “los brasileños, como resultado del gobierno del Partido de los Trabajadores, todos estamos mucho más pobres”, comentó. Expresó que eso “es un contrasentido, es impresionante”.
Consultado por Campo, Fava declaró que “peor de lo que está hoy no estará” la economía brasileña, que tendrá una caída del Producto Bruto Interno de 3% y el consumo de algunos productos bajará entre 5% y 7%.
“Crisis para Conaprole en Brasil significa que va a vender 10% menos de lo que vendía en ese mercado, lo que no es un desastre y no dejará de colocar sus productos” en ese país, aclaró.
Para Fava, al igual que en Venezuela, donde hay elecciones a fin de año, en Brasil la situación “puede cambiar más rápido de lo que pensamos porque hay un proceso de impeachment (juicio político) y un nuevo gobierno con mucho más orientación al mercado” podría llegar.
“Son riesgos para hoy, que de aquí a un año pueden no estar más”, relativizó.
Otra “vulnerabilidad de Uruguay” es que tiene “un mercado muy desarrollado y distinto al de Brasil, que tiene un promedio de consumo de lácteos que todavía es bajo”, comparó.
Por eso ese especialista aconsejó “mirar para afuera” para crecer, aunque advirtió que “afuera las informaciones no son buenas, con Brasil y con Venezuela en 2015 y en 2016, entonces hay que buscar otros mercados y diversificar”.
EEUU come más
“¿Solo debemos concentrarnos en los mercados emergentes y dejamos a Estados Unidos afuera?”. Con esa interrogante, Fava Neves planteó a los productores presentes en el foro la necesidad de que Conaprole apueste al mercado norteamericano.
En una reciente columna que escribió en el diario “China Daily” sobre el desarrollo del mercado de alimentos estadounidense, ese profesor de la Universidad de San Pablo incluyó algunos datos relevantes, como que el negocio de venta y servicios de comida en ese país creció unos U$S 80 millones por día en los últimos años y que las importaciones de alimentos de EEUU pasaron de U$S 40.000 millones, en 2000, a U$S 115.000 millones, en 2015.
Eso implica que la importación estadounidense de comida crece a un ritmo de U$S 15 millones por día y algo más de U$S 10.000 por minuto.
Mostró además las proyecciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) de la producción, el consumo y los precios de los commodities agrícolas hasta 2024 en las distintas regiones del mundo.
En diez años, la producción de leche pasará de 480 millones de toneladas a 660 millones de toneladas, y los precios para la leche en polvo tendrán un leve incremento y quedarán en unos U$S 3.500 la tonelada en los próximos años.
El consumo de lácteos crece 2,5% anualmente.
“Hay más clientes, hay mercado pero no hay precio, pero los lácteos están mejor que otros productos agrícolas que no tienen precio ni mercado”, valoró.
Evaluó que “los ganadores de este desarrollo del mercado de alimentos son los que administran mejor los recursos, porque los riesgos y la incertidumbre son para todos”.
El especialista brasileño basó su mensaje “optimista” a los productores uruguayos de leche en que “hay mucha gente en el mundo que no tiene los recursos necesarios para la producción, que son tierras de calidad y agua”.
Comentó los casos de los estados de California y Florida, en EEUU, que debieron recortar su producción de frutas y hortalizas debido a la escasez de agua.
Planteó su visión diferente respecto al impacto del cambio climático en la producción de alimentos, al señalar que considera más notorio ese problema en la ocurrencia de fenómenos locales y regionales y no tanto globales.
Otro factor analizado por Fava es el vinculado al costo de la mano de obra y la educación.
Basándose en informes de la OCDE indicó que las regiones del mundo que, en dólares, van a comprar lo mismo que van a vender en los próximos años y que están en equilibrio, son Estados Unidos y Europa, y los que tendrán un resultado negativo en cuanto a que cada año deben comprar más de lo que su capacidad de producción les genera son los países asiáticos y africanos. Latinoamérica figura entre las regiones que tendrán un saldo positivo en ese balance. A partir de eso consideró que en los próximos años Brasil, Uruguay y otros países latinoamericanos son “los grandes ganadores del mercado, aunque con precios más complicados”.
A la pregunta de cómo sobrevivir a la situación de commodities a valores más bajos, Fava dijo a Campo que la estrategia es “emplear la tecnología que permita garantizar una producción mayor con la utilización de menos recursos”. Y “el optimismo es porque los números son contundentes y dan las perspectivas de que cada vez habrá más consumidores que demandarán los productos lácteos, pero hoy los análisis internacionales indican que los precios serán prácticamente iguales a los actuales”, resumió.
Café con leche
¿Cuántos amigos tiene Conaprole en Facebook? Son 209.000 seguidores. ¿Y cuántos amigos tiene Juan Valdez? Unos 3 millones.
Tras comparar esos datos de la industria láctea uruguaya y la reconocida empresa de café colombiano, el especialista brasileño aconsejó seguir un modelo similar en cuanto a la imagen a difundir en el mercado. Incluso planteó la posibilidad de contactar con esa firma cafetera, “ya que son productos complementarios”.
“Conaprole tiene que adoptar una estrategia parecida a la de los caficultores de Colombia en utilizar el concepto que está detrás de la producción de café, de los pequeños productores, de la sustentabilidad económica y social”.
A modo de argumento comentó que “Uruguay es un país bonito y mucho más equitativo que otros países latinoamericanos; entonces la entrada de Conaprole a Estados Unidos debe ser más identificada en los paquetes al concepto de su marca, como el café colombiano Juan Valdez”.
“No es un helado de una multinacional, es un helado de productores que trabajan colectivamente en una cooperativa”, valoró.
Durante su presentación, Fava señaló que “los productores se comunican muy mal con la sociedad” y dijo que es necesaria “una percepción mucho más intensa de la fuerza que tiene la producción agrícola”. “Si hay comida es porque hay un productor, y si hay renta para distribución de programas sociales, es porque hay exportaciones y porque hay generación de renta”, enfatizó.