Casualmente, los departamentos en emergencia están ubicados al sur del río Negro: San José, Canelones, Flores, Florida, Lavalleja, Treinta y Tres, Cerro Largo, Maldonado y Rocha.
Precio de ruina
El precio de la leche que paga Conaprole a los tamberos remitentes “está levemente por debajo al de hace un año”, debido a que esa industria recurrió a un fondo de estabilización para no determinar una rebaja mayor en el valor pagado a los productores.
En junio, esa empresa pagó 8,10 pesos por litro de leche remitida y “es prácticamente un hecho que estará por debajo de 8 pesos” el precio correspondiente a julio, opinó González, considerando que continuó la caída de la cotización de los lácteos en el mercado internacional.
Desde mediados de marzo hubo permanentes reducciones en los valores de los productos lácteos rematados en la plataforma de negocios de la firma neozelandesa Fonterra, conocido como Global Dairy Trade. El martes 4 se registró la décima caída consecutiva de precios con un promedio de 9,3% de disminución, en el caso de la leche en polvo entera 10,3%, la leche en polvo descremada 14,4% y la manteca 6,1%.
Al comparar el precio que reciben de Conaprole con el que pagan otras empresas, González dijo: “Si miramos para el costado, otras industrias del sector no lo han podido sostener y habría que ver si no hay alguna otra que está aprovechando el momento para sacar beneficio propio”. “Porque que haya industrias que hoy estén anunciando a los productores que le van a pagar 4,50 pesos por litro de leche es de ruina”, se quejó.
Eso comentó en alusión a la rebaja anunciada por la firma Indulacsa, de Salto, que es propiedad de la compañía francesa Lactalis, en el valor de ese producto.
En Sarandí Grande la situación “no es de las más complicadas, aunque tenemos dificultades”, dijo.
Hay una amplia diversidad de situaciones en el departamento, porque a unos 10 kilómetros de esa localidad floridense hay zonas donde los campos están secos, porque casi no llovió, y a poca distancia de allí en otros lugares hubo algunas precipitaciones pero escasas, según los productores.
González comentó que “desde mediados de febrero hasta ahora, unos cinco meses, las lluvias fueron muy desparejas y las reservas de alimento para las vacas se terminan”.
“De aquí para adelante, si no llueve, va a haber medidas que nos servirán a todos”, consideró.
Hasta el momento ese tambero dice que no ha tenido que tomar créditos porque hizo una “buena reserva forrajera”.
“Eso no me ayuda a producir, pero hoy en día no sirve invertir en producir porque es un gasto no es una inversión”, comentó.
Ese productor también habló del nuevo fondo lechero, que creó el gobierno. “La gente piensa que nos va a venir plata a los tamberos. No, es una deuda que tenemos que pagar, no es una solución, no tiene un subsidio”, opinó.
Perder plata
“La vaca hay que mantenerla, tiene que estar fuerte para que en algún momento pueda empezar a producir bien y a bajo costo”, señaló González pensando en la próxima primavera.
Ahora, durante el invierno, “tratamos de mantener los animales a base de forraje, no de la compra de ración”, dijo. Ese tambero afirmó que decidió “no comprar ración porque es inviable, es perder plata”.
En los días previos, González plantó avena “con la esperanza de que vaya a llover entre hoy y mañana”. No le falló el presentimiento, porque a los pocos minutos comenzó a lloviznar y es probable que en pocas semanas broten las primeras semillas y crezcan esos cultivos que le servirán para alimentar a sus vacas.
Ese establecimiento, ubicado en el kilómetro 174 de la Ruta 5, tiene un promedio de producción de 3.300 litros de leche por hectárea, lo que está algo por debajo del promedio nacional, que es de 4.000 litros, según una reciente encuesta del Instituto Nacional de la Leche.
Al justificar esa capacidad de producción lechera, González aclaró que “no se dedica exclusivamente a producir leche”, porque también cría y engorda los terneros para producir carne.
En dos ordeñes que realizan cada 12 horas, en este momento ese productor obtiene entre 13 a 14 litros por vaca, dijo. Y aclaró que su producción es básicamente sobre un sistema pastoril. En el año alcanza a sacar 20 litros diarios por vaca.
En otros tambos donde utilizan granos para complementar la alimentación del ganado pueden llegar a 25 litros por vaca al día, comparó.
Al pie de la vaca
Considerando la problemática actual del sector, González dice convencido que “se va a achicar la lechería en Uruguay”, porque “hay varios productores pensando en liquidar sus tambos” y en los últimos tiempos aumentó la cantidad de ganado de la raza Holando que fue a faena en los frigoríficos.
En su caso, González rechaza rotundamente la posibilidad de abandonar el tambo.
“Mi viejo arrancó en 1970 (con ese trabajo) y ¡pasaron tantas crisis de la lechería!”, señaló. Dijo: “Hoy estamos mal pero vamos a aguantar el chaparrón”.
El trabajo en el tambo es cansador y a esta altura del año, cuando los días fríos se sienten en las heladas sobre el campo, los productores reniegan de tener que hacer esa actividad, reconoció.
Como una forma de alentarse y convencerse de que ya llegarán tiempos mejores ese tambero expresó: “Ojalá llueva y mañana venimos más contentos y con más ganas”.
“¿El precio? Y, es secundario, lo peor es el clima, que no llueve y que las vacas andan balando en la vuelta del galpón y tenés que darles de comer contado, porque la comida está cara y no te da resultado”, se lamentó.
A unos metros de su hijo, Cándido escucha atento y se mueve entre los animales que andan por el establecimiento. Se muestra con ánimo para seguir trabajando en el tambo. “Nadie me obliga, hago lo que puedo y quiero, y parte de la salud de uno es moverse”, comentó.
Recordó que su padre siempre le decía que el que no comía “de sus manos, de su propio trabajo, en algún momento iba a pasar hambre”.
Y se entusiasma al hablar de los políticos y del gobierno. “El campo lo conocen por fotos, nunca trabajaron la tierra. ¿Crees que alguno de los que están allá arriba, sea el presidente, sean los ministros, alguna vez dieron vuelta un terrón?”, planteó.
Dijo que “el ministro de Ganadería (Tabaré Aguerre) es arrocero, que no es lo mismo que ser tambero”. “El arroz es zafral y el tambo son 365 días y hay que estar al pie de la vaca, acá no hay licencia, no hay Viernes Santo”, comparó.
Agro
2015-08-13T00:00:00
2015-08-13T00:00:00