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“Es un tema importante el endeudamiento de los productores, pero es casi más importante el endeudamiento de la industria” lechera, ya que “la mayoría de estas industrias hoy por hoy están en las categorías 4 y 5”. Así lo señaló el presidente del Instituto Nacional de la Leche (Inale), Álvaro Lapido, aludiendo a la calificación de las deudas de las cooperativas lácteas con los bancos, al comparecer en la Comisión de Ganadería del Senado el jueves 8 para exponer sobre la situación de la lechería uruguaya.
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La categoría 4 comprende a los “deudores con capacidad de pago muy comprometida” y “con problemas importantes”, mientras que la 5 se refiere a los “deudores irrecuperables” y a “los casos con clara evidencia de incobrabilidad”, según lo define el Banco Central del Uruguay en su sitio web.
Días pasados en el marco de una exposición rural en San José el propio presidente Luis Lacalle Pou señaló que estuvo reunido con los ministerios de Ganadería y de Industria y el Inale por “dos o tres empresas que están en franco deterioro”. “Y una de ellas esta semana se complicó del todo”, dijo el mandatario al referirse a la Cooperativa Agraria Limitada Carmelo (Calcar), que en esos días mantenía una negociación con sus trabajadores para establecer un ajuste de los sueldos y recorte de personal, entre otras medidas.
Mencionó también la situación de Olam, que es una compañía procedente de Indonesia que opera con varios tambos en Uruguay, y de Alimentos Fray Bentos, que es el emprendimiento conformado por la empresa uruguaya Claldy y La Sibila, de Argentina.
Lapido, al comparecer ante los senadores, reconoció que Calcar “realmente está en una situación muy delicada, y uno de los problemas principales que tiene es la falta de leche”.
“Entonces, todos los indicadores le dan mal, además de que intentó procesos de mejora industrial y de inversión que no pudo implementar en su momento, debido a su alto endeudamiento”, argumentó.
Advirtió que “no es solamente el caso de Calcar”, porque hay “otras plantas que tienen capacidad ociosa”.
Alimentos Fray Bentos es un “Fórmula 1 —porque tecnológicamente es una estupenda planta— instalada en un lugar donde hoy no hay leche”, dijo. Contó que Conaprole le está enviando leche a esa empresa y lo hará hasta noviembre.
En “todo el litoral ha bajado la producción por el desánimo que hay”, y “los productores se han volcado hacia la agricultura, algo hacia la forestación y hacia otros rubros”, señaló.
Afirmó además que “alguna otra empresa va a quedar por el camino”.
Calcar tiene créditos vigentes por unos US$ 6,2 millones, los morosos abarcan casi US$ 5 millones, de los cuales US$ 3,3 millones corresponden a deudas en mora con el Banco República y el resto se reparte entre bancos privados, según los registros de la Central de Riesgos Crediticios del Banco Central. Muestran que la deuda de esa firma tiene la calificación 5 en la mayoría de los casos.
Claldy tiene créditos vigentes por US$ 10,5 millones, de los cuales poco más de US$ 1 millón son morosos, y del total vigente unos US$ 7,4 millones corresponden a deudas con el BROU, indican esos registros. En ellos figura la calificación 4 en la mayoría de los créditos con los bancos.
Un lastre
En la Comisión de Ganadería del Senado, el titular del Inale planteó que en los últimos años, “como no había rentabilidad en el sector, se generó un Fondo de Financiamiento de la Actividad Lechera (FFAL), y se le dieron US$ 70 millones”.
“Se endeudó compulsivamente al sector”, se lamentó.
Consideró que “en lugar de darle condiciones de competitividad para poder exportar, para poder mejorar la ecuación, se le dio un endeudamiento que hoy tiene una tasa cercana al 7% y que está siendo un lastre”.
“Porque si yo, tambero, hoy quiero entrar al sector, me van a descontar el FFAL sin haber recibido nada”, dijo.
Lapido aseguró que “hay mucha gente que ha ingresado a la lechería y se le descuenta sin haber recibido nada” de ese fondo y que “hay muchos productores que ya han pagado su deuda y la siguen pagando, y la van a seguir pagando por dos o tres años más”.
Respecto a ciertas alternativas de solución, Lapido dijo que con el Fondo de Garantía Lechero (Fogale) se hace un reperfilamiento de las deudas de los productores. “Es una herramienta que ha ayudado mucho, especialmente al pequeño y mediano productor, a sacarles ese lastre, esa mochila que tienen arriba, al pasar las deudas un poco para adelante y bajarles un poco las tasas”, indicó.